El comisionado está en vilo. Lo critican por los retrocesos con el Clan del Golfo y la crisis de orden público del país. Será citado a control político y fue tachado de mentiroso por el Fiscal.
A la seguidilla de tropiezos y escándalos que ha tenido la paz total del presidente Gustavo Petro se le sumó un nuevo elemento que amenaza con la estabilidad de uno de sus máximos alfiles: el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda.
Tras el fallido cese bilateral al fuego con varias de las estructuras que anunció Petro y la retoma de acciones ofensivas contra el Clan del Golfo, la gestión de Rueda –que es ficha clave en todo ese proceso– ha ido quedando en entredicho para la Fiscalía, la Procuraduría y hasta para los petristas más duros, quienes han sugerido que el alto comisionado debe ser retirado de su cargo.
El llamado más fuerte llegó por cuenta de la representante Catherine Juvinao, quien, pese a pertenecer al ala más petrista del Partido Verde, aseguró que Rueda era “insostenible en su cargo” y que el Gobierno aún está a tiempo de “tomar los correctivos y rodearse de un equipo verdaderamente idóneo y competente para liderar un nuevo proceso de paz”.
Y no ha sido la única. Las peleas cruzadas entre el fiscal General, Francisco Barbosa, y el presidente Petro han estado alentadas, en buena parte, porque al fiscal no le ha calado la gestión de Rueda.
Solo en el último mes, Barbosa lo ha tildado de “mentiroso” y hasta de irresponsable, y de no conocer bien la constitución del país.
Aún así, el alto comisionado para la paz ha logrado mantenerse como uno de los protegidos del jefe de Estado, quien constantemente lo rodea y apoya.
Pero, así como tiene duros críticos dentro y fuera del petrismo, Rueda también tiene el apoyo de pesos pesados como el senador Iván Cepeda, experto en temas de paz y actual negociador del Gobierno con el ELN, y como el presidente de Fedegán José Félix Lafaurie, un recién aliado de la paz total de Petro que, pese a ser de derecha, está metido en la negociación con esa guerrilla.
En diálogo con EL COLOMBIANO, ambos aseguraron que Danilo Rueda está haciendo un buen trabajo y que, además, está siendo efectivo en los dos procesos de paz que adelanta el Gobierno con el ELN y las disidencias del Estado Mayor Central.
Para Lafaurie, el alto comisionado “ha hecho el mejor trabajo posible en un escenario casi que imposible” pues, según dijo, es muy difícil saber las intenciones reales de esos grupos narcoparamilitares que se han acercado al Gobierno con intereses en la paz y sus beneficios.
Y en eso concuerda Cepeda, quien le dijo a este diario que Rueda ha hecho un buen trabajo pero que “está desbordado por tantas cosas, cada una más compleja que la anterior”, por lo que cree que el comisionado debe conformar “un equipo más plural” para atender a todas las tareas que tiene asignadas.
De hecho, el senador fue el encargado de citar a Rueda a un debate de control político para que responda por la implementación del Acuerdo de Paz que, según él, “ha ido avanzando en muchos sentidos pero con cosas que se pueden hacerse mucho mejor”.
Tal como lo explicó el congresista, el debate no debe entenderse como “un reproche o una crítica al trabajo de Rueda”, sino como una oportunidad para evaluar cómo va la implementación del Acuerdo y sugerirle mejoras en puntos específicos.
“Quiero que el país escuche lo que el Gobierno tiene para decir en ese tema. El debate se cita para hacer un diagnóstico y unas recomendaciones. Él y el Gobierno verán si las toman o no”, dijo Cepeda.
Los otros escándalos de Rueda
Aún así, la pérdida de apoyos para el alto comisionado es evidente y se ha sentido con más fuerza con cada retroceso de la paz total que a él le corresponde gestionar.
Antes de estos cuestionamientos, Rueda atravesó por otros escándalos que lo relacionaron con el denominado “Pacto de la Picota”: una serie de visitas que el hermano del presidente, Juan Fernando Petro, habría hecho a las cárceles del país con la intención de ofrecerle beneficios a los extraditables.
De hecho, el nombre del alto comisionado también figura en el expediente que la Fiscalía abrió para investigar si en ese supuesto “perdón social” que ofrecían hubo paso a algunas irregularidades.
Por ahora, Petro parece conforme con las gestiones de Rueda y con su capacidad de moverse por el territorio, pues es una habilidad que no le cuestionan ni sus críticos más acérrimos, pero el alto comisionado deberá pulir sus formas si quiere impedir seguir perdiendo el apoyo de sus aliados
