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Colombia
Miércoles 24 de abril de 2019 - 12:00 PM

Incultura política

Los enfrentamientos que se han vivido en el Congreso por estos días demuestran que, algunas veces, el bajo nivel político y conceptual lleva a la injuria y a planteamientos tendenciosos donde el debate no suma sino plantea enfrentamientos que solo conducen a más polarización.

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El momento político que vive el congreso en el trámite de las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP presentadas por el presidente Iván Duque, ha provocado agrios enfrentamientos entre los legisladores.

Uno de ellos se registró el pasado 12 de marzo en un debate en la Cámara de Representantes cuando la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático, le dijo al presidente de la Comisión de Paz, Roy Barreras “deme lo mismo que le dio a la izquierda, el mismo tiempo que le dio al narcoterrorista Pablo Catatumbo”.

Y el más reciente “agarrón” se registró el pasado martes durante el debate en el Senado, en donde el expresidente Álvaro Uribe, del Centro Democrático, luego de una intervención del senador Gustavo Petro, del movimiento Colombia Humana, le contestó “yo prefiero 80 veces al guerrillero en armas que al sicario moral difamando. Sicario, sicario, sicario”.

Ante este panorama, la pregunta que le hicimos a analistas consultados por Vanguardia es ¿Somos un país que sufre de ‘analfabetismo’ político?

El constitucionalista Juan Manuel Charry manifiesta “yo diría que sí sufrimos de analfabetismo político, en otras palabras, hay una ausencia de cultura política que se manifiesta en una apatía y crítica a la política y a los políticos con una imagen negativa de ellos, entonces es común pensar que los políticos son malos y son corruptos, por tanto hay una reacción de desentenderse de la política que, en últimas, se manifiesta en un alto índice de abstencionismo electoral”.

Además, considera que lo que se vio en el congreso (enfrentamiento Petro – Uribe) no es falta de cultura política de la ciudadanía, sino es una baja calidad del debate de los políticos que se mantienen en el esquema equivocado de guerra - paz para lograr simpatías en el electorado.

El analista político, Gerardo Martínez, considera que “la política estimula pasiones y de las peores, por eso la gente hoy se fanatiza y no piensa sino que cree todo lo que viene de la voz de su ídolo, y no cree y rechaza todo lo que viene de la voz de su contenedor. Estamos así de polarizados y como no hay cultura política, la gente lo que hace es odiar”.

Martínez indica que el episodio registrado entre Uribe y Petro, es una muestra de la falta de cultura política y estamos como los irracionales de la mitad siglo pasado que se mataban porque unos decían mi bandera es roja y otros decían mi bandera es azul, entonces “estamos en la misma y lo único que cambiamos es el color de las banderas”.

En este mismo sentido el Doctor en Ciencias Políticas, Alexander Arciniegas, argumenta que “somos una sociedad políticamente violenta y parte de esa violencia estriba en un profundo desconocimiento de lo que es la política como fórmula civilizada para que las sociedades puedan lidiar con la existencia de intereses diversos entre sus miembros”.

Además, según Arciniegas, este desconocimiento que es un impedimento insalvable para el ejercicio de la ciudadanía y la vida en democracia nos ha conducido a ver a quien piensa distinto como un enemigo al que hay que aniquilar y no como un adversario con el que se puede llegar a acuerdos: “eso es lo que comúnmente se denomina analfabetismo político, explica, porque ayer la gente se mataba por un color político y hoy tienen vigencia entre gran parte de la sociedad colombiana términos como castrochavismo o se tacha de comunista a quien cuestiona la corrupción del poder o la exclusión”.

Por su parte Luis Fernando Ramírez, vicerrector de la Universidad de la Salle, piensa que “el país ha avanzado en términos de conocimiento y acercamiento a las diferentes vertientes políticas que hay en Colombia, sin embargo, falta mucha cultura para saber distinguir decisiones políticas y las implicaciones que tienen desde el punto de vista social, es decir, no se está llegando al debate profundo sobre las ideas”.

Caudillismo

A propósito de lo que está pasando en Colombia, Gerardo Martínez señala que hace 20 años en Venezuela había muchos partidos políticos, pero aparece Chávez con la negación de esos partidos y utilizando la coyuntura del desprestigio acabó con todos y, en el país “vamos para lo mismo, que es la anarquía y la personalización de la competencia y queremos ídolos y caudillos así como Chávez, Maduro, en Venezuela; Perón en Argentina y Ortega en Nicaragua”.

De acuerdo con Martínez, Uribe lo intentó con el grupo ciudadano Primero Colombia con el que ganó en 2002 y 2006, pero el Congreso aprobó el fortalecimiento y la ley de partidos con el fin de fortalecer la democracia en el país.

Sin embargo, el vicerrector de La Salle considera que en Colombia no se ha llegado a los extremos en donde se cae en el mero populismo como sucede en países en vía de desarrollo. Y el populismo es seguir a personas sin ningún tipo de razonamiento de fondo simplemente por caudillismo.

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Publicado por Nelly Vecino Pico

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