La historia de José Antonio Iglesias es la de un simple mortal que atravesó los 9 círculos del infierno de Dante buscando pasar del infierno al paraíso. Sin embargo, el paraíso no es como lo pintan y su travesía jamás terminó. Los invito a ver el capítulo final de la vida de José Iglesias, el hombre que una y otra vez luchó contra el bazuco.
Esta historia nace a partir de un contacto que tuve con José Iglesias cuando se encontrada lanzando el largometraje documental Infierno o Paraíso, inspirado en su paso por el temido sector de El Cartucho de Bogotá y dirigido por Germán Piffano. Este documental relata cómo pasó 15 años perdido en una de las zonas más oscuras y peligrosas de la ciudad y su proceso de rehabilitación. También cómo fue retornar a la vida.
Sin embargo, meses después del exitoso lanzamiento de su película, y pese a haber estado “sobrio” durante 16 años, José Antonio fue visto en las calles por un medio de comunicación. Había recaído. Esta historia nace desde ese momento y cuenta qué pasó con José luego de ser visto en las calles, cómo logró rehabilitarse por segunda vez y llegar a España para encontrarse con su familia.
Pero este no es un cuento de hadas y serían muchos los desafíos que José encontraría en su “vuelta a la vida” porque los problemas ahora eran los de cualquier persona que lucha con las cuentas, la búsqueda de empleo, el pago de las facturas y el alquiler.
El protagonista de esta historia se enfrentó sobrio a una realidad que no es tan amigable mientras un enemigo silencioso rondaba sus pasos. Los invito a ver el desenlace de esta historia que esperamos sea inspiración y vida para otros que como José batallan cada día contra el demonio mismo de la droga. ¿Le ganó José la batalla a las drogas? ¡Dale play al video para conocer la respuesta!
Y si te gustó este contenido, no olvides compartirlo. Porque si este testimonio ayuda a que las familias se reencuentren, los hijos vuelvan a casa, la ciudadanía tienda una mano a quienes son esclavos del bazuco y las autoridades combatan las causas mismas del problema, cada segundo de la travesía de José por el infierno habrá valido la pena y solo en ese momento podremos conocer el paraíso.
Crédito: Juan Sebatian Barrero
