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Colombia
Domingo 03 de febrero de 2019 - 12:00 PM

La llamada que indicó el regreso a la libertad

Los tres tripulantes de un helicóptero que fue raptado por el Eln, en Hacarí, Norte de Santander recobraron la libertad. Ayer en la tarde arribaron a Bucaramanga y se reencontraron con sus familias.

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Luego de 23 días en cautiverio a manos del Eln, grupo guerrillero que el pasado 11 de enero tomó control sobre el helicóptero de matrícula HK-4327, en Hacarí, Norte de Santander, Julio Díaz, Carlos Quinceno y Maxwell Joya regresaron a libertad y se reencontraron con sus familias en Bucaramanga.

Así lo confirmó la Defensoría del Pueblo, a la vez que aseguró que la entrega de la tripulación se dio “en un lugar del Catatumbo”, aunque sin mayores detalles del rescate.

Una vez estuvieron bajo la protección de las autoridades, los tres hombres fueron sometidos a exámenes para determinar el estado en el que se encontraban, según relataron sus familiares.

“Soy Julio, estoy bien”

Por medio de un mensaje de voz enviado desde un número desconocido, Liliana Prada, esposa del piloto del helicóptero, Julio Díaz, se enteró de la noticia de la liberación.

“Ya se comunicó conmigo. Me dijo ‘hola, soy Julio, estoy bien. Ya los tres vamos en camino’. Yo no lo podía creer porque era de un número desconocido. No sabía qué hacer y luego la Defensoría me dijo que estaban bien”, relató a Vanguardia Liberal la mujer.

Luego de la llamada, según narró Prada, inició los preparativos para recibirlo y agradeció a las personas que la acompañaron durante el cautiverio de su esposo.

“Fueron 23 días en los que oramos y le agradecemos a todos los que aportaron un granito de arena. Lo importante es que ya está libre y estamos muy emocionados”, concluyó Prada.

De regreso a casa

Trasladado en helicóptero llegó a las instalaciones de la Quinta Brigada del Ejército Nacional, con sede en Bucaramanga, Carlos Quinceno, otro de los liberados por el Eln.

Para Jennifer Tamayo Ramírez, sobrina del hombre, su regreso a casa “fue una sorpresa muy grande. No lo esperábamos, estábamos mercando cuando nos escribió un periodista y nos dijo que ya lo habían liberado. No lo creíamos, empezamos a llorar y a gritar”.

Luego del mensaje, la familia de Quinceno se trasladó a la sede del Ejército donde se reencontró con él.

“Cuando llegamos lo único que hicimos fue llorar, abrazarlo. Durante estos 23 días fue una zozobra y una angustia muy grande, estábamos muy tristes”, concluyó.

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Publicado por Valesca Alvarado Ríos

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