Publicidad

Colombia
Domingo 09 de octubre de 2016 - 12:00 PM

Movilizaciones por la paz pueden influir en la renegociación

Tras el resultado del plebiscito, en el que la opción del No al acuerdo firmado entre el Gobierno y las Farc triunfó con un 50,21 %, el panorama político del país y de los acuerdos es incierto, aunque con el pasar de los días el ambiente fue menos pesimista de cuando empezaron a conocerse los resultados, el 2 de octubre.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Es incierto el panorama para la paz, después del No en el plebiscito. (Foto: Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL)
Es incierto el panorama para la paz, después del No en el plebiscito. (Foto: Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL)

Compartir

Es incierto el panorama para la paz, después del No en el plebiscito. (Foto: Colprensa/VANGUARDIA LIBERAL)

La victoria del No despertó al movimiento estudiantil, que reunió a alumnos de las principales instituciones de educación superior del país, hecho que reafirmó el deseo de paz de la juventud colombiana.

"Queremos que esta marcha universitaria por la paz tenga la misma trascendencia que tuvo el movimiento de la Séptima Papeleta. Queremos llegar a ser un punto de cambio y reconciliación en Colombia. No queremos volver jamás a la guerra. Queremos conocer qué es la paz", comentó Fabián Murcia, vocero del movimiento.

El principal objetivo de esta movilización es presionar un acuerdo definitivo de paz entre los representantes de las diferentes partes participantes en la negociación sin tener ninguna filiación política, solo la búsqueda de la paz y reconciliación.

Al igual que los estudiantes, diferentes sectores políticos y sociales de todo el país se han unido a la petición de mantener los diálogos; por ejemplo, tras la reunión con el presidente Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño, los gobernadores de todo el país anunciaron que en los próximos días organizarán movilizaciones en cada región, para defender los acuerdos de paz.

"Ante la victoria del No, se creyó que se iban a parar todos de la mesa, que no iba a haber intención alguna de renegociar, que los años de proceso se iban a tirar a la basura, y de extremismos y fatalismos de parte de varias partes debido a la incertidumbre que se generó con la victoria del no, entonces mucha gente participó de la movilizaciones como un mensaje para que se mantuviera el diálogo", explicó Diego Cediel, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana.

El catedrático precisó que las convocatorias en búsqueda de apoyo al diálogo y a la reconciliación tuvieron gran acogida en la población debido a que se tomó como un mensaje de paz por encima de los partidos políticos y del voto del pasado 2 de octubre.

“Acuerdo ya”, “Queremos la paz”, “Con la paz, ni un paso”, fueron algunas de las arengas que cantaron los jóvenes universitarios y las personas que atendieron a la convocatoria de estudiantes de más de quince universidades en las principales ciudades del país el pasado miércoles.

"Las marchas tienen como principal objetivo presionar una renegociación, que se llegue lo más pronto posible a un acuerdo, que mantengan la voluntad de paz, aunque hay que analizar qué tan contraproducente puede ser, pues las negociaciones de conflictos, lo más normal es que tomen tiempo. Aunque es innegable que las marchas terminaran presionando a las partes para que lleguen a un acuerdo", aseguró Cediel.

En ese sentido coincidió el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, quien sostuvo que estas movilizaciones podrían generar que el Centro Democrático se sienta presionado para llegar pronto a una renegociación, y no lo dilaten el proceso en búsqueda de aspiraciones presidenciales para el 2018.

"La renegociación no puede ser otros 4 años, hay que ser coherentes. El problema es que el Centro Democrático no tiene intención real de llegar a acuerdos rápidos, sino que le apunten a alguna aspiración presidencial para el 2018", comentó Ávila.

El directivo de la Fundación Paz y Reconciliación asegura que las marchas "presionarían para que se llegue a un acuerdo y el Centro Democrático hable lo más pronto posible con las Farc y que eso no tome un periodo indefinido, que continúe la incertidumbre del futuro de unos acuerdos que ya fueron negociados", indicó.

Sin embargo Ávila fue enfático en que la única forma de conseguir que las movilizaciones tengan algún efecto para acelerar la renegociación o una validación definitiva a los acuerdos es que se mantenga en el tiempo, y la manifestación del pasado miércoles no haya sido solo un hecho aislado.

"El éxito de las movilizaciones dependerá de la sostenibilidad que tenga en el tiempo. Si las movilizaciones se mantienen uno o dos meses, y logran conseguir gran participación de la gente en las diferentes ciudades, lograría presionar a la clase política para que se llegue a un acuerdo, pues muchos actores políticos están es pensando en las elecciones de 2018 para la renegociación", agregó Ávila.

Finalmente Cediel aseguró que sea cual sea el futuro de estas movilizaciones, los negociadores de todas las partes deben manejar bien esa efervescencia popular, pues esa presión podría ser un arma de doble filo.

"Las marchas pueden tener doble filo, al ser generadoras de presión, puede ser positiva si la presión se centra en puntos concretos como que no se levanten de la mesa, que sería algo que beneficiará el proceso, pero si la presión se centra en el tiempo y en que se llegue rápido a soluciones puede generar que por la efervescencia popular se llegué a un acuerdo con errores", sentenció el docente universitario.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por COLPRENSA

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad