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No sea pingo
Viernes 04 de diciembre de 2020 - 12:00 PM

Mitos y verdades sobre las vacunas contra el COVID-19

Desde que inició la producción de la vacuna contra el COVID-19 han rondado desinformaciones, preguntas y temores sobre la efectividad y posibles resultados de su aplicación, donde la mayoría de cuestiones han sido conspiraciones descontextualizadas en su contra.

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Parte de estas creencias, que han sido replicadas sin una previa verificación sobre su veracidad, abordan temas que no tienen que ver con el funcionamiento de la vacuna e incluso de la enfermedad, por lo que parte de la población ha mostrado desinterés y negación en obtener una dosis.

Ahora bien, tras la aprobación de la vacuna de Pfizer y Biontech para ser aplicada en Inglaterra, Vanguardia por medio de ‘No sea Pingo’ averiguó con diferentes medios y autoridades sanitarias para poder explicarle qué es verdad y qué es mentira de lo que se ha viralizado en Internet.

Verdad. Las candidatas han atravesado las fases requeridas para ser aprobadas. En una situación como la actual, una vacuna puede tardar cerca de un año y medio ya que se aceleran los procedimientos de las fases. Además, se están desarrollando sobre tecnologías ya utilizadas en otras vacunas como la del ébola, lo que ha facilitado el proceso de fabricación.

Mito. Esta creencia surgió a partir de una publicación en la que se aseguró que la aplicación de la vacuna producía esterilidad masiva para proceder con el exterminio de la población mundial, pero es mentira.

Existen diferentes causas en hombres y mujeres que generan infertilidad pero ninguna se ha asociado a alguna vacuna, y el médico colombiano Francisco Sarmiento, epidemiólogo con Máster en Salud Pública, afirma que “no tiene sentido que una posible vacuna contra la COVID-19 cause una esterilización masiva en hombres y mujeres porque las vacunas no van dirigidas a los tejidos humanos, sino al virus”.

Si quiere leer más al respecto, conozca este chequeo que publicamos.

Mito. Las vacunas no contienen el virus vivo que provoca el COVID-19. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC en inglés) su objetivo es enseñarle al sistema inmune a reconocer y combatir la expansión del virus en el cuerpo, lo que causa la enfermedad.

Sin embargo, la vacuna tarda algunas semanas en desarrollar la inmunidad, por lo que antes de que esto suceda es posible contraer el coronavirus pues la vacuna no ha tenido el tiempo suficiente para generar la protección adecuada. También, se pueden dar efectos secundarios como fiebre, síntomas normales que dan la señal de que el organismo está trabajando en dicha inmunidad.

Si quiere conocer más sobre cómo actúa la vacuna contra el coronavirus en el cuerpo, lea este artículo.

Verdad. Existe el riesgo de volver a contraer el virus pues al ser una enfermedad relativamente nueva, se desconoce si es la misma cepa del virus la que puede reinfectar o no, expresa el médico PhD en Farmacología y docente de la Universidad San Francisco de Quito, Enrique Terán.

Es por ello que podría considerarse la aplicación de la vacuna en estos pacientes con el fin de reforzar la respuesta inmune protectora. Además, es necesario que mantengan el cumplimiento de las medidas de bioseguridad para evitar una posible reinfección.

En este texto le explican cómo es el funcionamiento de las vacunas en tales casos particulares.


Mito. Se ha difundido la creencia de que la vacuna tiene un ARN digitalizable que se activa a través de la red 5G de telefonía móvil y puede controlar el virus en las personas. Esta idea es completamente falsa.

Según la página web de National Geographic, la red 5G, o red de quinta generación, es una nueva tecnología móvil que aumentará la velocidad de conexión, reducirá el tiempo de respuesta de la web, se podrá aumentar exponencialmente el número de dispositivos conectados y parte del mobiliario urbano de grandes ciudades tendrá una conexión permanente entre sí. Pero esto no tiene nada que ver con el COVID-19 ni la radiofrecuencia de las antenas aumentará el riesgo de padecer cualquier otra enfermedad.

Por ello la OMS afirma que “los virus no se desplazan por las ondas electromagnéticas ni las redes de telefonía móvil” y aclara que “el COVID-19 se está propagando en numerosos países en los que no existe una red 5G”. Si quiere ampliar esta verificación, lea este chequeo de Colombiacheck.

Adicionalmente, se debe resaltar que esta ola de desinformación respecto a la implementación de antenas 5G no es nueva. De hecho, casos similares ocurrieron con la implementación de las anteriores redes 3G y 4G, que por ser tecnologías hasta su momento desconocidas, dejaron espacio para todo tipo de teorías de conspiración.

Mito. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advierten que para detener una pandemia es necesario hacer uso de todas las herramientas posibles, pero la vacuna no es suficiente. Esta solo es una medida para protegerse y proteger a otras personas del virus y evitar su propagación masiva. Protocolos como el uso de tapabocas y distanciamiento social ayudan a reducir el riesgo de transmisión, pero la mejor protección es la vacuna y mantener las recomendaciones brindadas por las autoridades sanitarias.

Amplíe la información con esta nota de El Heraldo

Verdad. Si bien, cada vacuna sacada al mercado se realiza bajo unos estándares rigurosos, es normal que cada una tenga un margen de error mínimo que se calcula en las tres fases de pruebas en humanos. Esto no significa que la vacuna no funcione, pero sí es necesaria una monitorización constante de los diferentes efectos que puedan ir surgiendo para corregirse en posteriores revisiones de los medicamentos.

Según la Asociación Española de Vacunología, algunos virus tienen una alta capacidad para mutar, por lo que, en ciertos casos, es incluso necesario aplicar anualmente una nueva vacuna a cada paciente. Puede encontrar la explicación completa sobre el caso de la gripe española aquí.

Mito. En el país existe un principio llamado ‘dignidad humana’, en el que las personas pueden negarse a realizarse algún procedimiento médico. Por ello no será obligatoria y cada quién tomará la decisión de hacerlo. De lo contrario, el Gobierno Nacional dará a conocer información al respecto.

Sin embargo, desde el Ministerio de Salud y Protección Social se estableció que la ruta de acceso para la vacuna es parte de la definición de una política pública para implantar una vacunación completa en el Programa Ampliado de Inmunización (PAI). Estas serán aplicadas de forma gratuita a la población con prioridad y cuando el país disponga de una cantidad mayor de dosis, se suministrarán al resto de colombianos. Conozca más al respecto en este comunicado del Ministerio de Salud.

Verdad. Desde otoño y durante invierno se ha dado una temporada de influenza, enfermedad respiratoria que también se contrae a través de un virus. Pero existe la creencia de que su vacuna puede incidir en el coronavirus. Si bien no protege, los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades afirman sí se puede reducir el riesgo de contraer la enfermedad, pero principalmente ayudará a que la persona no esté expuesta a enfermarse de influenza y a conservar los recursos de atención médica para el COVID-19.

Tampoco existe la posibilidad de que haya mayor riesgo de contraer el virus si se aplica esa vacuna. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hay estudios que han demostrado que pacientes con COVID-19 que se vacunaron contra la influenza pueden tener menos riesgo de fallecer que los pacientes que no lo hicieron. El medio Los Angeles Times publicó un chequeo múltiple al respecto.

Mito. Quizás es una de las teorías más sonadas en cuanto a vacunas se refiere. Estas afirmaciones estuvieron basadas en estudios como el que llevó a cabo el doctor Andrew Wakefield, que vinculaba la aplicación de vacunas en niños con el Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Sin embargo, según un artículo publicado por la Confederación Autismo España, estos estudios carecen de rigurosidad científica y, por otra parte, afirman que sí existe un consenso unánime en la comunidad científica internacional que indica que no hay evidencia suficiente para demostrar tal relación. En este artículo, en el que se narra el caso de un locutor radial español que hizo afirmaciones falsas, se explican puntos importantes de estas teorías.

Las farmacéuticas fabricantes de las vacunas en cuestión se han encargado de informar al público sobre el avance de las mismas y su efectividad, datos que han sido replicados por diferentes medios y gobiernos de los países. Por ello es recomendable mantenerse al tanto de los comunicados y recomendaciones dadas por el Ministerio de Salud y Protección Social y demás autoridades sanitarias internacionales.

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Publicado por No Sea Pingo

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