Han pasado 77 años desde que en Bogotá se habló, por primera vez, de la necesidad de un metro. Las principales ciudades del mundo estaban construyendo el propio y la capital colombiana quería mantenerse a la vanguardia, pero diversas situaciones económicas, políticas y sociales la alejaron de ese sueño que esta semana empezó a materializarse.
Serán los chinos con proveeduría brasileña, canadiense y española quienes lo construirán y lo operarán durante 20 años. Así quedó adjudicado en la noche del miércoles. La oferta ganadora fue la del Apca Transmimetro conformada por las empresas China Harbour Engineering Company Limited (Chec) y Xi’an Metro Company Limited.
“Dos grupos presentaron ofertas económicas. Procedimos a evaluar esas propuestas; enviamos esta evaluación a la banca multilateral para recibir su No Objeción, y gracias a la colaboración de los bancos pudimos adelantar el proceso”, explicó Andrés Escobar, gerente del Metro de Bogotá.
Así terminó un proceso de licitación que inició hace 15 meses y que dejó en el camino las propuestas de más de un centenar de empresas que estaban interesadas en construir este sistema de transporte masivo. La mayoría de ellas no pasó cuando se les aplicó la matriz de riesgos o fueron perdiendo interés cuando se aclaró que sería un contrato de concesión: no solo vendrían a construir un metro sino a operarlo durante 20 años, “eso es un compromiso y una responsabilidad muy grande”, dijo el gerente.
Así será el metro
La primera línea del metro tendrá 23,9 kilómetros, ligeramente más corta que la A del metro de Medellín que cuenta con 25,8 kilómetros.
Cruzar de sur a norte la ciudad tardará solo 27 minutos haciendo paradas en las 16 estaciones, 10 de ellas contarán con conexión al transmilenio. Además, a la obra se sumará la puesta en marcha de dos troncales alimentadoras de transmilenio: la avenida Ciudad de Cali (de 7,2 kilómetros) y la avenida 68 (de 16,9 km).
Según cálculos de la empresa Metro de Bogotá, esta primera línea ahorrará 319 millones de horas de viaje por año a los bogotanos, lo que es muy significativo en una ciudad tan congestionada.
Pero más allá de ser un alivio para la movilidad también lo será para el ambiente, ya que con la operación del proyecto se busca una reducción anual de Gases Efecto Invernadero cercana a 61.000 toneladas de CO2.
Así se pagará
El megaproyecto tendrá un costo total aproximado de 22 billones de pesos, únicamente la primera línea costará 16,4 billones, a lo que se le suman los 4,68 billones de pesos de las dos troncales de transmilenio que alimentarán al sistema.
Al fin de cuentas la Nación habrá pagado por la megaobra 15,14 billones de pesos, o sea el 70 %.
La ciudad y la Nación aseguraron vigencias futuras a 30 años pero, para tener los recursos disponibles en la actualidad, la Comisión Interparlamentaria de Crédito aprobó un cupo de garantía por 7,8 billones de pesos en créditos externos, de los cuales 4,5 billones son prestados por el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones. Por su parte, la Nación respaldó títulos de deuda metro por 800 millones de dólares. “La viabilidad económica de este proyecto está asegurada”, señaló Escobar.
“Ya no hay más discusiones bizantinas: decir que por abajo o por arriba. Aquí ya hay un proyecto de metro, con el acompañamiento del Banco Mundial, del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y del Banco Europeo de Inversiones que, además, ha demostrado confianza en Colombia abriendo su primera oficina en América Latina en nuestro país”, manifestó el presidente Iván Duque durante la presentación oficial del proyecto.
Gran avance para la capital
Más allá de los conflictos políticos que puede desencadenar un proyecto de este orden, justo en época electoral, y de los problemas que enfrentaría el Distrito y la empresa Metro por adelantar la adjudicación, este es un hito en Bogotá.
“El metro no solo contribuirá con la movilidad de los habitantes y visitantes de la Sabana de Bogotá sino que, durante su proceso de construcción, impulsará el crecimiento económico del país”, aseguró Alejandro Maya, exviceministro de Transporte y exdirector de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Para Darío Hidalgo, experto en movilidad, “este es un gran ‘por fin’. Demasiados proyectos frustrados en el pasado por falta de alineación entre las decisiones nacionales y locales. Un gran esfuerzo técnico, legal y financiero para llegar hasta aquí, a un punto de no retorno que permitirá a Bogotá contar con el componente de mayor capacidad y eficiencia de su sistema de transporte público integrado”.
Viene lo más difícil
Si lo que se ha logrado hasta ahora ha sido complicado, sin duda, la construcción del metro será más compleja. Serán, al menos, siete años de congestión vehicular en el corredor donde se ubicará la primera línea metro y los dos restantes de las troncales de Transmilenio.
“Esto implicará múltiples afectaciones a vecinos del corredor y tráfico de la ciudad que deberán ser mitigadas, y un buen diseño y construcción para que la estructura elevada no genere mayor deterioro urbano”, advirtió Hidalgo.
Por su parte, Maya confía en la calidad del contratista quien, dijo, estará a la altura del proyecto: “Sin duda, la experiencia y la idoneidad de las firmas adjudicatarias son prenda de garantía para la construcción de tan importante obra”.
Y puso de precedente que estas empresas gozan de gran reputación y experiencia internacional, ya que han tenido a cargo importantes obras de infraestructura, por ejemplo Chec que construye el cuarto puente sobre el Canal de Panamá.
