Los movimientos de pacientes en Colombia siguen con dudas sobre la reforma a la salud y tienen un diagnóstico reservado sobre los retos del nuevo ministro Guillermo Jaramillo al frente de la cartera de salud.
Pacientes Colombia es el movimiento que agrupa a 195 organizaciones, y desde que empezó el actual gobierno le ha seguido la pista de cerca al intento reformista del presidente Gustavo Petro. Si bien Carolina Corcho salió del Ministerio –como lo pedían desde que inició el trámite legislativo–, insisten en que el proyecto es inconveniente.
Por eso su más reciente denuncia sobre el articulado es que con el modelo planteado “podría aumentar la corrupción” y que no resuelve los problemas del sistema.
La fragmentación de los servicios de salud y la herramienta de la tutela se afectarían. Lo primero porque no es clara la ruta que el paciente debe tomar para acceder a un prestador de servicios de salud por la cantidad de nuevas entidades que se crearían. Lo segundo porque “no hay claridad en cómo se evitará que el paciente quede estancado en el nivel primario, ni a qué entidad se entutelará” en caso de que no se haya oportunidad en la prestación de salud.
Así mismo, sigue viva la preocupación sobre las facultades extraordinarias que tendría el presidente por seis meses y que está plasmado en el artículo 138 de la reforma (ver recuadro). Para Pacientes Colombia estas facultades abren la puerta a contrataciones y nombramientos a cuotas políticas.
Por otro lado, denuncian que el trámite en la comisión séptima de Cámara hay “presión indebida” para aprobar la reforma, por lo cual “existe falta de garantías” que se suma a que todos los proyectos de ley radicados para reformar el sistema de salud, para ellos, no fueron acumulados.
“Además también le estamos pidiendo a la Organización Panamericana de Salud que nos comparta el documento técnico que hizo sobre la revisión que hicieron de la reforma”, dijo a El Colombiano el vocero de Pacientes Colombia, Denis Silva.
Agregó que si bien el viraje a un modelo preventivo es un punto destacable de la reforma, “no hay personal, infraestructura ni presupuesto para implementarlo” porque “hay una carencia de médicos generales que no permitirá mejorar la asignación de citas”.
Finalmente, Silva dijo que el ministro Jaramillo “no la va a tener nada fácil, pues recibe un ministerio dividido y crítico” y que tiene que “volver a generar confianza en el sector salud, retirar la reforma para construir uno consensuado y no darle la espalda a lo que está ocurriendo con los medicamentos en el Invima”.
Entre tanto, en la Cámara de Representantes aún no hay fecha definida para continuar con el debate del proyecto, del que hasta ahora se ha aprobado la ponencia positiva y aún le falta cuatro debates para ser ley de la República.
