Yo me sentía como amañado con ellos, la verdad yo no tengo nada que decir o que me hayan dado mal trato. Estoy feliz de estar libre, pero a la vez triste, porque ya me estaba encariñando con ellos, afirmó de manera sorpresiva el soldado Jhoanny Andrés Castillo minutos después de que guerrilleros del Eln lo entregaron, junto a otro militar, a una comisión que gestionó su liberación tras ser secuestrado en el Catatumbo.
La frase pasó inicialmente desapercibida mientras Castillo y Jesús Alberto Muñoz, los dos soldados regulares, fueron entregados ayer por los subversivos a personal de la Defensoría del Pueblo, Iglesia católica y Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Los militares habían sido plagiados el pasado 2 de febrero en el corregimiento Guamalito, en jurisdicción del municipio El Carmen.
Los soldados se encuentran bajo supervisión médica y psicológica y personal especializado trata de establecer si Castillo habría experimentado un tipo de trastorno conocido como síndrome de Estocolmo, definido por los expertos como el afecto que un secuestrado puede sentir hacia sus captores por circunstancias determinadas.
Frente a la situación específica del soldado el Ejército no se ha pronunciado. A través de un comunicado la Segunda División rechazó el secuestro y agregó que “En estos momentos nuestros uniformados se encuentra realizando los chequeos y exámenes médicos de rigor necesarios con el propósito de verificar su estado de salud, para que puedan proceder y continuar con el normal desarrollo de sus actividades”.