Las autoridades llegaron al sitio porque Sandra Patricia Caro Pérez –madre del menor y señalada de su desaparición– habría indicado, en una declaración informal, el punto exacto en el que estaría el pequeño.
La desaparición de Maximiliano se originó, según las autoridades, como parte de rituales de una secta satánica conocida como Los Carneros, la cual se dedicaría a la búsqueda de guacas de oro.
Un muñeco del Frailejón Ernesto Pérez, una vela, dos botellas de agua y un mandala fueron los elemento que, para el congresista Óscar Villamizar, eran parte de una escena de brujería.
Se trata de Daniel Eduardo Sánchez, quien sería el segundo cabecilla y peligroso sicario de la subestructura Carlos Vásquez del Clan del Golfo en los municipios de Chigorodó y Carepa.