A pesar del abundante caudal del afluente hídrico, sus familiares y los organismos de control no han ‘bajado la guardia’. Recorren a diario entre 15 a 25 kilómetros en busca de alguna pista que los lleve hasta un hombre herido o su cuerpo, que por el tiempo y las condiciones, estaría en alto grado de descomposición. La máquina tampoco aparece. El primer día se encontró la parte delantera y la placa que quedaron sobre las piedras.