A los 80 años don José Pablo Tunaroza estaba ‘entero’, gozaba de buena salud y no se quejaba de nada. Incluso, dicen en la vereda Acapulco de Girón, que todavía se echaba sus cervezas . Estaba tan bien que se negaba a dejar el oficio que conoció 60 años atrás en su natal Chiscas, Boyacá: la polvorería.
La vereda Acapulco de Girón se sacudió ayer hacia las 5:30 de la tarde, por una explosión ocurrida dentro de una vivienda donde, según residentes de la zona, funcionaba una fábrica de fuegos pirotécnicos.
El Observatorio Contra el Maltrato Animal interpuso acción de tutela contra la Gobernación de Santander y las alcaldías del área metropolitana, para que prohíban la quema de pólvora con ruido en eventos privados o públicos.
Según el Instituto Nacional de Salud, entre 2019 y 2020 en el departamento se presentaron 21 lesionados por pólvora pirotécnica, siete casos menos que entre 2018 y 2019.