Hace 30 años Michael Jordan ganó el Concurso de Clavadas de la NBA, con una jugada que todavía está en la retina de los fanáticos del baloncesto, en todo el mundo.
Un 6 de febrero, hace 30 años, nació una de las imágines más icónicas del deporte mundial. El protagonista: Michael Jordan y el escenario: el espectacular Concurso de Clavadas de la NBA, en el que enfrentó a la final a Dominique Wilkins, quien para ese momento jugaba en los Altanta Hawks, mientras que la súper estrella del baloncesto cumplía su tercera temporada con los Bulls de Chicago, con solo 25 años.
Ese día Jordan tuvo que esforzarse al máximo, pues en la final de las clavadas su rival había recibido de califición por parte de los jueces 48 puntos de 50 posibles. Después de tomar impulso desde el aro rival, Michael Jordan se elevó en el tiro libre del otro costado de la cancha: un salto de casi cinco metros.
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Mientras iba camino al aro, para dejar el balón en una elegante clavada, parecía que el número 23 de los ‘toros’ caminara por el aire de manera lenta. Un sutil movimiento de piernas y brazos, y el balón atravesó el aro.
Los jueces le dieron una calificación perfecta: 50/50, que solo le dejó a Wilkins la posibilidad de felicitar a su rival y gran amigo. Desde ese instante comenzó una leyenda que aún se recuerda y que está plasmada en el logo de las zapatillas Michael Jordan, que son producidas por la marca americana Nike.