La selección de Chile entrenó hoy con la ausencia destacada de Arturo Vidal, que comparecía en un juzgado de Santiago después de protagonizar este martes por la noche un accidente de tráfico en estado de ebriedad.
El escándalo de Vidal, que pasó la noche detenido en una comisaría de policía, alteró por completo la jornada el complejo Juan Pinto Durán, el lugar de concentración de la Roja, y la información que proviene de la selección es escasa.
El seleccionador, Jorge Sampaoli, se reunió a primera hora de la mañana con Sergio Jadue, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), para analizar el caso.
Al parecer, el entrenador es partidario de que Vidal siga en el equipo dada la importancia que tiene en el juego de la Roja, mientras que el dirigente se inclina por la mano dura contra el jugador, que es reincidente en este tipo de polémicas.
El futuro de Vidal dependerá también de lo que decida el Juzgado de Garantía de San Bernardo, al sur de la capital, que puede dictar medidas cautelares en su contra durante el control de detención.
La ANFP suspendió la rueda de prensa posterior al entrenamiento, en la que precisamente estaba previsto que hablara Vidal, aunque se espera que alguien comparezca ante los medios de comunicación para dar explicaciones durante las próximas horas.
Los futbolistas de la Roja saltaron al campo de entrenamiento para tratar de abstraerse de este polémico episodio y preparar el duelo del viernes frente a Bolivia, en el que Chile puede abrochar el pase a cuartos de final y pelear por el primer lugar del Grupo A.
Durante los pocos minutos en que se permitió el acceso a la prensa, el arquero y capitán, Claudio Bravo, conversó con Sampaoli en el centro de uno de los campos de entrenamiento, mientras el resto de sus compañeros calentaban al comienzo de la práctica.
