La tragedia del 11 de octubre de 1981 es algo que nunca va a olvidar Orlando Morales Silva, reconocido en el ámbito futbolístico como Pocheche, quien trabajaba como utilero del Atlético Bucaramanga en esa época.
Y no va a salir de su mente porque ese día sintió pánico, tuvo miedo de perder a su esposa y dos de sus hermanos, quienes estaban en el estadio Alfonso López justo cuando se desató
“Lo tengo en mi mente como si hubiera ocurrido ayer. Fue una tragedia que enlutó a muchos santandereanos, a esa afición que ese 11 de octubre tenía el anhelo de que Bucaramanga pasara al hexagonal final”, recordó ‘Pocheche’.
A Morales Silva se le hace un nudo en la garganta cuando recuerda todo lo que ocurrió ese día. La voz se le entrecorta, pero no deja ningún detalle en el aire y sabe que hay varias situaciones que ayudaron a que todo terminara en medio de balas, sangre y muerte.
“En esa época se permitía entrar mucho trago, yo vi a mucha gente entrando botas con trago. A la hora del partido, a las 3:30 p. m., la gente estaba un poco prendida y eso, más los fallos del árbitro Peña, contribuyó a que ocurriera esa tragedia”, agregó el exutilero del Atlético Bucaramanga.
Según ‘Pocheche’, todo comenzó a cerca de 10 minutos para el final del encuentro, cuando Sergio Saturno, delantero argentino del cuadro ‘Leopardo’, recibió una aparente falta dentro del área del cuadro ‘Tiburón. Eduardo Peña, el árbitro del compromiso, realizó una seña y tanto aficionados, como jugadores, pensaron que era penal.
“Roberto Frascuelli tomó el balón y lo llevó al punto penal, cuando de un momento a otro el árbitro Peña señaló que la falta la había cometido el Bucaramanga. Ahí vino la furia de la gente y empezó la trifulca. La gente empezó a ingresar a la cancha, bajaron las mallas. Al árbitro lo agarró en el área del Bucaramanga y lo que hace es correr hacia el camerino del Atlético Bucaramanga. Inclusive yo ingresé y los jugadores lo iban insultando”, agregó Morales.
La locura fue tal que los árbitros del partido, pensando en defender su vida, se quitaron la camiseta negra y se dejaron la blanca “para confundir” a los aficionados que ingresaron buscando agredirlos.
Ante el caos que se desató, los jugadores y los árbitros se refugiaron en los camerinos, fue entonces cuando comenzaron a sonar los disparos.
“En el camerino fue cuando se escucharon unos tiros. Inclusive en la puerta de acceso al camerino había unos soldados disparando y los casquillos pegaban en la puerta que era metálica. Me acuerdo que salí porque mi esposa, una hermana y un hermano, que era recogebolas, y todo era pánico, la gente corría y seguían disparando. Luego me llamaron para atender a unas personas que estaban heridas y vi a una persona con una perforación grandísima, en oriental, que ya estaba muerta. Fui a la tribuna norte y vi a otra herida, que respiraba. Volví al camerino y les conté a los jugadores, ninguno creía, pero se llenaron de pánico porque tenían familiares en las gradas”, manifestó Morales.
Minutos después, ‘Pocheche’ salió a buscar a la Defensa Civil, pues Saturno y Edgardo Luis Paruzzo sufrieron “un shock nervioso y fue cuando vi al árbitro Peña saliendo del camerino de él, se había quitado el bigote y lo estaban montando en una patrulla. Yo le dije que lo que estaba pasando era culpa de él, había muertos. Fue una tragedia que no quisiera que se repitiera nunca”.
Morales Silva aseguró que ese día “hubo más de diez muertos. Lo que pasó es que las autoridades no dejaron que las clínicas y hospitales sacaran comunicados, ellos se apersonaron del caso porque fueron los culpables. Pero las personas que vi adoloridas, conozco más de cinco o seis, incluso algunos quedaron paralíticos”.
Finalmente, recordó que el 12 de octubre de ese año, asistió al estadio y se encontró con “charcos de sangre en donde probablemente cayeron los muertos o los heridos”, algo que quisiera no recordar, pero que difícilmente saldrá de su mente.
