Mathias Rueda Cortés sueña con llegar lejos en el mundo del fútbol. El bumangués fue escogido para participar en un programa de alto rendimiento que permite mostrar a futuras promesas en el exterior; gracias a esto, pudo probarse en dos clubes internacionales.
Con tan solo 12 años, Juan Mathias Rueda Cortés sueña con llegar a jugar en uno de los clubes más importantes del siglo XXI, el Barcelona de España.
Sus aspiraciones se han construido en base a su trayecto deportivo, el que empezó a recorrer desde el año 2015, cuando a los cuatro años inició sus entrenamientos de fútbol en el club Leopardos Juniors.
Con el paso de los años, Mathias se consolidó como uno de los goleadores de la institución, a la que, con el objetivo de seguir creciendo deportivamente, tuvo que decir adiós para abrir un nuevo capítulo en la Escuela Fútbol Cracks.
Bajo las órdenes del profesor Carlos Lozano Ascencio, el santandereano experimentó distintos cambios, uno de estos y posiblemente el que más lo ha marcado fue su variación de posición dentro del terreno de juego. Mathias pasó de jugar como delantero a volante diez, una posición de recuperación, creación y ataque en el mundo del balompié.
Sin entender mucho la situación, el niño, quien con una gran sonrisa describió su conexión con uno de los deportes más pasionales del mundo, aceptó y siguió entrenando con la misma disciplina de antes, acción que lo llevó a ser escogido como uno de los integrantes del programa Soccer Lab, un espacio de alta calidad en el que participan entrenadores españoles y que sirve de plataforma para llevar futuros talentos al fútbol de la ‘tierra de la paella’.
Tras la experiencia, dos de los mentores internacionales se colocaron en contacto con el director del elenco deportivo de Mathias, a quien le informaron que el deportista fue seleccionado para probar con el Esportiu de Europa, un equipo del fútbol español y posteriormente, dos meses antes del viaje, le confirmaron también la posibilidad de mostrar su talento ante el RCD Espanyol de Barcelona.
La experiencia fue única, el niño que sueña con seguir los pasos de su jugador predilecto, Lionel Andrés Messi, estuvo un mes en tierras extranjeras, jugando a un ritmo muy diferente al local, pues según su experiencia, en España, los profesores son mucho más fuertes con los alumnos, el ritmo de juego es más alto y por lo tanto el nivel de exigencia también lo es.
Entre sus pasatiempos se encuentra el jugar videojuegos; sin embargo, no tiene mucho tiempo para dedicarle, entre semana entrena tres días con su escuela de fútbol y los restantes asiste a clases de la misma disciplina personalizadas.
Su principal apoyo, sin duda alguna, han sido sus orgullosos padres, Tatiana y Juan Diego, quienes ahora deberán seguir unas recomendaciones en cuanto a la alimentación y entrenamiento que fueron sugeridas por los clubes españoles y quienes esperan en los próximos meses tener una respuesta de selección positiva para la promesa local.
