Durante la final del Mundial de Rusia entre Francia y Croacia hubo un hecho que no pasó desapercibido en el espectáculo.
Transcurrían siete minutos del segundo tiempo cuando el colectivo de activistas y grupo musical de Punk ruso Pussy Riot, invadió el terreno de juego.
A pesar del operativo de seguridad implementado para el compromiso, el grupo logró su cometido.
A través de sus cuentas oficiales, el grupo se atribuyó la invasión a la cancha y exigió "dejar a los prisioneros políticos libres y detener los arrestos ilegales", además exigieron "permitir la competencia política en el país".