La derrota y el amargo debut de Colombia en el Mundial de Rusia ya pasó y eso lo saben los jugadores, quienes empezaron de inmediato a planificar las dos finales que les quedan y en las cuales tendrá que ganar si quieren pasar a octavos de final.
Cuando las carreteras se inclinan, cuando llega la montaña y la prueba es más difícil, es cuando en el ciclismo brilla el ‘escarabajo’ colombiano. Nairo, Rigo, Chaves, Henao, Pantano y compañía sacas su estirpe en los momentos más difíciles y ahora eso lo debe hacer la Selección Colombia en la Copa Mundial de Rusia-2018.
El terreno plano del Mundial ya no está. La derrota contra Japón puso en una cuesta para arriba las aspiraciones de la tricolor en Rusia y eso lo saben los colombianos, quienes después de la caída coincidieron en una idea de equipo: “ahora es el momento para mostrar el carácter”.
“Es bastante difícil iniciar con la derrota, no esperábamos que ese partido se diera así, pero ya nos levantamos para pensar en los dos partidos que nos quedan, en los que debemos jugarnos la vida y hay que ganarlos sí o sí, hay que ser muy fuertes mentalmente, saber que son solo tres partidos, tres finales y nos quedan dos”, reconoció el lateral izquierdo Johan Mojica.
Y a la derrota se le suma otro factor, el del desgaste físico, porque afrontar todo un partido con un hombre menos, en el intenso calor de Saransk, que alcanzó a rondar los 27 grados centígrados, con un clima seco, obligará al equipo a tener una recuperación intensa, con poco tiempo para trabajar.
De otro lado, a diferencia de Brasil-2014, cuando la Selección se ganó el premio Fair Play por solo recibir cinco amarillas y ninguna roja en todo el Mundial, ahora inició con la segunda expulsión más rápida de toda la historia de los Mundiales y dos tarjetas amarillas más.
Todo el panorama para la Selección es complejo, la montaña que se atravesó desde los tres minutos de presencia mundialista en Saransk impactó a los dirigidos por José Pékerman, quien ahora debe liderar la recuperación de sus jugadores, desde lo físico y en lo mental, para seguir soñando.
“Siempre hemos estado en situaciones difíciles, pero con la unidad de familia que tenemos, siempre creyendo, porque para el que cree todo le es posible, hay que estar tranquilos porque quedan dos partidos muy importantes para nosotros y los jugaremos como unas finales”, reiteró Juan Guillermo Cuadrado.
Y las cuentas son claras para la tricolor, las victorias frente a Polonia y Senegal le dan el cupo a los octavos de final sin importar otros resultados. Un empate contra los polacos ya lo haría depender de otros resultados y la derrota sí lo eliminaría definitivamente de la sexta presencia mundialista de la historia.
Ahora, no solo es el estar en déficit de puntos o estar golpeados física y mentalmente, también es la notable ausencia de Carlos ‘La Roca’ Sánchez, estandarte de la Selección, el equilibrio del equipo, que debería ser reemplazado por Wílmar Barrios en el duelo ante Polonia.
Pero esa no sería la única modificación del cuerpo técnico, que debe replantear y recomponer el camino como lo debió hacer desde el primer partido, con hombres de experiencia que le den un mejor manejo a las situaciones difíciles, por eso Cristian Zapata y Abel Aguilar serían de la partida.
Yerry Mina y Mateus Uribe también tendrían un lugar entre los titulares y la gran incógnita es la de James Rodríguez, si es habilitado para 90 minutos o como contra Japón solo está para jugar unos cuantos minutos. En ataque también podría ingresar Luis Fernando Muriel por José Izquierdo.
Ayer el equipo nacional cumplió con una práctica en el estadio Sviyaga a las afueras de Kazán, en el lugar de concentración, con actividad para los jugadores que no actuaron contra Japón y recuperación específica para los que sí tuvieron minutos en el Mordovia Arena de Saransk.
La tricolor seguirá preparando el duelo contra Polonia en el Sky Resort de Kazán, porque el próximo domingo 24 de junio, cuando en Colombia se festejará el Día del Padre, los jugadores deben sacar la casta, deben mostrar la jerarquía de país que tiene objetivos grandes y como los escarabajos, imponer la condición de escaladores, de especialistas en superar las montañas más altas del mundo.
