Todos los aficionados neoyorquinos estaban ansiosos por presenciar, el próximo miércoles, en la pista central Arthur Ashe de Flushing Meadows, el 47 duelo profesional entre el suizo Roger Federer, segundo del mundo, y el serbio Novak Djokovic, exnúmero uno, si ambos, llegaban a los cuartos de final del Abierto de EEUU.
En la sesión matinal Djokovic cumplió con los pronósticos al conseguir por undécima vez consecutiva estar entre los ocho mejores del último torneo de Grand Slam de la temporada al vencer en tres set (6-3, 6-4 y 6-3) al portugués Joao Sousa, número 68 del mundo.
Pero faltaba que Federer, cinco veces ganador del Abierto de Estados Unidos de forma consecutiva desde el 2003 al 2008, hiciese lo propio con un veterano de 29 años como el australiano John Millman, a quien se había enfrentado una sola vez, en el 2015, en Brisbane y le había ganado por 4-6, 6-4 y 6-3.