Actualmente, 9 de los 28 puntos afectados por la avalancha ya fueron recuperados. En estos lugares se han construido muros de contención con cimentación profunda, obras de estabilización y mitigación de riesgo.
Hace un año, los habitantes de Bucaramanga y su área metropolitana despertaron con el frío denso de una noche lluviosa, desconociendo la emergencia que dejó aquella madrugada.
Las cinco largas horas del fuerte aguacero ocasionaron los desbordamientos de las quebradas Grande, El Boquerón, El Cafetal, y los ríos Manco y de Oro. La emergencia invernal cobró cuatro vidas y dejó más de 100 damnificados en 29 veredas de Piedecuesta.
La ciudad quedó incomunicada con el centro del país. Las vías Piedecuesta - Pescadero y Los Curos - Málaga estaban completamente destruidas. Fueron más de 61 sitios críticos afectados.
Lo que ocurrió aquella noche, según explicó Víctor Julio Azuero, ingeniero civil, especialista en Vías Terrestres, fue un aumento del nivel del río, esto ocasionó un represamiento del arrastre de palos, arenas y piedras; posteriormente ocurrió la avalancha.
“De manera inmediata el Invías dispuso de personal, maquinaria y toda su capacidad técnica y operativa para atender estas emergencias. En cuanto a la vía Los Curos – Málaga con el apoyo del Batallón de Ingenieros Militares del Ejército Nacional de Colombia logramos restablecer el paso vehicular con un puente metálico semipermanente, el 6 de abril de 2020”, recordó Guillermo Toro Acuña, director del Instituto Nacional de Vías, Invías.
En este año, se han invertido más de $275.000 millones para la recuperación de estos dos corredores viales, entre contratos de obra, pavimentación y gestión vial integral.
Hoy se han logrado realizar trabajos de estabilización de taludes, recuperación de bancas, obras hidráulicas, construcción de muros en concreto ciclópeo, muros con cimentación superficial y profunda sobre caissons en los puntos afectados de la Troncal Central.
Hoy, 365 días después de la tragedia invernal que marcó a Santander en los últimos años, la Troncal Central (entre Pescadero y Piedecuesta) presenta un avance del 90%.
Se estima que las obras de este tramo finalicen en el primer semestre del año, dice dice Toro Acuña.
En este lugar se ha realizado la intervención de 28 puntos afectados que comprende la construcción de muros de contención con cimentación profunda y longitud promedio entre 100 y 150 metros y altura promedio entre 5 y 8 metros; estabilización de taludes, recuperación de banca, obras hidráulicas, construcción de puentes y túnel falso. El Invías asegura que actualmente nueve de estos puntos ya fueron recuperados en su totalidad y los demás se encuentran en ejecución.
A pesar de los avances en la ejecución de las obras, la vía continúa presentando demoras en la movilización de los automotores. El tiempo del trayecto se ha doblado, debido a las tres paradas que deben hacerse en el camino y los cierres intermitentes, que en muchos casos pueden tardar hasta una hora.
“El fin de semana viajamos a San Gil. Son tres paradas que se hacen en el camino. De regreso nos tocó esperar como una hora en cada sector”, afirmó una viajera de la ciudad.
Pero estas demoras han afectado al sector productor santandereano. Aunque reconocen que esto llevará a contar con vías en óptimas condiciones y más seguridad.
“En este momento tenemos un paso normal que nos comunica con Piedecuesta y La Mesa de Los Santos, que es el segundo epicentro avícola más importante del departamento. Sin embargo, las obras, que aún se vienen ejecutando, siguen teniendo afectaciones en la movilidad, lo que nos genera demoras en la distribución y entrega de los productos”, aseguró Martha Ruth Velásquez, directora Fenavi Santander.
El sector productor nacional añora que estas restricciones de tránsito que se siguen presentando se solucionen lo antes posible.
“Sabemos que las demoras en la vía es por la magnitud de los daños ocasionados durante la emergencia. Nos preocupan las afectaciones que se puedan presentar nuevamente por la temporada invernal”, señaló Velásquez.
Según el cronograma de Invías, en el primer semestre de este año serán entregadas las obras.
“De manera simultánea se adelantan gestiones para la asignación de recursos y continuar con la intervención de más puntos críticos, garantizando la seguridad de los usuarios de este corredor”, aseguró Toro Acuña.
La avalancha que se vivió la madrugada del 26 de febrero también dejó completamente cerrada la vía Los Curos – Málaga. Fueron 41 puntos afectados, del kilómetro 106 al 124. En este lugar se han realizado labores de estabilización de taludes, recuperación de bancas y se adelanta la construcción de puentes y un túnel falso.
Como una solución temporal e inmediata que permitiera la comunicación vial, en abril del 2020 se colocó un puente militar semipermanente modular metálico tipo Acrow TSR3.
De manera alterna, Invías construye el puente permanente que conectará con la capital de la provincia de García Rovira. Tendrá 70 metros de largo y 9.30 metros de ancho a doble carril y un paso peatonal. Se espera que a finales de marzo de 2021 entre en funcionamiento.
Para la atención de emergencias se destinaron $62.000 millones y $122.000 millones para la pavimentación de 26 kilómetros. Las obras de la emergencia tienen un avance del 70%.
Actualmente, según César García, director de la Unidad del Riesgo de Santander, “se están haciendo obras de estabilización y mitigación riesgo. Aquí se había declarado urgencia manifiesta para la atención del tramo”.
Después de 10 días de la tragedia se habilitó el paso a un solo carril por la vía que conduce con el centro del país. Antes de que esto se lograra, los conductores debieron acudir a las vías alternas. Por ejemplo, los que debían viajar a Bogotá tenían tres alternativas. La primera era por la vía Zapatoca, de ahí dirigirse a Barichara, para salir a San Gil y tomar el curso de la vía nacional a Bogotá. Esto se sumaba dos horas más del trayecto.
La segunda opción vial apta para transporte intermunicipal, por el tamaño de los buses, era usar la Troncal del Magdalena Medio. De Bucaramanga a Barrancabermeja, hasta La Dorada y de ahí a Bogotá. Esto implicaba cerca de cuatro horas adicionales al viaje y más peajes.
La tercera alternativa, la única vía que el transporte pesado pudo utilizar, fue por San Alberto, de ahí a Puerto Salgar para tomar posteriormente el camino a Bogotá.
En el caso de los que tenían que dirigirse a la capital de la provincia García Rovira, la única ruta habilitada era ir de Bucaramanga hasta Pamplona, de ahí tomar la vía a Presidente y luego a Málaga.
Gran parte de estas vías secundarias y terciarias no estaban en las condiciones idóneas para la movilidad de vehículos. Muchas colapsaron por el mal estado de las mismas y por la cantidad de tráfico que se presentó.
