A cerca de un mes de habilitarse el paso vehicular por el puente más moderno de Colombia, Vanguardia.com analiza si este hecho podría ser definitivo para el jalonamiento de la pavimentación definitiva de esta vía de 147 kilómetros.
La construcción de un puente con altos estándares de ingeniería y tecnología, rodeado de una vía en mal estado, suscitó un debate acerca de la prioridad que debe darle el Gobierno Nacional entrante a la pavimentación definitiva de esta importante vía de Santander.
Con 148,3 metros de alto y 653 de largo, el puente Hisgaura, ubicado en la vía entre Curos y Málaga, se convertirá en la estructura atirantada más grande de Suramérica. Se estima que sea habilitado el próximo 31 de agosto y en su construcción se invirtieron cerca de $100 mil millones.
Entre otras, el puente contará con monitoreo las 24 horas, amortiguadores que disipan los sismos y se tiene presupuestado que tenga una iluminación similar a la del Viaducto Provincial o puente de La Novena en Bucaramanga.
Tras este interrogante el gerente del Fondo de Adaptación, Iván Mustafá, argumentó que la razón principal para construir Hisgaura es que esta obra hace parte de la intervención de uno de los 46 puntos críticos que tiene esta vía.
“Primero hay que garantizar la transitabilidad de la vía y luego si pavimentarla. Si se pavimenta primero, luego se tendrá que volver a intervenir la obra ya ejecutada para arreglar los puntos críticos”.
El directivo de la empresa de transporte Copetrán, Ariel Gerardo García, afirmó que “ya se cuenta con el puente y se debe trabajar ahora por tener una vía digna para el transporte y los usuarios que se movilizan por la provincia de García Rovira”.
García aseveró que “si se pavimenta la vía, las dos ventajas principales para el transporte son el acortamiento de distancias durante el recorrido y la comodidad de los pasajeros al desplazarse por una carretera en buenas condiciones. El estado actual del corredor vial ha deteriorado mucho el parque automotor y cuando hay cierre se afecta la prestación del servicio”.
El directivo aseguró que “con la pavimentación de la vía es muy posible que se pueda innovar el parque automotor e implementar el servicio de buses preferenciales hacia Málaga. Asimismo, dependiendo del flujo de pasajeros, se puede incrementar la oferta hacia más poblaciones de García Rovira”. Actualmente, el transporte se presta en busetas minipreferenciales.
Hugo Fernández, gerente de la empresa Cotrans, expresó que “aunque lo que todos esperamos es que se arregle la vía, ya no es novedad que en ella haya derrumbes. Ya nos acostumbramos a tener que bajar de los buses con pica y pala en mano para ayudar a dar paso”.
Sin embargo, Fernández aclaró que “sería muy bueno tener una vía en buenas condiciones ya que por los baches que hay en el recorrido los buses sufren mucho, sobre todo en la parte de la suspensión. Además el riesgo que se corre en la trocha es inminente. Esperamos que cuando haya pavimento el trayecto entre Málaga y Bucaramanga tarde cuatro horas”.
Sector alimenticio y de carga clama el pavimento
El transporte de carne, frutas, tubérculos, lácteos, gas propano y verduras es el más afectado con las condiciones actuales del recorrido de esta carretera.
Sobre este tema, el concejal y cultivador del municipio del Cerrito, Fausto Carvajal, informó que para el caso de productos como la cebolla, la fresa, las uchuvas y la papa criolla, estos pierden su valor cuando son transportados por este corredor vial. “La tierra que hay por el camino se le mete a la carga. Cuando llegamos a Bucaramanga con papa criolla embarrada los compradores ya no pagan la carga a $100 mil, en promedio, sino que reducen ese valor hasta a $70 mil”.
Para el caso del ganado, Carvajal advirtió que “la gran cantidad de huecos en la vía genera que las reses se caigan, las otras las pisan y la carne llega maltratada a Bucaramanga. En ocasiones el ganado se muere por el camino y hay que regalarlo porque al llegar a Curos no dejan pasar un vehículo con un animal muerto”.
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Óscar Torres, transportador de gas, acotó que “las ventajas más grandes para nosotros como transportadores se darían más que todo en costos de mantenimiento y de tiempo. El flete en esta vía está en un promedio de $80 mil por tonelada. Cada viaje puede salir por cerca de $1 millón, de los cuales hay que invertir $500 mil entre combustible, conductor y comida y de ahí hay que sacar también para el mantenimiento del vehículo y ajustarlo”.
Torres dijo que la vida útil de los vehículos se podría alargar y se evitaría la inversión constante en elementos como hojas, llantas y rodamiento.
¿El ‘puente’ hacia la pavimentación?
En tal sentido, el personero de San Andrés, Francisco Sierra, fue enfático en afirmar que “este puente es como algo que florece en el desierto. Es cierto que transitamos por una trocha pero una obra de tal envergadura e inversión como el puente Hisgaura no se había visto en la vía entre Curos y Málaga”.
Sierra Durán exclamó que “si el estado es justo, se debe contratar el proceso de pavimentación definitiva de la vía. García Rovira es una zona que ha sido muy afectada por el conflicto y lo único que reclama es una vía”.
Asimismo, el gerente del Fondo de adaptación, Iván Mustafá, planteó que la intervención de los puntos críticos, incluido Hisgaura es el primer paso para jalonar la pavimentación definitiva de la carretera y “el compromiso de la bancada de parlamentarios de Santander, los gremios y la Gobernación de Santander es el de seguir insistiendo año a año para que se continúe el proceso”.
