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Miércoles 09 de noviembre de 2022 - 12:00 PM

La caficultura de Santander es de las más promisorias de Colombia: gerente de la FNC

El dirigente gremial reconoció cinco atributos de la caficultura regional, entre esos los cafés especiales y los cultivos bajo sombra. Además, cuestionó el poco apoyo en inversiones del Gobierno departamental.

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Colprensa / VANGUARDIA Roberto Vélez Vallejo, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros.
Colprensa / VANGUARDIA Roberto Vélez Vallejo, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros.

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Colprensa / VANGUARDIA Roberto Vélez Vallejo, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros.

Santander es el sexto departamento en áreas cultivadas de café y el octavo en producción a nivel nacional. Esto convierte al departamento en una de las regiones cafeteras por excelencia.

De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, el cultivo del grano en Santander es desarrollado por 32.602 familias en 37.974 fincas, y genera el equivalente a 41.000 empleos directos en las zonas rurales. Las 51.840 hectáreas sembradas en café en 75 municipios representan el 23% de la producción agrícola departamental.

Vanguardia conversó con Roberto Vélez Vallejo, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, sobre cómo se encuentra la caficutura en el país y en el departamento.

¿Se cumplirán las metas de renovación de cultivos?

La renovación no va al ritmo que nosotros quisiéramos, tenemos dentro del esquema de productividad de la caficultura colombiana una meta de renovar más o menos un 10 % del área cafetera, hoy el café tiene 840.000 hectáreas, serían 84.000 hectáreas.

Este año ha sido, particularmente, lento por muchos motivos, pero uno son los buenos precios, a estos niveles de precio la gente prefiere, aunque ve el árbol ya un poco viejo y con frutos, esperar a que eso pase el año entrante. Las decisiones de renovación se han venido atrasando y con ella, las renovaciones del país.

¿Acaso no ha habido recursos?

Es uno de las de los temas que preocupa a la Federación, que lo pusimos sobre la mesa al Gobierno, que tomó rápidamente una decisión. El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dijo que se debe montar un ICR, es decir, un incentivo de capitalización rural para la renovación de café. En este momento estamos diseñando un programa conjuntamente con el Ministerio de Agricultura para presentarlo a Hacienda, orientado a volver a incentivar la renovación cafetera.

Hay que decir que tal vez en los últimos tres años la inversión que hemos hecho en renovación no ha sido la necesaria. Primero, porque el Gobierno del presidente Duque tenía los recursos comprometidos en otras cosas, como la salud y el empleo de los colombianos, y el Fondo Nacional del Café no ha tenido los recursos para apoyar. Ya ve uno el envejecimiento promedio de los cafetales.

¿Cuánto es más o menos esa edad?

Llegar a 6,9 años y venimos de 6,1 años. Este es un tema en el que no podemos fallar porque solamente una caficultura joven y nueva nos hace competitivos internacionalmente.

En la medida en que se siga envejeciendo la caficultura, la productividad va cayendo. Nosotros tenemos datos de cuánto es exactamente un año más de envejecimiento en crecimiento de productividad, pero lo que sí es claro es que no podemos permitir que esto vuelva a suceder.

Y el apoyo...

Infortunadamente en Colombia no se hace, si no hay apoyo por el Gobierno nacional y el Fondo Nacional del Café. Esperemos que este año, después de estos meses complicados financieramente por los incumplimientos a futuro, el Fondo vuelva a dar unas utilidades y parte de estas puedan ir a renovación de cafetales. El gobierno pone una parte, nosotros otra y buscamos terceros coequiperos.

¿Cuánto puede costar ese programa?

Depende de qué tan grande lo quiere hacer uno, pero creo que un programa bueno de renovación puede valer tranquilamente $100.000 millones.

El precio de café en la Bolsa de Nueva York va a la baja, luego de estar en máximos, ¿a qué se debe esta caída?

Llegó a estar hasta en 2,40 dólares y ahora ronda los 1,70 dólares. No puede quedar ninguna duda de que el precio reacciona y está muy influenciado con lo que pasa en Brasil, que tuvo una buena floración y mejores condiciones este año, y debe recoger una cosecha decente en el 2023, que se inicia entre junio y julio. Entonces, el mercado empieza a reaccionar sobre esa base.

Usted ha insistido en que los caficultores colombianos no venderán el grano barato ni a pérdidas, teniendo en cuenta lo que ha pasado con las ventas a futuro, ¿por qué asume esta postura?

Esto va más allá de unas declaraciones, ya lo vivimos en el 2016 cuando los productores de café estábamos vendiendo por debajo del costo de producción. A mí me parece que eso no tiene ninguna presentación, o sea, el cafetero colombiano no tiene por qué vender por debajo del costo de producción.

También hay un problema estructural y es que la Bolsa de Nueva York, ese contrato C, que nos sirve a nosotros de referencia en el 2013 adoptó a Brasil como uno de los orígenes del contrato y dado el tamaño de este país, eso se volvió, básicamente, un referente del precio de Brasil. Entonces, el contrato C cae a un dólar otra vez es por el regreso de Brasil a una producción normal o un poco más grande. Insisto, nosotros no tenemos que seguir colgados de ese mismo cuento, uno tiene que pedir por lo que vale el producto.

¿Y cuánto vale?

Vale un costo de producción más una rentabilidad. Por lo tanto, no comparto el tener que vender café por debajo del costo de producción y no comparto con el hecho de que el mundo y la comunidad internacional le pague a los productores colombianos algo parecido a la caficultura de Brasil, que no tiene las características de acá, ni la calidad, ni la sostenibilidad de nuestro producto.

Usted dijo que pasan los gobiernos, prometen vías terciarias y es poco lo que se cumple, ¿eso qué tanto impacta la producción?

El impacto es muy duro. Aquí lo increíble es la resiliencia del campesino, quien termina sacando ese café a como dé lugar, sacado en mula en unos lodazales. Los caficultores siempre piden vías terciarias, ese es el clamor.

¿La tributaria afectará al sector cafetero?

Estamos contentos porque lo que había para café en la tributaria salió todo, como lo del costo presunto y trataron de meter o asimilar a la Federación y al Fondo en la misma bolsa de las iglesias y entidades sin ánimo de lucro que tenían que pagar impuestos, eso también salió.

¿Cómo se encuentra en este momento la caficultura de Santander?

La caficultura de Santander es una de esas caficulturas más promisorías a futuro por muchos factores. Primero, está llegando a municipios nuevos del sur de Santander. Segundo, se está volviendo una solución para un campesinado que estaba un poco sin norte. Tercero, porque tiene un apoyo institucional muy fuerte, la institucionalidad en Santander es sólida. Cuarto, es una caficultura hecha bajo sombra lo garantizará bonos de carbono hacia adelante. Cinco, porque ha venido trabajando en cafés especiales desde hace muchos años. Todos estos elementos hacen que la caficultura de Santander vaya por buen camino.

Pero no todo es bueno. Lástima, y lo tengo que reconocer, el poco apoyo del Gobierno departamento y local. Por ejemplo, en el Tolima el gobernador le meterá $40 mil millones a la caficultura, y en Norte de Santander donde invirtieron $13 mil millones. Y uno ve que en Santander nada.

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Publicado por Miguel Orlando Alguero

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