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¿Cambiará la manera de jubilarse en Colombia?
- Archivo / VANGUARDIA
En el documento de la reforma pensional que ya hace tramite ante el Congreso quedaron 18 artículos abiertos para el debate y siete ya tendrían un acuerdo parcial.
Es importante mencionar que uno de los puntos que no tiene discusión es la propuesta que contemplan crear los siguientes pilares: solidario, semicontributivo, contributivo y voluntario.
No obstante, el documento sí tuvo cambios, así no fueran tan sustanciales. Por ejemplo, se estableció que la renta básica del pilar solidario será manejada por el Ministerio de Trabajo y no por el Departamento de Prosperidad Social.
En cuanto al pilar semicontributivo, la propuesta sería integrada por las personas que alcanzaron la edad para pensionarse, pero que no cumplieron los requisitos. En ese orden de ideas, las mujeres tendrán que esperar hasta los 62 años para recibir el beneficio económico, mientras que los hombres tendrán que esperar hasta los 65 años. Este mismo cambio se propone para el pilar solidario.
Algunos expertos y gremios como Asofondos dieron a conocer algunas preocupaciones sobre el documento. Además, expertos también presentaron reparos sobre puntos que no beneficiarían a los empleados a la hora de acceder a la pensión.
1. Todos los ciudadanos cotizarán en el régimen público: La reforma mantiene en parte el objetivo de acabar con la competencia entre los regímenes público y privado, y buscaría que fueran complementarios. La idea es que todos los ciudadanos, que tengan ingresos por debajo de tres salarios mínimos, pasen a cotizar en Colpensiones y quienes tengan ingresos por encima de tres salarios mínimos, cotizarían ese monto adicional, de manera obligatoria, con la AFP.
Sobre este punto, Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, comentó que “es un sistema de reparto que no es sostenible a futuro, porque cada vez hay menos cotizantes por cada pensionado” y agregó que “es importante que los colombianos puedan preservar su libertad de jubilarse anticipadamente, de escoger la modalidad de pensión que más le convenga y el derecho de elegir quien administra su ahorro.
2. Se mantiene el umbral del pilar contributivo en tres salarios mínimos: Como está planteado el proyecto quienes ganen hasta tres salarios, cotizarán el total de sus ingresos en Colpensiones. Para la cartera Laboral, este monto permite garantizar la sostenibilidad del sistema.
Sin embargo, esto traería una reducción en el ahorro privado, razón por la cual algunos sectores defienden que este umbral debería bajarse hasta al menos dos salarios mínimos. “En ese sentido, tenemos diferencias, el ahorro de los trabajadores no es público”, dijo Montenegro.
3. Reduce los beneficios del semicontributivo: En este pilar entrarán aquellas personas que a los 65 años de edad no hayan cumplido los requisitos para acceder a una pensión contributiva, pero que tengan cotizadas entre 300 y 1.000 semanas. Las mujeres accederán a este beneficio a partir de los 60 años.
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Asofondos señaló que en la ponencia se reducen los beneficios en este pilar, lo cual advierte como un punto a tener en cuenta, pues este atenderá la mayor cantidad de gente.
Precisamente, en el artículo 18 de la ponencia se establece que “los beneficios establecidos en este artículo serán pagados de manera vitalicia, no podrá superar 80 % del salario mínimo, no podrán ser sustituibles por muerte, ni heredables”. El reparo que se ha hecho sobre este pilar, principalmente, es que aumenta la edad para acceder al beneficio.
4. No habría independencia en el manejo del Fondo de Ahorro: En este punto expertos también advierten que, según la ponencia, el Comité Directivo del Fondo de Ahorro quedaría controlado por el Gobierno, lo cual podría poner riesgo la independencia en su manejo.
Sobre este punto, en el artículo 24 de la ponencia radicada se define que “la reglamentación deberá incluir la creación de un Comité Directivo, en donde se definan las políticas generales de administración e inversión, dentro del cual harán parte el ministro del Trabajo o su delegado, el ministro de Hacienda y Crédito Público o su delegado, el director del Departamento Nacional de Planeación o su delegado y el presidente de Colpensiones, este último tendría voz, pero no voto”.
5. Se permite que Colpensiones cobre una comisión mayor: Este es uno de los puntos que poco se ha discutido, pero que afectaría directamente el bolsillo de los colombianos, pues se permitiría que Colpensiones cobre una comisión mayor a la que hoy cobran en promedio los fondos, la cuál sería obligatoria para todas las personas que ganen al menos tres salarios mínimos.
José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, explicó que con el paso de las cotizaciones a Colpensiones, esa comisión ya no sería por concepto de administración, sino por gestión sobre las pensiones, porque ya no se tratarían de ahorro privados, sino públicos.
Helio Armando Fernández Aranda, magíster en ciencias económicas, coordinador de investigación de la Escuela de Economía, Administración y Negocios de la Universidad Pontificia Bolivariana, considera que la reforma pensional que hace parte del paquete de reformas sociales que el Presidente Gustavo Petro espera le sean aprobadas este semestre, tiene como principal objetivo el aumento de lo aportes al régimen público y así liberar recursos estatales que hoy cubren el déficit del sistema. Con esto se busca generar una renta básica de jubilación para casi 2,5 millones de adultos mayores que hoy no están en el sistema o no cumplen los requisitos para jubilarse.
Sobre acabar con los fondos privados, considera que no es sano que las AFP se acaben, pues “dichas entidades cuentan con aproximadamente $20 billones para mover inversión privada, generando rentabilidades importantes. Con la reforma, esta cifra disminuiría considerablemente, quedándoles menos de los $7 billones, dado que cerca del 93 % del total de cotizantes reciben menos de cuatro salarios mínimos”. Por ello, la mayoría pasaría a Colpensiones y, a pesar que la reforma no plantea un artículo donde se manifieste textualmente que los fondos privados se acaben, para el experto su modelo de negocio será insostenible. En el mediano plazo el costo sería “salir a buscar recursos para sostener el nuevo sistema por medio de impuestos, incrementar los aportes de las cotizaciones, disminuir los montos de las mesadas o incluso aumentar las edades para pensionarse”.
Adicionalmente, se perdería la autonomía de los cotizantes para elegir una u otra opción, dado que prácticamente Colpensiones inclinaría la balanza a su favor. Y, finalmente, “sin duda alguna Colpensiones será el encargado de administrar casi el 80% del total de los recursos de los aportantes (cerca de 36 billones de los 45 billones en total se estiman, aportan los colombianos al sistema) y todos sabemos que el peor administrador que existe en cualquier modelo económico es el Estado, y más un país como Colombia, salpicado de un sinnúmero de casos de corrupción del sector público, sin contar toda la carga fiscal que en esta institución recaería”.
Frente al aumento de la pensión, que es otro de los puntos críticos, cuenta que a la fecha las mujeres se jubilan a los 57 años y los hombres a los 62 (siempre y cuando hayan cotizado mínimo 1.300 semanas). En países vecinos como Venezuela y Uruguay la edad de jubilación para hombres es de 60 y para mujeres de 55 años. En Paraguay, por ejemplo, le edad para mujeres y hombres es la misma, 60 años.
También es sabido el estallido social en Francia por la propuesta del presidente Macron de aumentar de 62 a 64 años la edad de jubilación a partir del 2030. Para Fernández Aranda, “con una reforma pensional, acompañada de una reforma laboral voraz para el sector productivo, se constituye el cóctel perfecto para aumentar la preocupación, pues habrá más población envejeciendo y cotizando, y si no se encuentra una forma de aumentar ingresos, los problemas naturales de financiación que ya tiene el sistema se agravarían, es decir, saldría peor la cura que seguir enfermos”.
Sin embargo, si se mira con lupa la situación, “no estamos lejos de una realidad en donde los colombianos llegan a la edad para pensionarse, pero deben seguir cotizando 2 o 3 años más porque las semanas no están completas, porque se perdieron en el sistema o porque se empezó a cotizar tarde, entre otras razones.
Finalmente, no han pasado ni 10 años (2014) desde que la edad se aumentó en Colombia. En hombres pasó de 60 a 62 años y en mujeres de 55 a 57 años.
En conclusión, si la reforma pensional es aprobada en todo su articulado, será casi inevitable que deba modificarse la edad ó en su defecto la cantidad de semanas para compensar el sistema, el envejecimiento poblacional acelerado en Francia fue la principal razón para el cambio mencionado anteriormente en la edad de pensión; lo anterior se explica mejor entendiendo que las personas tendrán derecho a la pensión durante más tiempo del estimado (más de 10 años tomando como referencia la expectativa de vida actual según el Dane, para hombres 75 años y para las mujeres 81 años)