Empleo en los jóvenes: mucha preparación y poca experiencia
Aunque actualmente muchos jóvenes cuentan con la preparación académica para ciertos cargos laborales, no cuentan con la experiencia que las empresas buscan.
En la juventud se sueña con iniciar la vida laboral, entre las muchas razones está la independencia económica y el crecimiento personal y profesional; no obstante, cada vez son menos los que logran conseguir un trabajo.
Si bien es cierto que, gracias a normativas como la Ley 1429 de 2010 y la Ley 1618 de 2013, en el país existen programas de inclusión laboral fuerte, aún hay empresas que no cuentan con la infraestructura necesaria para implementar efectivamente programas de inclusión laboral.
De acuerdo con un estudio realizado por el Gobierno de Canadá y la ONG de desarrollo Cuso International sobre la incursión al mercado de trabajo por parte de la juventud, reveló que cerca de 3,2 millones de jóvenes, que hacen parte de los estratos 1 y 2 del país, enfrentan precariedad laboral.
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Adicionalmente, cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, muestran que de los 12 millones 352 mil jóvenes en edad de trabajar, el 16,1% está desempleado, en el trimestre septiembre a noviembre.
Para Alejandro Matos, director de Cuso International en Colombia, “se trata de una situación preocupante para la juventud colombiana, pues la precariedad laboral impacta sus condiciones de vida actuales y futuras, al tiempo que los aboca a permanecer en una situación de pobreza durante toda su vida”.
Según la muestra del Dane, las mujeres son las más desempleadas, con el 21,4%, frente a los hombres, con 12,1%.
Este resultado para Eugenia Roldán Cabrales, directora jurídica y de RR.HH. en Almachivos, y candidata a máster en derecho del trabajo y seguridad social de la Universidad del Externado, evidencia la discriminación por género de las empresas.
“Es evidente que el tema de la discriminación por género aún existe. Muchas empresas se abstienen de contratar mujeres por temas como la maternidad y el hogar, lo que lleva a que posiblemente se ausentarán más y por eso le dan más oportunidades a los hombres”, señala Roldán Cabrales.
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A pesar de este panorama, el Social Progress Index 2018, publicado por la organización sin ánimo de lucro Social Progress Imperative, señala que Colombia tiene camino por recorrer para disminuir la precariedad laboral de su población, dado que ocupa la posición 100 sobre 146 naciones.
Erradicar este fenómeno, a opinión de Matos, se logrará cuando haya una mayor garantía de un trabajo digno y decente para la juventud colombiana.
¿Quiénes son menos afectados?
La educación media es un factor determinante para que un joven pueda acceder a mejores oportunidades laborales, según el estudio realizado por la ONG de desarrollo Cuso International, especialmente en aquellos que tienen situación de pobreza. Quienes logran tener un título de bachillerato, multiplica por tres sus posibilidades de tener un trabajo no precario.
Vivir en una ciudad grande también influye en la consecución del empleo. La posibilidad de lograr mejores vinculaciones laborales se multiplica por 1.8 veces.
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Con relación al género, la investigación arrojó que las mujeres jóvenes urbanas de estratos bajos que se desempeñan en sectores como los servicios (ventas, servicios domésticos, aseo, etc.) y de comercio, hoteles y restaurantes deben hacerle frente a mayores riesgos de precariedad laboral que aquellos que encaran los hombres.
Profesionales preparados sin experiencia
Eugenia Roldán Cabrales, directora jurídica y de RR.HH. en Almachivos, y candidata a máster en derecho del trabajo y seguridad social de la Universidad del Externado, señala que en los casos de los jóvenes profesionales que están entrando en un mercado laboral que no está ajustado para las expectativas que ellos vienen, ya que no existe un coherencia entre la cultura empresarial y los deseos de ellos. Esto se vuelve una brecha.
“Nosotros tenemos un sistema de producción industrial tornado hace dos siglos y los jóvenes de ahora- llamados millennials y centennials- están en otro era, entonces hay prisión entre lo que es la empresa, la industria y el modelo de producción mundial ofrece frente a ellos, que vienen con otro chip y la adaptabilidad es compleja. Todo se da desde el momento del reclutamiento y selección, cuando ellos obtienen la información laboral de la compañía, horario y condiciones, esto no se hace atractivo. Segundo, creo que los jóvenes deben enfocarse laboralmente y académicamente, no lanzarse del pregrado a la maestría, pues aunque son personas absolutamente preparadas, no tienen la experiencia que requieren para alguno de los proceso al interior de una compañía, pues ahí llega la dificultad en lo laboral”, precisó Roldán Cabrales.
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Por su parte, Jenny Reina, administrador de gestión y colocación de la Agencia de Empleo de Compensar, afirma que a las empresas les genera respaldo o seguridad que los nuevos vinculados tengan trayectoria y domino en el área donde se desempeñarán; “sin embargo, el sector empresarial cada vez más está contratando personal por sus habilidades, destrezas y actitudes, por eso es común encontrar hoy que los procesos de selección son más dinámicos e incluyen evaluación de competencias”.
Para Roldán Cabrales, los jóvenes que están en la formación profesional deben desarrollar habilidades en otras áreas de la educación no formal, alternar los estudios con el trabajo y aprender un segundo idioma.
Periodista de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Miembro de Vanguardia desde 2009. En el 2016 empecé a cubrir la sección de Economía.
Desde estos espacios ha podido participar en trabajos premiados en Colombia y Santander como, Premio Departamental de Periodismo Económico de la Cámara de Comercio De Bucaramanga y Premio Periodismo Social, de Asocajas, en la categoría de Mejor Artículo de Prensa.
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