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En 2022, la producción de pollo subió 7,3%; mientras que la de huevo bajó 4,6%, ¿qué pasó?
- Archivo / VANGUARDIA La avicultura en el mundo enfrenta la influenza aviar.
La Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi) reveló que la producción avícola aumentó 2,9%, con 2,7 millones toneladas más que el año anterior.
El crecimiento en pollo fue de 7,3%, con 1,8 millones de toneladas y un consumo per cápita de 36,3 kilos.
Esto significa que, según datos de la entidad gremial, el pollo creció el doble que la producción bovina y 3,6 más que la porcino.
“El pollo hoy es la principal proteína consumida por los hogares por precio y sustitución de otras que aumentaron mucho. El pollo asado se volvió la base de la alimentación por fuera del hogar de los colombianos”, dijo Gonzalo Moreno, presidente de Fenavi.
En huevo, a diferencia del pollo, hubo un decrecimiento de 4,6%, que se explica “por todo lo que sufrimos por los bloqueos, pues el ciclo de producción es de dos años”, dijo Moreno.
La producción fue de 16,2 mil millones de Huevos, con 769 millones de unidades menos que en 2021, y un consumo de 315 per cápita.
“La buena noticia es que vemos que el otro año las personas están metiendo aves a granja, y recuperaremos el nivel de producción que venía el año pasado”, agregó el dirigente gremial.
La industria avícola, al igual que todo el rubro de alimentos, fue golpeada por el alza den los insumos, con un aumento de alimento balanceado de 28,1%, que es el costo de maíz, que subió 20%, y la soja, que tuvo un encarecimiento de 14%.
“El precio no ha bajado en el mercado de futuros, no está en los niveles anteriores a la pandemia, y eso significa que ha sido un sobrecosto de 30%”, agregó.
Para 2023, la industria estima que, en huevo, el crecimiento llegue al que se tenía en 2020, y que cerrará con más de 17.000 millones de unidades, mientras que en pollo se espera que sea entre 2% y 3%.
Moreno explicó que el sector avícola está en el camino para exportar pollo, pero “aunque ya tenemos el estatus de país libre de Newcastle, igual implica dos a tres años, nos interesa Estados Unidos, algunos países de África, entre otros”.
En el 2021 la inversión en activos biológicos (aves ponedoras) cayó en 9,4%, razón por lo cual la producción en el 2022 se redujo en 4,6%, a lo cual se le suma un efecto productividad por los bloqueos que amplió la reducción en la oferta a un 8,5% aproximadamente.
La producción pasó de 17.028 millones a 16.260 millones de huevos, de allí que el consumo per cápita bajó de 334 a 315 unidades al año, con una reducción de 19 unidades.
La buena noticia es que para el 2023 se espera recuperar el nivel de producción en huevo de 17.000 millones de unidades, mencionó el gremio.
Además, el costo de los insumos en el sector avícola del 2022 están concentrados en un 80% en maíz amarillo y en fríjol soya, y estos tuvieron un incremento en dólares en 20,3% y 14,5% respectivamente.
A ello se suma un impacto inflacionario reflejado en un aumento en el costo del alimento balanceado superior al 28.1%. En los dos últimos años las necesidades de capital para alcanzar la misma producción se han incrementado en más de un 38%.
La avicultura en el mundo enfrenta la influenza aviar, una enfermedad de las aves, que si bien no presenta un riesgo para los humanos, genera unas altas mortalidades en las aves. En este momento, afecta a 46 países alcanzando más de 6 mil brotes y más de 100 millones de aves sacrificadas en el mundo, sólo en los Estados Unidos supera la cifra de 50 millones de aves.
No obstante, en Colombia gracias al trabajo realizado por el ICA, el Ministerio de Agricultura, en colaboración con Fenavi en cabeza del Fondo Nacional Avícola (Fonav), el Plan de Contingencia para la atención de esta enfermedad ha logrado contener con éxito su propagación evitando que llegue a granjas comerciales.
El dirigente aseguró que, desde 2008, el sector avícola venía preparándonos para eso. “Pasamos una ley que busca que se mantenga el estatus del país como libre de influenza aviar, para poder movilizar unos recursos. Hemos tomado unas decisiones muy fuertes, como granjas avícolas bioseguras obligatorias si tienen más de 200 aves, algo diferente a lo que se hace en el mundo, y es la mayor protección”.
Las granjas avícolas bioseguras resguardan las aves para que no tengan contacto con las de afuera, y que no entren enfermedades ni roedores con el uso de mallas y sistemas de control.
“Es lo mismo que aprendimos de bioseguridad con el covid. Estamos trabajando con el ICA para controlar muchas aves de traspatio que están alrededor, las que son libres que pueden modificar los virus”, dijo.
Hay una tasa de mortalidad de hasta 100% por la influenza aviar, y puede pasar entre cuatro y seis días. “El riesgo está, va a seguir estando, hay que fortalecer temas como las aves que están libres y que no son cuidadas, toca recogerlas, traerlas para que no sufran, evitar en algunas zonas los eventos como los gallísticos. Tuvimos 35 brotes a la fecha, pero ya están controlados, creemos que se seguirá repitiendo todos los años, en abril y en octubre, pero toca controlar de octubre a diciembre, ellas van de camino, no se quedan acá”.