Los bares y restaurantes hacen parte de uno de los sectores que más se verían afectados con los cambios que traería la reforma laboral.
La reforma laboral radicada por el Gobierno aumenta los beneficios de los ocupados formales (un porcentaje minoritario de la fuerza laboral), mientras que eleva los costos para que las empresas generen empleos de calidad, lo que podría dificultar que los desempleados y los ocupados informales mejoren sus condiciones laborales.
Así se concluye de un informe de Corficolombiana, que cuenta que el mercado laboral se caracteriza por un bajo nivel de ingresos y una alta informalidad. Esto se refleja en la concentración del empleo en microempresas y trabajadores por cuenta propia.
Advierte la investigación que los sectores más expuestos a un aumento en el costo del empleo formal, por los cambios de jornada y el recargo nocturno (contemplado en la reforma laboral), son el comercio y la reparación de vehículos (dada su dinámica de generación de empleo y la alta demanda de horas extra), las actividades profesionales, científicas y técnicas (por ser intensivas en mano de obra) y los servicios de salud. Estas actividades concentran el 35% del total de empleos formales, el equivalente a 2,9 millones de puestos de trabajo.
Expertos de la firma de Abogados & Asociados también señalan que a los sectores mencionados anteriormente se suman subsectores como actividades de seguridad privada, comercio al por mayor y al por menor (grandes superficies, minimercados, almacenes de ropa, etc.), actividades de centros de llamadas, hoteles, actividades de servicios de comida (restaurantes) y actividades de entretenimiento (cines, teatros, parques de diversiones, etc.).
De acuerdo con el informe de la firma Abogados & Asociados, algunos efectos que traería la reforma laboral con los recargos nocturnos sería la eliminación de los efectos microeconómicos pretendidos por las reformas de 2002 y 2014.
Asimismo, se tendrían mayores barreras para la contratación de labores que requieren operación sin solución de continuidad, así como el aumento del valor de los costos para sectores de bajo valor agregado.
Cabe destacar que con la reforma se contempla que un dominical ordinario diurno pasa de 75 % a 100 %; un dominical ordinario nocturno pasa de 110 % a 135 %; un dominical suplementario diurno pasa de 100 % a 125 % y, un dominical suplementario nocturno pasa de 150 % a 175 %, aspectos que, de acuerdo con Fenalco y otras entidades, generarían sobrecostos a la nómina.
De acuerdo con Corficolombiana, el salario promedio en las microempresas en 2022 se situó 14 % por debajo del salario mínimo. En consecuencia, a manera ilustrativa, una microempresa que mantenga el presupuesto destinado a remuneración enfrentará la disyuntiva de mantener la mayor parte de su nómina en la informalidad o emplear a menos personas para cumplir con unas condiciones de formalidad todavía más estrictas. Esto es especialmente relevante considerando que las microempresas concentran el 64 % de los empleos del país.
