La Ocde y la FAO consideran improbable que en los diez próximos años se reproduzca una crisis alimentaria como la de 2007-2008, aunque uno de los principales riesgos son las restricciones al comercio, del que van a seguir fuertemente dependientes algunos países en desarrollo para su aprovisionamiento.
Según el director general de la FAO, José Graziano da Silva, las barreras comerciales podrían afectar algunos productos agrícolas, sobre todo con altibajos de precios y con una desestabilización de la producción y del aprovisionamiento.
Una de las consecuencias de esa menor predictibilidad sería una disminución de las inversiones, con lo que eso implica, por ejemplo, para la eficiencia productiva.
El secretario general de la Ocde, Angel Gurría, añadió que una de las tendencia generales es que ciertas zonas, como Oriente Medio y el Norte de África, seguirán tanto o más dependientes de las importaciones de alimentos en los diez próximos años como en estos diez últimos, por lo que hace falta "un entorno abierto y predictible".