Si la baja del arancel a 70% se hubiera dado este año, el ingreso bruto del cañicultor se hubiera reducido en 5%, lo que significa una disminución del 25% de la utilidad del sector. Así lo manifestó Procaña en un comunicado.
El gremio que reúne a los productores de caña de azúcar reiteró su preocupación sobre la inestabilidad jurídica del sector y el Sistema Andino de Franja de Precios (Safp), el cual existe desde 1994. Además, concluyó que la política del Gobierno de reducir los aranceles va en contravía de lo que ocurre en el mundo azucarero, que es uno de los más distorsionados. "Mientras aquí bajan los aranceles en el resto de países productores los suben".
En consecuencia, según su análisis, se estimulan las importaciones de azúcar, de deteriora la balanza comercial, se impacta la estabilidad social de las familias paneleras y se fomenta la práctica ilegal de derretimiento de azúcar para producir panela "poniendo en riesgo al consumidor nacional y sin lograr que éste se beneficie de un menor precio".
De acuerdo con el documento esta medida ha demostrado su eficacia "en la protección al consumidor cuando los precios internacionales del azúcar están altos y al productor nacional cuando están bajos".
Procaña también llamó la atención respecto a los indicadores del sector agrícola y su papel en el desarrollo económico colombiano. El gremio asegura que mientras en 1991 la balanza comercial del país era de US$2,5 billones, en 2013 llegó a US$0,5 billones. Así mismo, en el mismo periodo el empleo en el campo pasó de representar 26% a 16% y la participación del PIB agrícola que era de 16,7% ahora solo llega a 6,1%.
"Estas cifras ameritan una profunda reflexión sobre el papel la implementación urgente de una estrategia de fortalecimiento del sistema productivo agrícola".
