El futuro de los posgrados: “Lo tradicional no seguirá siendo lo normal”

A nivel mundial, la educación posgradual implementó cambios destacables: Nuevos modelos de enseñanza, aumento en innovación e integración TIC. El país no fue ajeno a esta tendencia. Para dar una mirada hacia estos avances, Revista Posgrados consultó a Esperanza Herrera Villabona, doctora en Ciencias, magíster en fisiología, especialista en docencia universitaria y actual directora de Posgrados UIS.
Posgrados: ¿Qué tipo de desafíos tuvo que sortear la educación posgradual debido a la pandemia y cómo se enfrentaron?
Esperanza Herrera Villabona: “Los modelos educativos que se han venido adoptando representan una oportunidad hacia una aproximación más inclusiva en los sistemas educativos y con mayores posibilidades de cobertura. Sin embargo, las brechas socioeconómicas son un obstáculo para acceder a las herramientas digitales.
Las adaptaciones en las metodologías de enseñanza y aprendizaje durante el confinamiento producido por la pandemia, deben conllevar a reformas curriculares de amplio espectro, porque lo tradicional no seguirá siendo lo normal de aquí en adelante. También será necesario revisar la pertinencia de los posgrados y las líneas de investigación y profundización de los programas frente a las nuevas realidades.
A nivel mundial, la pandemia ha impactado la demanda y permanencia estudiantil de los posgrados, lo que ha impulsado programas de apoyo como descuentos de matrícula. Lo que hay que hacer ahora es realizar estudios de pertinencia de posgrados para innovar en la oferta, competir con calidad (no con precios), realizar seguimiento de egresados, alianzas empresariales y gestión interna y externa para garantizar los recursos para el funcionamiento de los posgrados”.
P.: Tras el confinamiento, ¿cuáles han sido los cambios estructurales en la educación posgradual?
E.H.V.: “Es importante aclarar que la transformación forzosa de los programas presenciales en tiempo de pandemia dista de ser un cambio de los programas presenciales a la modalidad virtual; lo que se ha hecho es adaptar para poder continuar el desarrollo de los programas.
También han surgido cambios en cuanto a los problemas que se abordan en las líneas y agendas investigativas, pues se han identificado prioridades enfocadas hacia un mejor logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la atención de la crisis sanitaria, social y económica desatada por la pandemia.
Con respecto a los modos de internacionalización, también existen cambios. Las movilidades presenciales se han transformado y actualmente existen nuevos modos de interacción con comunidades internacionales, también facilitadas por el uso de las TIC”.
P.: ¿Qué posibles tendencias tendrá la formación posgradual, luego de pasar por un momento tan coyuntural como el confinamiento?
E.H.V.: “Las publicaciones nacionales e internacionales sobre este tema avizoran las siguientes tendencias:
Es muy probable que la educación virtual y mixta (blended) crezca exponencialmente.
Las IES y los posgrados de menor calidad podrían tender a desaparecer. Por lo tanto, se requiere innovar, recrear y crear nuevos posgrados.
La incursión de posgrados internacionales se verá favorecida por la virtualidad, por lo que un amplio número de posgrados ofrecidos por otros países podría extenderse a los de menor desarrollo. Esto demandará una mayor calidad, visibilidad y globalización de la oferta nacional.
Los modelos de evaluación de calidad y acreditación deberán reconocer e incorporar los cambios educativos en pandemia, algunos de los cuales permanecerán.
Es urgente articular el Sistema de Posgrados con el Sistema de Ciencia y Tecnología e Innovación de cada país.
P.: ¿Qué ganó y qué perdió la educación con la dinámica que se desarrolló en la pandemia?
E.H.V.: “El informe Cepal Unesco 2020: “La educación en tiempos de la pandemia de COVID19” alertó a la comunidad internacional sobre el incremento de brechas existentes producto de la pandemia, tanto en términos de acceso como de equidad y calidad, situación que afecta más a las IES y los países más vulnerables.
Para enfrentar este reto se requiere calcular los costos de los sistemas educativos, priorizar el gasto y garantizar la protección de la educación como un derecho humano fundamental, incluida la educación posgradual. El posgrado en sí mismo es un potencial transformador de desarrollo y contribuye a la recuperación social, económica y ambiental.
En algunos países, como Colombia, existen pocos programas de apoyo para la formación posgradual y rara vez la oferta logra llegar a los grupos de población más vulnerables y marginados, por lo que no es fácil lograr la equidad e inclusión en este nivel educativo. En este escenario, repensar la educación posgradual significa un trabajo intersectorial con la convicción de que la gestión del conocimiento y el aumento de capital humano altamente formado no sólo aseguran el desarrollo de un país, sino que también permiten responder con eficiencia a las crisis que seguiremos enfrentando en este siglo.
La pandemia puso en descubierto, además de la crisis sanitaria, la crisis educativa por lo que será prioritario acelerar las metas del ODS4 (educación de calidad, inclusiva y equitativa) que involucran todos los niveles educativos, incluido el posgrado. Por tanto, se espera que este tema sea priorizado en los planes de desarrollo de las Instituciones de Educación Superior y el Gobierno Nacional.
“La escogencia de países para el desarrollo de movilidad académica (entrante y saliente) estará determinada no solo por las oportunidades de apoyo (becas) y los niveles de desarrollo alcanzados en diversos países, sino también por las condiciones migratorias en términos de bioseguridad”.
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Comunicadora social egresada de la Universidad Santo Tomás. Miembro de Vanguardia desde el 2016, redactora de contenidos especiales para revistas, marketing y temas empresariales.
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