El universo fotográfico de Mónica Almeida
Así como sucede con la música de Gustavo Cerati, que, además de retratar un momento, genera un ambiente en el que perfectamente se condensan miles de sucesos a partir de una leve señal, la fotografía de Mónica Almeida logra revelar un mundo, teniendo como invitada y protagonista permanente a la luz.
Para ella, la fotografía es un lenguaje que “permite contar historias y transmitir sentimientos”. En cada una de sus imágenes, los personajes cobran vida y permiten que se pueda tejer infinidad de relatos a partir de realidades que circundan a todo ser humano. En ellos la soledad se apodera del espacio y demanda toda su atención. Vemos cómo cada “performatividad” cotidiana se erige en una acción artística que surge de un oficio que se ha vivido durante décadas. Sus anónimos seres podrían liderar obras literarias para relatar, desde su percepción, toda su psicología y su visión de un mundo que pareciera limitado, pero que se extiende y se amplía con la participación de todo aquel observador que se aproxima.
Para esta talentosa fotógrafa, 2018 “ha sido un año de muchos logros y aprendizajes”. Ha tenido la oportunidad de participar en diferentes eventos, en los que su trabajo artístico ha logrado ser protagonista: “El arte de ser mujer”, en que su obra “Amor y fe” fue premiada. Además, también fue invitada a “Ahí están pintadas – Colectivo fotográfico”, cuando participó con dos piezas fotográficas que fueron expuestas en la Casa de la Cultura Horacio Rodríguez Plata y en la Casa Cultural El Solar. Adicionalmente, fue seleccionada para participar en un libro único, en cuanto al tema de la fotografía, que reunió a lo más selecto de este arte: “Cien fotógrafos colombianos”. Para esta publicación, dos de sus fotografías fueron escogidas. Con su obra fotográfica “El tabaco” participó en el Salón de Artes Visuales “De Local”, y también fue premiada. Sumado a todos estos reconocimientos y triunfos, fue notificada, hace un par de días, para participar en la exposición final del XXIV Concurso Latinoamericano de Fotografía Documental “Los Trabajos y los Días”, evento en el que “se registraron más de 6000 imágenes que fueron enviadas por 1200 fotógrafos, provenientes de 33 países”.
Todo lo anterior es una prueba contundente de la exitosa carrera que ha liderado Mónica Almeida desde aquel encuentro que tuvo con la fotografía cuando era estudiante de diseño gráfico. Desde ese mágico momento decidió dedicarse con pasión a este arte, aquel que le permitió “amar la luz natural, aprovecharla, pero, sobre todo, conocerla”. De ahí su camino sigue con paso firme. Es por ello por lo que ella expresa su deseo de “retomar el proyecto que titulé ‘La huella del silencio’, con el que quiero mostrar, desde mi condición de mujer y artista, la realidad de la violencia de género, los claroscuros de un hecho abominable y que, usualmente, el silencio de la sociedad, especialmente de la misma mujer, ha sido un obstáculo para solucionar el problema”.