martes 07 de febrero de 2023 - 12:03 PM

Arrastre, de Sebastián Gómez Vargas: lo que cuenta la madera sobre el conflicto armado en la región

El Río Magdalena es una de las voces más potentes del conflicto armado en la región: los cuerpos que fueron depositados en su cauce como víctimas de los grupos paramilitares y guerrilla fueron arrastrados por el río, que también se trae la madera, esa que hoy es símbolo, gracias a la obra del artista Sebastián Gómez Vargas, de aquellos que fueron silenciados por la guerra.

Los cuerpos de las víctimas, como los troncos de los árboles, bajan por el río Magdalena, uno de los testigos principales del conflicto armado que vivió Colombia durante tantos años.

El Centro Nacional de Memoria Histórica ha registrado más de 320 cadáveres encontrados en este afluente desde 1982, según se narra en un artículo de Rutas del Conflicto.

Los depositarios de estos cuerpos en Magdalena Medio fueron las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, comandadas por

Ramón Isaza en 1991, pero muchos dicen que desde los años 70 se veían bajar los cuerpos.

Las autodefensas de Puerto Boyacá, comandadas por Gonzalo Pérez y su hijo Henry también fueron responsables, así como las Autodefensas de Santander y Sur del Cesar que entre 1993 y 1999 fueron las encargadas de dejar en el Magdalena el registro del dolor que causaron.

Arrastre, de Sebastián Gómez Vargas: lo que cuenta la madera sobre el conflicto armado en la región

El lamentablemente célebre en Santander, Guillermo Cristancho Acosta, alias ‘Camilo Morantes’, nubló la vida de Barrancabermeja a finales de los noventa y el Bloque Central Bolívar, comandado por Carlos y Vicente Castaño y que reunió a los grupos paramilitares del Magdalena Medio,

San Pablo y Sur de Bolívar, desaparecieron en el río a muchos santandereanos.

Pero, a pesar del testimonio del agua, para muchos el conflicto no ha existido, mientras que para otros no ha terminado.

Es por eso que Sebastián Gómez Vargas, a través de su exposición Arrastre, que se exhibe hasta el 10 de marzo en la sala de exposiciones del primer piso de la Biblioteca Gabriel Turbay del Instituto Municipal de Cultura y Turismo.

Se trata de una instalación in situ realizada a gran formato con ramas de árboles que fueron arrastrados por el Río Magdalena apiladas a presión recreando una gran ola del río, pero de madera.

“En mi imaginario la percibo como fragmentos de huesos, algunas raíces y maderas son completamente extrañas y tienen un tratamiento especial que les da el río. Estos fragmentos han recorrido varios kilómetros, no sabemos su procedencia”, explica Sebastián Gómez Vargas.

Y agrega: “Si llevamos esto a un paralelo y lo comparamos con el conflicto armado en Colombia hay una similitud entre estas maderas y los fragmentos que en una época se sacaban del río”.

Arrastre, que ganó la beca Cree en tu talento del Instituto Municipal de Cultura y Turismo en 2022, se divide en varios momentos: el primero tuvo que ver con establecer la relación entre los fragmentos de madera y los fragmentos de los huesos que fueron hallados durante el conflicto armado en Colombia, durante los años 80, 90 y 2000.

Arrastre, de Sebastián Gómez Vargas: lo que cuenta la madera sobre el conflicto armado en la región

Y, por otro lado, el trabajo con la comunidad y el trabajo que se estableció con las personas que pescaron la madera, que es como se le llama a la actividad que, en su cotidianidad, realizan los pescadores cuando no hay peces en río.

El artista señaló que no se talló ningún árbol ni se cortó o extrajo madera de forma ilegal.

La madera fue recogida en la zona de Honda, Tolima, en un lugar llamado el Salto de Honda, donde hay una pequeña curva que facilita la pesca de la madera.

“Cuando estábamos recolectando la madera, se duró un mes en esta recolección, ellos hablaban de que, obviamente, pescaron realmente fragmentos de cuerpos”.

De hecho, todavía hay panfleteo: los grupos paramilitares y las guerrillas condenaron la disidencia y la diversidad sexual, buscaron desaparecerla y silenciarla.

“La idea era construir como un caudal de río, por eso las curvas”, explica Sebastián Gómez Vargas sobre la instalación.

Se trajeron en total 16 toneladas de madera. Todas se usaron. El montaje tardó dos semanas y se hizo durante la noche. La recolección duró un mes.

Arrastre, de Sebastián Gómez Vargas: lo que cuenta la madera sobre el conflicto armado en la región

El artista comenta ha sido increpado acerca del origen de la madera, ¿por qué la trajo la madera desde tan lejos? Sebastián Gómez Vargas señala que su obra nació allí, en Honda y es parte de la memoria de la región del Magdalena Medio, por lo que se mantiene el concepto.

“Lo que busco es generar esa reconciliación entre nosotros y el río, es como si esto fuera lo que el río nos entregó, todos los restos de lo que el río ya no quiere tener. Lo veo muy poético, pero la realidad es completamente cruda y dura: infinidad de cuerpos que nunca se identificaron, que nos encontraron”, explica.

Una de las recomendaciones del informe del informe final de la comisión de la verdad es que los artistas con sus trabajos hagan memoria para la no repetición.

“Hay mucha gente que todavía considera que muchas cosas no sucedieron, entonces hay que hacer memoria para que no vuelvan a pasar y porque es necesario no olvidar”, concluye el artista.

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Paola Esteban

Comunicadora social - periodista egresada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Desde 2005 hace parte del equipo de Vanguardia, trabajando en crónicas y reportajes premium, los cuales se enfocan en temáticas culturales, población Lgbt, y mujer y género.

Ganadora de un premio Luis Enrique Figueroa en 2007 con ‘Aquí estamos pintados’ y un premio CPB con ‘Diario de una bulimica’ en 2008.

@paola_esteban

Besteban@vanguardia.com

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