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Cultura
Lunes 29 de noviembre de 2021 - 12:00 PM

Julián Villamizar: arte, tecnología y experimentación en Eros y Civilización

La exposición está disponible también en formato digital a través de la aplicación ArtSAN.CO, que cuenta con cinco salas de exposición dedicadas especialmente al arte santandereano.

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Fertilidad, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA
Fertilidad, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA

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Fertilidad, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA

Encuentro, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA
Encuentro, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA

Encuentro, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA

Confluencia, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA
Confluencia, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA

Confluencia, de Julián Villamizar. /VANGUARDIA

 Julián Villamizar y dos de las obras que hacen parte de “Eros y Civilización”. Foto: suministrada/VANGUARDIA
Julián Villamizar y dos de las obras que hacen parte de “Eros y Civilización”. Foto: suministrada/VANGUARDIA

Julián Villamizar y dos de las obras que hacen parte de “Eros y Civilización”. Foto: suministrada/VANGUARDIA

La obra “Eros y Civilización”, de Julián Villamizar, se mueve bajo dos preceptos: la experiencia sensorial que reta al ojo desprevenido y el concepto contundente relacionado con el pensamiento ecológico.

Y todo ello es atravesado, como un haz de luz futurista, por la tecnología: el arte digital y el blockchain.

Villamizar intervino su obra hasta el límite: imprimió las fotos que durante siete años tomó en el Páramo de Santurbán y les aplicó lejía y cloro, las trabajó con óleo y pastel y las bordó con materiales como el oro, la plata y el cobre.

Ahora la obra, que fue ganadora de la Convocatoria de Estímulos 2021 – BGA Cree en tuTalento, está expuesta en la Casa de la Cultura Custodio Gacía Rovira hasta febrero del próximo año.

Pero lo que más sorprende es el concepto que hay tras esta serie de 21 obras: la experimentación visual inspirada en Josef H. Neumann y Vasili Kandinsky, además del cuestionamiento hacia la posible expropiación de los recursos del páramo y la controversia por la cantidad de energía que se emplea en la nueva forma de consumir el arte: el blockchain.

Vanguardia habló con Julián Villamizar para adentrarse en cada una de los hilos de su obra, pero aún queda preguntarse: ¿por qué el título?

“Santurbán y sus habitantes naturales se debaten entre el Eros que crea la vida, que es fertilidad y amor... Y la Civilización que los ve como un útil a la mano, que entiende al humano como un poseedor y conquistador, que no entiende del eros y solo quiere tomar lo que pueda y luego desechar”, señala el artista.

“La obra son unas fotografías que yo intervengo de forma física, digital y, después de eso, las imprimo y las vuelvo intervenir: están bordadas en ciertos pedazos para hacer un realce de toda esa textura visual y convertirla en una textura física”, explica Julián Villamizar.

Cuenta que su familia ha estado ligada a la naturaleza de Páramo de Santurbán, a donde viajaban seguido, y que a partir de allí nació su deseo de fotografiar la fauna y flora y, particularmente, a las abejas, protagonistas de la serie.

“Lo que tú ves en mi exposición son mis recuerdos, los de mi papá, que leía mucho y me contaba acerca del origen de las especies, los de mi mamá y mis abuelas, que cortaban las plantas y el pelo con la luna, de mi maestro hablando de Kandinsky. Son muchas cosas que confluyen”, cuenta.

Villamizar emuló el proceso experimental del alemán Josef H. Neumann, pero el santandereano quiso añadirles a las suyas un valor intangible: la cuestión ética y ecológica.

“Yo tengo estas fotografías y las voy a dañar así como la gente quiere y empresas van a dañar Santurbán con químicos, pues yo voy a dañar con químicos estas fotos”, explica.

Por su parte, Kandinsky le inspira esos tonos de color e intensidades para invocar a los sentidos, al sol, al frío, a la disonancia moral entre nuestras vidas tecnológicas y la naturaleza que queremos proteger.

En el marco de esta exposición, Villamizar lanzó los primeros “NFT´s” relacionados con ecología, unas piezas de criptoarte y que tratan la problemática de nuestro páramo de Santurbán.

El NFT (Non-fungible token) es una forma de comprar arte online a través de la cadena de bloques o “blockchain”.

Y en el mundo del arte está empezando a llamar la atención: en marzo de este año, el artista digital estadounidense Beeple vendió el NFT de su collage Everydays.The First 5000 Days por 69 millones de dólares.

Los NFTs son activos únicos —podrán copiarse, compartirse o reproducirse libremente por Internet, pero la autoría íntegra será sólo del propietario o la propietaria—, son indivisibles, no se pueden destruir y son verificables.

También son contaminantes: según el índice de consumo energético de Ethereum, el mercado de los NFT, en lo que va de 2021, ha consumido la misma energía que Hungría en todo el año.

El artista se cuestiona entonces, no sin apuntar también a nuestro propio consumo de energía y a nuestro factor contaminante.

“De seguro van a llamar algunos medios de comunicación y van a preguntar: bueno, ¿por qué está haciendo esto si contamina? Creo que es un buen momento para generar ese cuestionamiento: ¿cuánto contamina usted, cuánta es su huella de carbono?”.

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Publicado por Paola Esteban

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