domingo 29 de enero de 2023 - 12:00 AM

Cultura

Julián Villamizar: Diez años de evocación, innovación y arte

Julián Villamizar con su exposición “Evocación – Melancolía y Fertilidad” celebra 10 años de carrera artística, un trabajo que se ha caracterizado por su amor a la naturaleza e intención de innovar en el arte.

Cuando el artista Julián Villamizar llegó por primera vez a esta casa periodística para mostrar su trabajo lo hizo con el apasionamiento que lo caracteriza, pero también con la humildad de quien presenta por primera vez al mundo la decisión más grande de su vida.

Luego de un rastreo en los archivos de Vanguardia, se llega hasta el 13 de julio de 2017, cuando se inauguró la exposición colectiva “Signos Cardinales. Ciudades imaginarias – Arte joven” en el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga.

La exposición recogía “fotografías, dibujos, pinturas y esculturas (entre otras técnicas) de artistas jóvenes de la región, cuyo quehacer artístico es casi desconocido para el público”, tal como señala la nota de prensa.

Y uno de los jóvenes participantes que daban estos primeros pasos en sociedad (y que se remontaban en realidad a 2012), era Julián Villamizar.

Participó con Florescencias vol. 2- “Los habitantes del olvido” (fotografía digital).

Así comenzó su carrera.

$!El medioambiente, principalmente el Páramo de Santurbán, han sido siempre uno de los temas de Julián Villamizar. Foto tomada de Instagram/VANGUARDIA
El medioambiente, principalmente el Páramo de Santurbán, han sido siempre uno de los temas de Julián Villamizar. Foto tomada de Instagram/VANGUARDIA

Su carrera

Año tras año, Julián Villamizar trabajó duro hasta que logró sorprender, en 2019, con dos exposiciones abiertas en simultáneo:Iconografía del Recuerdo” (una serie de 31 ilustraciones realizadas en técnica mixta sobre papel, inspiradas en las orquídeas) y “Los Habitantes del Olvido” (una serie de 20 macrofotografías tomadas a la especies de fauna más pequeñas del Páramo de Santurbán).

Luego, como sabemos, llegó la pandemia, pero Julián no se detuvo. En 2020 presentó, con el Colectivo BGA, la exposición “Resistencia / Resiliencia”, que además fue calificada como la primera exposición en Santander que se presentó de manera virtual en una plataforma digital que simula un espacio físico.

En 2021, presentó su exposición individual “Eros y Civilización”, que abordó los conceptos de arte digital y blockchain y en 2022, además de participar con su trabajo en la exposición “La Huella de Leonardo Da Vinci”, organizada por la Asociación Costarricense de Artistas Visuales, presentó también “Evocación – Melancolía y Fertilidad”, una muestra en solitario que, además, es una celebración de una década de arte, exploración, de investigación ecológica y tecnológica.

“Es indescriptible. Son demasiados sentimientos encontrados”, dice en una entrevista con Vanguardia cuando se le interroga por lo que siente al celebrar estos 10 años de trabajo.

En esa primera entrevista, en 2019, Villamizar expresó su interés, desde la infancia, por el medio ambiente, enfocado principalmente en el tema que más llega al corazón de Santander, el Páramo de Santurbán. Y a ese interés regresa conEvocación – Melancolía y Fertilidad”, que tendrá una segunda y tercera versión, esta última pensada para las personas que no pueden ver.

“Es un cúmulo de situaciones. Siempre me encantó la mitología griega, desde el colegio y en la universidad seguí ahondando en la psicología. Entonces encontré esa vinculación que hay entre la evocación o la remembranza que trae recuerdos al presente y cómo esos recuerdos empiezan a generar una melancolía”, explica el artista sobre la exposición.

Mi tema siempre ha sido la remembranza, los recuerdos, mi historia. Me apasiona mi historia, la historia de mi región de mi país.
Julián Villamizar, artista

Arte e innovación

En la mitad del salón donde estuvo su exposición, en el Centro Cultural del Oriente, este hombre altísimo, que mueve las manos y habla rápido, cuenta que comenzó estudiando diseño industrial, pero que al verse trabajando con piezas masificadas sintió que no era lo suyo. Lo suyo era el arte.

Sus papás se llevaron un shock. Les gusta el arte, pero no estaban seguros de una carrera artística. Sin embargo, reconocidos artistas de la región, que fueron también sus maestros, como Carlos Prada y Clemencia Hernández, lo adentraron en este mundo y lo prepararon también para las críticas que vendrían.

“Aquí hay mucho apasionamiento, hay mucha sangre caliente y las cosas cambian de color rápidamente: pasan de la crítica a lacerarte como persona”, explica.

Asegura que el camino no ha sido fácil. Ha participado en varios concursos que ha perdido, pero becas que ha ganado con sus propuestas.

“Muchas veces me cerraron las puertas en la cara y me dijeron: mire, dedíquese a otra cosa. Yo no me voy a dedicar otra cosa. Como en todas las profesiones, el arte no es esquivo a las críticas y vas a encontrar personas que te apoyan, otras a las que no les interesa y las que realmente quieren verte mal”, dice.

Pero su trabajo, relacionado siempre con la naturaleza, ha abordado también la línea de la experimentación, de la innovación y la búsqueda de nuevos elementos.

“Eso es lo bueno de haber estudiado diseño industrial, que siempre en diseño tú estás muy a favor de buscar nuevas tecnologías, nuevos procesos, nuevos materiales”, señala el artista.

Ahora mismo Villamizar expone también en el metaverso del Instituto Municipal de Cultura y Turismo su trabajo “Estridulación” que habla acerca de las cigarras de Bucaramanga y que es, además, la primera exposición de arte apta para el disfrute de personas con discapacidades auditivas o visuales.

Su obra se compone de materiales mixtos, fotografía, intervenciones, instalación textil y dibujo, en un camino que ha recorrido contra viento y marea.

“Siento gratitud por todas las personas que han estado desde el comienzo. A algunos ya no los volví a ver a ver, otros siguen ahí. Entonces mucha gratitud, mucho entusiasmo por lo que viene”, insiste.

Y quiere, como dice su colega Miguel Moyano, “morir con un lápiz en la mano”.

Su carrera
Año tras año, Julián Villamizar trabajó duro hasta que logró sorprender, en 2019, con dos exposiciones abiertas en simultáneo: Iconografía del Recuerdo (una serie de 31 ilustraciones realizadas en técnica mixta sobre papel, inspiradas en las orquídeas) y Los Habitantes del Olvido (una serie de 20 macro-fotografías tomadas a la especies de fauna más pequeñas del Páramo de Santurbán).
Luego, como sabemos, llegó la pandemia, pero Julián no se detuvo. En 2020 presentó, con el Colectivo BGA, la exposición Resistencia / Resiliencia, que además fue calificada como la primera exposición en Santander que se presente de manera virtual en una plataforma digital que simula un espacio físico.
En 2021, presentó su exposición individual Eros y Civilización, que abordó los conceptos de arte digital y blockchain y en 2022, además de participar con su trabajo en la en la exposición La Huella de Leonardo Da Vinci, organizada por la Asociación Costarricense de Artistas Visuales, organizada en dicho país, presentó también Evocación – Melancolía y Fertilidad, una muestra en solitario que, además, es una celebración de una década de arte, exploración, de investigación ecológica y tecnológica.
“Es indescriptible. Son demasiados sentimientos encontrados”, dice en una entrevista con Vanguardia cuando se le interroga por lo que siente al celebrar estos 10 años de trabajo.
En esa primera entrevista, en 2019, Julián Villamizar expresó su interés, desde la infancia, por el medioambiente, enfocado principalmente en el tema que más llega al corazón de Santander, el Páramo de Santurbán. Y a ese interés regresa con Evocación – Melancolía y Fertilidad, que tendrá una segunda y tercera versión, esta última pensada para las personas que no pueden ver.
“Es un cúmulo de situaciones. Siempre me encantó la mitología griega, desde el colegio y en la universidad seguí ahondando en la psicología. Entonces encontré esa vinculación que hay entre la evocación o la remembranza que trae recuerdos al presente y cómo esos recuerdos empiezan a generar una melancolía”, explica Julián Villamizar sobre la exposición.
Arte e innovación
En la mitad del salón donde estuvo su exposición, en el Centro Cultural del Oriente, este hombre altísimo, que mueve las manos y habla rápido, cuenta que comenzó estudiando diseño industrial, pero que al verse trabajando con piezas masificadas sintió que no era lo suyo. Lo suyo era el arte.
Sus papás se llevaron un shock. Les gusta el arte, pero no estaban seguros de una carrera artística. Sin embargo, reconocidos artistas de la región, que fueron también sus maestros, como Carlos Prada y Clemencia Hernández lo adentraron en este mundo y lo prepararon también para las críticas que vendrían.
“Aquí hay mucho apasionamiento, hay mucha sangre caliente y las cosas cambian de color rápidamente: pasan de la crítica a lacerarte como persona”, explica.
Asegura que el camino no ha sido fácil. Ha participado en varios concursos que ha perdido, pero becas que ha ganado con sus propuestas.
“Muchas veces me cerraron las puertas en la cara y me dijeron: mire, dedíquese a otra cosa. Yo no me voy a dedicar otra cosa. Como en todas las profesiones, el arte no es esquivo a las críticas y vas a encontrar personas que te apoyan, otras a las que no les interesa y las que realmente quieren verte mal”, dice.
Pero su trabajo, relacionado siempre con la naturaleza, ha abordado también la línea de la experimentación, de la innovación y la búsqueda de nuevos elementos.
“Eso es lo bueno de haber estudiado diseño industrial, que siempre en diseño tú estás muy a favor de buscar nuevas tecnologías, nuevos procesos, nuevos materiales”, señala el artista.
Ahora mismo Villamizar expone también en el metaverso del Instituto Municipal de Cultura y Turismo su trabajo Estridulación que habla acerca de las cigarras de Bucaramanga y que es, además, la primera exposición de arte apta para el disfrute de personas con discapacidades auditivas o visuales.
Su obra se compone de materiales mixtos, fotografía, intervenciones, instalación textil y dibujo, en un camino que ha recorrido contra viento y marea.
“Siento gratitud por todas las personas que han estado desde el comienzo. A algunos ya no los volví a ver a ver, otros siguen ahí. Entonces mucha gratitud, mucho entusiasmo por lo que viene”, insiste.
Y quiere, como dice su colega Miguel Moyano, “morir con un lápiz en la mano”.
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Comunicadora social - periodista egresada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Desde 2005 hace parte del equipo de Vanguardia, trabajando en crónicas y reportajes premium, los cuales se enfocan en temáticas culturales, población Lgbt, y mujer y género.

Ganadora de un premio Luis Enrique Figueroa en 2007 con ‘Aquí estamos pintados’ y un premio CPB con ‘Diario de una bulimica’ en 2008.

@paola_esteban

Besteban@vanguardia.com

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