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entretenimiento/espiritualidad
Viernes 22 de octubre de 2021 - 12:00 PM

Cambiar para bien y escalar

Adquiera el compromiso de pasar la página del ayer en busca de mejores horizontes. Debe atreverse a hacer algo diferente para darle la bienvenida a otra etapa, que le permita crecer y ser una mejor persona.

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Si lo que antes disfrutaba, hoy le parece tedioso; si usted mismo reconoce que se ha vuelto aburrido y amargado; si se toma las cosas muy ‘a pecho’; si solo respira rutina; si a pesar de que despliega su mejor esfuerzo para ponerle color a su vida, todo sigue gris; y si llora más de lo que ríe, es hora de reaccionar.

No puede permanecer en ese estado en el que ‘todo es igual’ y nada lo maravilla ni lo sorprende. Ya ha pasado por 19 largos meses de encierro y de monotonía tras la pandemia, como para que ahora pretenda seguir viendo su mundo pasar ‘sin ton ni son’. Debe modificar todo aquello que no le haga feliz.

Es preciso reformular muchos aspectos de su vida, para salir de esa ‘modorra’ en la que se encuentra.

Así se aferre al vetusto libreto de lo que antes fue, entienda que hay un mejor horizonte para su existencia.

No le estoy pidiendo que cambie principios o valores, sino que logre combinar su integridad con la adaptación a lo nuevo. Es algo así como cambiar las hojas, manteniendo intactas sus raíces.

Pero ojo, no podrá crecer si no está dispuesto a soltar las cosas negativas que hoy lo tienen agazapado.

Para escalar necesitará ver la vida desde otra perspectiva, arriesgarse, asumir retos y decidirse a tocar la cima.

No busque excusas para quedarse con los brazos cruzados; si realmente quiere hacer algo, encontrará una manera.

Usted tiene el poder de darle un motivador impulso a su vida, entre otras cosas, porque siempre hay la opción de poder avanzar sin importar las circunstancias difíciles por las que esté atravesando.

Es su responsabilidad resolver los pendientes y visualizar un mejor horizonte. Aunque no pueda modificar cosas que están fuera del alcance de sus manos, sí puede cambiar su percepción de ellas para tener una visión esperanzadora.

Si logra empoderarse ante la vida, ella misma le dará las herramientas y le allanará el camino para que pueda avanzar.

Estas no son ‘palabras de cajón’. Si se tiene confianza podrá obtener un progreso significativo en sus metas.

Atrévase a abrir nuevos espacios y aprenda a captar las oportunidades que siempre le ofrece cada amanecer. Su corazón latirá con más ganas cuando diseñe iniciativas que le permitan disfrutar cada día.

Debe estar dispuesto a vivir y, en ese orden de ideas, es probable que tenga muchos escalones por delante.

¡Cumpla todos sus anhelos! No se trata solo del trabajo que desea, también hablo de conquistar al amor de su vida, de moldear ese cuerpo que el ejercicio físico y la buena alimentación le puedan dar y de adoptar un estilo de vida distinto.

Además de sus logros económicos, cada cosa que sueñe es posible cristalizarla si se propone conseguirla. ¡Póngase manos a la obra, no se quede en el primer escalón!

¡CUÉNTENOS SU CASO!

Las angustias asaltan a nuestro estado de ánimo y nos despiertan inquietudes. Sin embargo, con cada cuestionamiento tenemos la posibilidad de razonar y de aplicar sanas estrategias para curar el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto. Cuéntele su caso a Euclides Kilô Ardila al correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:

Testimonio: “A los 58 años me siento un veterano agobiado y cansado por varias decepciones padecidas durante los últimos meses. He sido un tonto y soy el culpable de mis frustraciones. No tengo ganas de empezar nada nuevo, pues mi suerte está echada y ya no puedo dar más. Me gustaría que me ofreciera sus consejos. Gracias”.

Respuesta: Este no es un tema de años, por más ‘veterano’ que se considere. Y más allá de que haya afrontado varias decepciones, sí tiene la posibilidad de volver a empezar. Cada día usted dispone de 1.440 minutos para renacer; pero todo depende de su actitud y de lo diligente que sea para reconstruirse.

Evite la ansiedad y piense un poco más en lo que le falta por vivir. Destierre ya esa idea absurda de que “ya no puede dar más”. ¿Qué es eso de que su “suerte está echada”? No se quede esperando a que las circunstancias lo obliguen a cambiar ‘a juro’.

Debe darse un espacio para el silencio y para cultivar así su vida interior. Aproveche ese silencio reflexivo para mirarse con empatía, con amor y, sobre todo, sin autorecriminaciones.

Tome las riendas y asuma de manera decidida su tarea renovadora. No piense que por estar “agobiado” o “cansado” no puede recomponer sus ‘tejidos anímicos’. ¡Todo lo contrario! Es ahora cuando podrá sanarse e incluso sé que llegará más lejos de lo que usted mismo alcanza a imaginar.

La calma, la serenidad y unas buenas gotas de fe y entusiasmo serán claves para volver ‘al ruedo de la vida’.

Libérese de todas esas ataduras internas con las que ha vivido durante estos últimos meses porque ellas, sin siquiera notarlo, lo llevaron a ese estado de quietud en el que se encuentra. Prométame que me hará caso y luego me cuenta cómo le va. ¡Dios lo bendiga!

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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