Publicidad

Espiritualidad
Martes 17 de mayo de 2016 - 12:00 PM

Causa y efecto

Cualquier cosa que haga repercutirá en su vida. Cada acción que emprenda le traerá una consecuencia que será buena o mala, dependiendo de la intención con la que usted haya actuado. Todo lo que se envía al universo se regresa tarde o temprano.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Word Karma on wood planks 514499742
Word Karma on wood planks 514499742

Compartir

Todo lo ‘bueno’ o lo ‘malo’ que nos sucede es el resultado de nuestros actos. Y es así de literal: ¡Siempre tendremos la ración que nos corresponda!

Por eso, no debemos echarle la culpa de lo que nos pase a nadie.

Es clave aceptar que somos nosotros mismos los responsables de nuestras acciones.

En cada caso que nos pasa debemos atar cabos o unir los puntos conexos que han llevado a determinado hecho, no solo para entender lo que estamos viviendo, sino también para aprender de ello y evitar cometer errores semejantes más adelante.

También es claro que lo que les hagamos a los demás nos será devuelto en la misma proporción.

¡Ni más ni menos!

Hoy vivimos un presente que hemos creado en el pasado y, de manera precisa, lo que estamos diseñando hoy es el abono para lo que cosecharemos mañana.

Algunos le llaman a esta regla de la vida como la ley de ‘causa y efecto’; otros la han bautizado con el nombre de ‘karma’; y unos más hablan de ‘justicia divina’.

¡La denominación no importa tanto!

Lo realmente interesante es lo efectiva que resulta esta máxima en nuestro entorno. Incluso esta tesis es fácil de detectar en la cotidianidad.

Veamos algunos ejemplos:

Si sembramos amor, eso recibiremos; si somos amargados, la vida nos pagará con la misma ración de tedio; si no cuidamos nuestra salud, nos enfermamos, en fin...

Mantener pensamientos optimistas atraerá resultados positivos; actuar de buena fe, nos redundará en consecuencias bien intencionadas, y así de manera sucesiva.

Diríamos que lo que afrontamos no son cosas del azar. Porque nada es suerte, sino atracciones de lo que hemos concebido en nuestras mentes.

También habría que mencionar que no estamos condenados a nada ‘malo’ si, de entrada, asumimos el reto de sembrar lo positivo.

Siguiendo las reglas de la ley que hoy nos ocupa, podríamos entender que la finalidad de la vida consistiría en transformar todo aquello que nos causa sufrimiento en paz interior y felicidad.

Tendríamos que corregir las cosas que estamos haciendo mal, para que obtengamos efectos alentadores.

Porque si sabemos que nuestras expectativas tendrán un gran impacto en la forma como nos desenvolveremos, deberíamos empezar por revisar qué estamos haciendo para que las metas diseñadas sean una realidad.

Digámoslo de una manera más precisa: Si lo único en el mundo sobre lo que tenemos un control verdadero son nuestros pensamientos; no debemos tener limites en cuán mejor podemos llegar a pensar. O sea que no hay barreras para mejorar nuestras vidas. Y lo mejor es que en todo esto siempre primará nuestra decisión.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por EUCLIDES KILÔ ARDILA

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad