Consejo espiritual: ¡Busque la claridad y salga del atolladero!

Hay gente que se queda anquilosada en al ayer y se empeña en concentrarse en las cosas que perdió o en las que dejó de hacer.

Aquel que insiste en ver solamente los aspectos negativos de la situación a la que le ha sometido el destino, se ‘nutre’ de pesimismo y de dolor.

En lugar de pensar en lo que ya no tiene remedio, es mejor dedicarse a disfrutar el presente y a construir un futuro mejor, reflexionando sobre las múltiples posibilidades que Dios le concede con cada amanecer.

Para que la rutina deje de incomodar, hay que lanzarse con entusiasmo a probar cosas nuevas y a recorrer caminos, que si bien pueden ser desconocidos e inexplorados, le darán una chispa a su existencia.

Tal vez a usted, a mí y a los demás, la vida nos esté ‘pidiendo a gritos’ que nos atrevamos a salir de lo convencional y que incursionemos por senderos que nunca antes nos habíamos animado a movilizarnos.

Y antes que lamentarnos por lo que no nos sale, debemos dedicarnos a descubrir lo que la vida nos está regalando generosamente, de tal forma que entendamos que merecemos vivir a plenitud.

Es preciso suministrarnos unas dosis de pasión, de alegría, de entereza, de resiliencia y de amor.

Nuestras actitudes ante la vida necesitan ser dirigidas por nuevos rumbos, para abordar lo que venga con mejores herramientas de apoyo y con más certeras posibilidades de alcanzar la felicidad.

Las dificultades de la vida nos han sido puestas por la Divina Providencia para motivarnos a indagar nuevos aspectos de nuestro poder interior, precisamente aquellos que no hemos querido reconocer hasta ahora. ¡Busquémoslos en nosotros mismos y actuemos de la mejor manera posible!

No nos podemos distraer o preocupar por nimiedades o por las quejas; centremos nuestra atención en las cosas realmente fundamentales.

Marchemos con total seguridad, pero con persistencia, hacia el logro de nuestros anhelos. Con la venia de Dios y con nuestro esfuerzo todo nos resultará bien; además, si sembramos una sana actitud, tendremos una gran cosecha.

BREVES REFLEXIONES

* Mírese por dentro y descubra lo maravilloso, irrepetible, valioso e inimitable ser humano que es usted. Dispone de fortaleza, de ánimo, de fe, de tesón y de optimismo. Si es consciente de cada uno de esos puntos, vencerá los obstáculos que se le presenten en el camino.

* He logrado resultados que me han dado gran confianza; pero también sé que no todo está consolidado o terminado. Soy prudente y estoy en alerta para seguir hacia el frente, porque entiendo que cada meta alcanzada es el inicio de un nuevo reto.

* Recordemos que el amor es la mejor solución y él sólo se logra cuando somos capaces de expresar nuestro afecto de manera abundante y sincera. Amar lo incluye todo, es un sentimiento enorme que nos permite vivir, ser feliz y trascender en cada cosa que hagamos.

* Las cosas necesitan de más reflexión y tiempo, para mirarlas con mayor objetividad. Lo digo porque no sería raro que todas esas cosas que hoy parecen ser tentadoras, a la larga podrían ser espejismos y falsas ilusiones. Déjese llevar por la intuición, pues ella será su brújula.

EL CASO DE HOY

Testimonio: “Quienes me conocen dicen que me he vuelto bastante quejumbroso y me critican porque, según ellos, mis querellas no tienen sentido. No sé si mis amigos tengan razón, pero es que estoy aburrido de tantas cosas negativas que me suceden. ¿Por qué tengo que pasar por situaciones difíciles? ¿Por qué no tengo un minuto de respiro? Le cuento que hasta me estoy enfermando. Deme su punto de vista, por favor”.

Respuesta: Aunque no me dice exactamente cuáles son esas situaciones que lo tienen aburrido, le cuento que ser un “quejumbroso”, como les dicen sus amigos, es un estado emocional que, de ser habitual, afecta negativamente su calidad de vida, su bienestar y en general su salud.

En lugar de quejarse, tenga claro que sus actuales circunstancias podrían convertirse en posibilidades de aprendizaje. Y a pesar de que son momentos complicados, sepa que podrá superarlos.

También piense que todo pasa y, a la larga, terminará dando gracias a la Divina Providencia por haberle permitido disfrutar de esas experiencias, tan enriquecedoras y formativas, aunque hoy las vea duras y tristes.

Sus problemas son la materia prima a través de la cual descubrirá sus fortalezas y debilidades; ellos le permitirán visualizar nuevas perspectivas que le permitirán crecer.

Por todo esto, afronte con decoro y entereza estas situaciones, así parezcan a primera vista complicadas. Si se llena de optimismo podrá moldear su realidad con sus propias manos y a la medida de su conveniencia.

Pídale a Dios que le dé serenidad, sabiduría y claridad para actuar ante esto que hoy vive. Destierre el papel de la víctima y conviértase en un ser propositivo. Le mando una ‘buena vibra’.