Consejo espiritual del día ¡No se deje aturdir por los problemas!

Cuando usted se siente mal, en ciertas ocasiones, enmudece y prefiere emprender un viaje sin palabras al interior de usted mismo.

Si bien es importante tomarse un tiempo prudencial para reflexionar sobre sus sentimientos, no se puede sumergir en la amargura ni mucho menos quedarse atornillado en la depresión.

‘Encerrarse en usted mismo’ y darle la espalda a su mundo exterior de manera tajante no son buenas estrategias. Además del malestar emocional, este desequilibrio puede trasladarse al plano físico y originarle enfermedades diversas.

Es claro que suele dejarse llevar por los problemas porque son hechos que le generan emociones negativas, tales como estrés, ansiedad y tristeza.

Naturalmente estas situaciones pueden ser abrumadoras y lo llevan a centrar su atención en el desespero y, en ese orden de ideas, ellas pueden hacer que pierda de vista otras cosas importantes y esenciales en su mundo, entre ellas, su amor propio, su trabajo, su familia, en fin...

Además, usted tiende a preocuparse demasiado por el futuro lo que, al final, le impide vivir el presente.

Le reitero que es relativamente ‘normal’ preocuparse por los problemas, pero también es necesario aprender a manejarlos de manera saludable y a encontrar un equilibrio entre resolverlos y disfrutar de otras áreas de su cotidianidad.

Comprenda que aunque a veces no pueda cambiar las circunstancias externas, sí puede asumir una actitud resiliente ante la adversidad.

Es obvio que debe aceptar lo que no está en sus manos cambiar; sin embargo, sí puede hacer acopio de entereza para mirar la vida de una forma más esperanzadora.

Tenga fe y, a través de su conexión espiritual, encuentre la fuerza y ​​la sabiduría necesarias para superar cualquier situación difícil por la que esté atravesando.

Entre las terapias recomendadas para estos casos están la meditación, la oración, la lectura de textos renovadores y otras sanas actividades que le ayudan a encontrar paz y claridad interior.

Déjese guiar por lo que le diga su propia intuición y pídale a Dios que lo conduzca por los caminos de la calma.

El perdón, tanto hacia usted mismo como hacia los demás, también es clave y es una poderosa herramienta espiritual.

Reflexione sobre cualquier resentimiento que pueda estar sosteniendo y considere el poder del perdón para liberarse de esas emociones negativas.

Tenga la debida inteligencia emocional para sobrellevar este tipo de situaciones, vea los problemas desde diferentes enfoques, actúe lo más coherente posible y halle la mejor solución para usted y para los que le rodean.

REFLEXIONES CORTAS

Un oportuno ‘baño de sol’, un amor verdadero, una temporada de descanso, una mente optimista, ejercicio, una dieta equilibrada, una dosis de autoestima, una gota de resiliencia, porciones de fe y amigos sanos son los ingredientes precisos para llevar una vida tranquila, saludable y serena.

Ningún día es gris si su alma está llena de colores. Así las cosas, una actitud positiva se engloba en la sana disposición y en una buena vibra. Confíe en usted mismo y no permita nunca que los demás le corten el vuelo. Recuerde: si tiene el sol dentro de usted, no importa lo fuerte que llueva.

Todas las personas que se cruzan en nuestro camino pueden enseñarnos algo y de nosotros depende si queremos aprender o no. También será preciso practicar la bondad con los demás, entre otras cosas, porque todo bien que hagamos por los semejantes repercutirá positivamente en nosotros.

EL CASO DE HOY

Testimonio: “Paso por una complicada situación y no sé cómo enfrentarla. A veces prefiero hacer ‘como si nada’, pero vivo muerto del susto con todo lo que me aturde. Estoy invadido de ansiedades y frustraciones. Lo peor es que no me concentro en mis agendas y me la paso cuestionándome el ‘por qué’ de tantas tensiones. Le agradezco uno de sus consejos”.

Repuesta: A veces la vida nos somete a duras pruebas, pero ‘cerrar los ojos’ ante lo que sucede no cambiará los hechos.

Deje a un lado sus temores y búsquele una salida propositiva a la circunstancia que padece.

Ponga los pies sobre la tierra, entre otras cosas, para tener una visión real y objetiva sobre lo que le está ocurriendo.

Es fundamental entender que las frustraciones que hoy siente obedecen, de manera precisa, a que “prefiere hacer como si nada”.

No alimente expectativas irreales ni cultive pensamientos que dinamiten su cotidianidad y que hacen que se instale en la sección de las odiosas ‘quejas’.

Dicho de otra forma: la aceptación de su realidad, tal y como ella es, le ayudará a vivir los contratiempos con mayor serenidad.

Procure armonizar las actividades que le corresponda realizar con la mejor actitud para que pueda disfrutar lo que deba hacer y sobre todo para que lo haga bien.

Instalarse en la pregunta del ¿Por qué a mí? no le resolverá nada. No se centre en el momento ‘malo’ por el que pasa sino en cómo va a solventarlo.

Si tiene el suficiente tesón para darle la cara a esa realidad, saldrá victorioso.

Pídale a Dios que le dé claridad, fortaleza, serenidad y sabiduría para actuar. ¡Hágame caso y verá que esto que hoy vive pasará!