Consejo espiritual: ¡Vea los días difíciles con las ‘gafas’ de la resiliencia!

Abandone, de una vez por todas, esa tendencia tan marcada de ver las cosas de una forma pesimista. Nada saca con percibir las circunstancias que le pasan desde una perspectiva negativa, enfocándose sólo en las dificultades.

Observe el entorno de una manera más despejada. Y, para ello, hágalo a través de las ‘lentes’ de la resiliencia, de la gratitud, de la esencia, de los valores y de la realidad en la que está inmerso.

En la búsqueda de la paz interior y el crecimiento espiritual, es fundamental adoptar en su cotidianidad esas singulares ‘gafas’.

Deje de lado los prejuicios y las expectativas falsas y aprenda a aceptar lo que llega en su día a día, sin que ello implique que se tenga que resignar a sufrir.

Con estas ‘lentes’ y con su capacidad de reacción, podrá enfocarse en las oportunidades y, mejor aún, encontrará el propósito y el significado en cada experiencia vivida.

No tiene por qué ver su situación opaca y sin brillo; al contrario, tenga presente que usted es una persona afortunada que, si bien no está pasando por su mejor momento, aún tiene grandes opciones a su favor y merecer ser feliz.

Le corresponde ser más flexible y debe saber asimilar los sucesos inesperados. En lugar de resistirse o temer a los problemas, aprenda a fluir con ellos, encontrando soluciones y ajustándose a las nuevas circunstancias.

Al superar los problemas con resiliencia, la confianza en usted mismo se fortalecerá y se dará cuenta de que será capaz de enfrentar cualquier obstáculo. Esa seguridad en usted mismo lo impulsará a sobreponerse ante cualquier situación difícil.

Le reitero que, al ver los problemas como oportunidades de crecimiento en lugar de obstáculos insuperables, cultivará una actitud mental positiva que le dará valor en los tiempos adversos.

Reconozca todo lo bueno que la vida le ha brindado generosamente para que lo aproveche.

No culpe a los demás por las limitaciones o por los momentos oscuros; si entabla un autodiálogo descubrirá que las razones de sus quejas están en usted.

Es hora de una transformación radical en la forma de ver la vida, para que pueda salir de esa apatía que se ha apoderado de usted y que le impide progresar.

¡Dios va de su mano y junto a Él nada tiene que temer!

EL CASO DE HOY

Testimonio: “Ante tantas malas rachas por las que paso y con las situaciones adversas que me han golpeado, estoy perdiendo la fe. Las cosas no me salen como yo las sueño y, en cierta medida, siento rabia con Dios porque todos mis esfuerzos son infructuosos. Me estoy alejando del Señor y me estoy volviendo escéptico en medio de los tropiezos y los descalabros. ¿Qué consejo me podría dar”.

Respuesta: Las cosas y los momentos de Dios son perfectos y, en ese sentido, nada saca con enemistarse con Él. Ojo: su relación con el Creador no está basada únicamente en lo que Él le da o en cómo le va en la vida.

¿Qué le quiero decir? Que debe aceptar que no siempre obtendrá lo que quiere porque, con seguridad, el Señor tiene un plan más grande y pleno para usted.

Detecte cuáles son las lecciones que el mundo le quiere dar con lo que no le ha salido bien. No se baje de nota, haga una autoevaluación para saber en qué está fallando, enmiende y mire hacia el frente. No olvide que las dificultades, si son superadas, le ayudan a madurar.

Mire su interioridad, porque es posible que se esté distrayendo en los resultados y no se haya concentrado en los procesos que debe llevar cada día.

En lugar de enfocarse en lo que no tienes, agradezca las bendiciones que Dios le ha dado y aprenda a valorarlas.

Le sugiero que mantenga su fe. Dedique tiempo a la oración, porque ella será su guía y su fortaleza.

En síntesis, recuerde que la relación con el Creador es una actividad continua y que, más allá de que un proyecto le salga o no, todos pasamos por momentos difíciles.

En toda circunstancia y en cada momento Jesús lo acompañará; también lo bendecirá en el momento que considere que deba hacerlo. ¡Un abrazo!

BREVES REFLEXIONES

* Para qué anda ‘cazando peleas’ con todo el mundo intentando demostrar que tiene la razón o queriendo hacer valer sus puntos de vista o sus diferentes filosofías de vida. Recuerde que la verdad, tarde o temprano, surgirá por la fuerza de sí misma y por su propia claridad.

* No se conforme con los logros alcanzados hasta ahora; si es posible, vaya por más. Los progresos espirituales y materiales vendrán hacia usted en la medida en que llame la prosperidad. ¡No se estanque! Si pretende conseguir nuevas cosas debe ir por ellas.

* Deje que las experiencias que le regala la Divina Providencia fluyan con más facilidad y sin interrupción alguna. No se acelere y haga acopio de dosis de serenidad y de tranquilidad. Alimente su mente, su cuerpo y su espíritu, de tal forma que pueda crecer y, al mismo tiempo, disfrutar la vida.

* La Justicia Divina nunca falla y no se queda con nada, sobre todo si usted da de corazón y a conciencia; es más, todo lo devuelve incrementado con creces y en cosas positivas. Pero, para que eso se dé, debe asumir una sana actitud y encaminar sus iniciativas de la mano de Dios.