Publicidad

Espiritualidad
Miércoles 10 de agosto de 2022 - 12:00 PM

Déjese irradiar por la fe

Muchas veces la espera nos desanima, nos frustra y hasta nos hace dudar de la vida. Sin embargo, si tenemos un alto grado de fe podremos estar seguros de que Dios actuará en pro de nuestras buenas causas.

Compartir
Imprimir
Comentarios

Compartir

Para algunos es un asunto de esperanza; hay quienes piensan que ella se asemeja a una actitud positiva; para otros es una estrategia que sirve para cristalizar metas; están los escépticos que la ven solo como una simple ‘retórica’; mientras que los religiosos la definen como un principio o una norma esencial de la vida. ¡Hablo de la fe!

Obviamente se trata de un asunto en el que cada quien tendrá su punto de vista, sobre todo sabiendo que estamos en un tiempo en el que muchas personas consideran que no es necesario tener fe en algo que ni siquiera podemos ver o tocar.

La fe, en general, podría entenderse como la creencia de una verdad o una posibilidad sin la necesidad de que existan pruebas o indicios. Por ello, el concepto de fe muchos lo ajustan a determinada religión.

Sin embargo, analizando las conclusiones de algunos estudios, está comprobado que las personas que tienen una vida de fe o que incluso profesan alguna creencia, ya sea católica, cristiana, evangélica o cualquier otra en particular, sobrellevan su cotidianidad de la mejor manera.

Podríamos decir que la fe es algo así como una especie de ‘vitamínico espiritual’ que nos permite considerar que la vida es un regalo del Altísimo. De hecho, quien tiene fe en el Señor sabe, admite y reconoce que no se mueve ni una sola gota de agua sin su permiso.

Lo mejor es que, aunque alguien sea ateo o sienta apatía por las cosas del alma, en cierta medida sí puede refugiarse en su fe.

Mucha gente que ha encontrado al Señor después de años de búsqueda, admite de manera pública que hoy es solo una gota que cae del cielo y que, en algún momento, se secará para darles paso a otras vidas.

A todos nos corresponde tener fe ante la adversidad y abrir el corazón para que Dios entre en él y nos cure el alma, las emociones y, por qué no decirlo, el mismo cuerpo.

Porque ha de saber que muchas enfermedades no desaparecen con las medicinas, sino con las terapias infatigables de la esperanza, del amor y de la confianza en nuestro Ser Supremo. Cuando estamos conectados con la Fuerza Divina, la vida se nos manifiesta con amor puro.

Si su vida crece invadida por la fe, usted logra cosas realmente valiosas: aclara las dudas cuando algo lo confunde; irradia esperanza cuando lo abate la tristeza; y, lo mejor, aparecen las soluciones de aquellos problemas que no lo dejan dormir.

¡CUÉNTENOS SU CASO!

Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíe su testimonio a Euclides Kilô Ardila al siguiente correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:

Testimonio: “No soy un hombre seguro y no me siento preparado para hacerles frente a las difíciles circunstancias que hoy me afligen. Ese miedo se recrudeció con la pandemia. No he aprendido a creer en mis capacidades y no me siento pleno. No sé si es que siempre he vivido en una zona de confort. ¿Por qué será que no logro recuperar la confianza en mí? ¿Qué me sugiere hacer? Le agradezco que me dé algún tipo de asesoría”.

Respuesta: ¿Sabe algo? En estos tiempos difíciles por los que hemos atravesado, muchas personas andan temerosas, faltas de confianza e indecisas.

La pandemia no solo cambió nuestra vida cotidiana, además nos afectó nuestra salud mental de una manera inimaginable: empezamos a vivir puertas adentro y, en cierta medida, nuestro entorno se llenó de sombras y de dudas. Tal vez, en su caso, toda esta época le está pasando la cuenta de cobro. No obstante, aprender a confiar en usted mismo será fundamental para salir de esa ‘zona de confort’ de la que me habla y para apostarle a otra perspectiva.

Establezca un diálogo interior y respóndase el por qué de esa inseguridad. En lo más recóndito de su alma está la respuesta a tal interrogante.

Le corresponde, sí o sí, valorarse más y, por supuesto, ser más consciente de sus capacidades.

Existen varias herramientas que pueden darle un envión anímico de seguridad: hablo de recordar sus valores, enfocarse más en lo positivo, vencer o reinterpretar sus miedos; e incluso acercarse más a Dios a través de la oración.

Estar cerca a Él le permitirá caminar con mayor claridad. Hágame caso y verá que su seguridad irá creciendo con cada nuevo paso que dé.

BREVES REFLEXIONES

* Entrene su mente para que sea capaz de ver lo bueno de cada circunstancia. Ese ejercicio le dará más confianza, mejorará su estado anímico e incluso beneficiará su salud. Está demostrado que ser positivo desarrolla condiciones para combatir enfermedades tales como: la ansiedad, el estrés y la depresión.

* Si usted vive desconectado con la misión que le corresponde adelantar, experimentará la desgarradora sensación de la desidia. Ojo: la gran tragedia no es la muerte; es dejar de sonreír, de amar y de soñar. Es aquello que deja morir dentro de usted mientras está vivo. ¡Así las cosas, anímese a disfrutar de cada segundo!

* Los desafíos son los que hacen la vida interesante y superarlos es lo que hace la vida significativa. Debe darse una idea de cuán importante es que trabaje en usted mismo y que se esfuerce, día tras día, por mejorar su estado de conciencia, con el fin de que goce de la calidad de vida que realmente se merece.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Euclides Kilô Ardila

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad