domingo 23 de octubre de 2022 - 7:08 PM

Espiritualidad

El espiral del aburrimiento

Hay mujeres y hombres que van por la vida dando varias vueltas alrededor de un mismo punto y, sin darse cuenta, se alejan de la felicidad. Caminan sin fe y se impregnan de un tedio que los deja sumergidos en el bostezo.

Son especialistas en aburrirse ‘de todo y por todo’. Esa ‘soporífera’ forma de ser les conecta a sus cerebros una especie de ‘chip’ que los hace ver el mundo gris y sin el menor aliento.

Van por ahí con el ‘piloto automático’ encendido a toda hora, sin tomar ni un respiro y, peor aún, siendo indiferentes a la realidad por la que atraviesan.

¿Está aburrido? ¡Mucho cuidado! Eso de estar harto de todo es una fuente constante de problemas, aunque estos parezcan bastante leves en un primer momento.

‘Alimentar’ el aburrimiento le puede dejar otras consecuencias de mayor gravedad que afectan su salud mental tras los brotes de estrés, de tristeza y de depresión.

Si está aburrido por algo, al punto que está con el desgano a flor de piel, debe cuestionarse el por qué se le apagaron la chispa, la energía y las ganas de vivir.

Hágase un autoexamen y analice su estado de ánimo: ¿Es su realidad tan desesperada como para vivir ‘bajo de nota’? ¿Acaso se deja llevar por bobadas y siempre termina centrándose en los aspectos negativos? ¿Hay algo positivo en lo que se pueda enfocar más? ¿Puede cambiar algo de esta situación tan molesta?

Aprenda a concentrarse y a dedicarle toda su atención a una tarea que le interese de verdad.

A través de varios estudios, se ha descubierto que las personas que controlan sus propios pensamientos y pueden concentrarse bien en una tarea, rara vez se aburren.

Ojo: el aburrimiento también puede ser una clara señal de que debe dejar lo que no le aporte nada y, por ende, descubrir cosas nuevas y conocerse mejor.

De pronto no le ha encontrado el rumbo a su mundo. Recuerde que en la vida todo está en el amor con el que haga las cosas. No es cuestión de palabrerías; es solo un asunto de actitud.

Tenga entereza para asumir los retos que la vida le ofrece y no se deje abatir. Todo lo que le suceda tiene una razón de ser; de los malos ratos siempre surgen cosas buenas.

En vez de gastar tiempo aburriéndose por las ‘manchas’ de su mundo, lo mejor sería poner un poco de esfuerzo para despercudirse de tantas malas rachas.

Dese el tiempo que necesite y descubra lo que realmente le motiva. Aproveche la oportunidad para convertir lo que le afecta en algo positivo.

En síntesis, usted decide si deja que el aburrimiento lo atrape en ese tedioso espiral o si se lo quiere tomar como un gran desafío para cambiar su entorno. ¡Dios lo bendiga!

BREVES REFLEXIONES

El espiral del aburrimiento

* Es claro que nada es eterno, pero todo lo que cuidamos nos dura más. Valore a esas personas maravillosas que tiene a su lado. Recuerde siempre estar junto a esos ‘ángeles’, disfrútelos y valore el tiempo que vive con ellos. Al final, lo que cuenta es cada momento vivido.

* Todo jardinero sabe que el secreto de las plantas saludables se da tras cortar las ‘partes muertas’. Cuando las hojas comienzan a marchitarse o a tornarse de color marrón, esa área necesita ser podada. Por su salud, renuévese y busque mejores horizontes. ¡Aléjese de lo que no le permita sumar!

El espiral del aburrimiento

* Usted no tiene porqué asumir las responsabilidades de otros. Así las cosas, debe aprender a decir “no” cuando le soliciten asumir tareas ajenas. No se trata de no colaborar, sino de no enredarse con situaciones o trabajos que perturben su tranquilidad y su bienestar.

* Ser un buen recuerdo en la vida de alguien es una gran forma de quedarse para siempre en el corazón de los que amamos. Hacer algo que nos saque de nuestra cotidianidad y active las emociones puede ser el primer paso hacia la creación de nuevos recuerdos.

LA CONSULTA DEL DÍA

El espiral del aburrimiento

Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo, sobre todo en estas épocas tan difíciles. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíe su testimonio a Euclides Kilô Ardila al siguiente correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:

Testimonio: “¿Por qué las cosas no son como eran ayer, cuando yo era joven? Recuerdo que antes me rodeaba de personas agradables; hoy, en cambio, estoy entre gente que no hace sino atormentarme mi existencia. Incluso me toca estar junto a alguien que me hizo una ‘mala jugada’ y estoy obligado a verle la cara a diario en la oficina. Además, siento que no crezco como profesional. Esto, además de alterar mi vida, me enferma. Le agradezco que me dé un consejo”.

Respuesta: Hay cuatro cosas que están menoscabando su tranquilidad y, en cierta medida, su salud: 1. Vive pensando en el pasado; 2. Guarda demasiado rencor; 3. Insiste en estar al lado de gente tóxica; y 4. No ha sabido irse a tiempo.

Deje de estar recordando el ayer; esa no es precisamente su mejor opción para seguir con su vida. De igual forma, nada saca con ser rencoroso: esa emoción negativa, que en su caso surgió cuando esa persona de la que me habla se portó mal con usted, le está produciendo infelicidad y sufrimiento. Guardar rencor le ocasiona más dolor y malestar físico a usted que a quien lo lastimó.

Sepa ‘mantener a raya’ a esa gente tóxica que le rodea. Si alguien no respeta sus límites y tiene claro que no despierta mayor simpatía, debe limitar la cantidad de tiempo que interactúa con él. Haga eso, pues solo así podrá estar en paz en su oficina.

Por otro lado, si siente que no está creciendo en el lugar en el que se encuentra y, peor aún, cada día es insoportable estar allí, tal vez le haya llegado el momento de irse de ahí.

¡Analícelo bien y pídale a Dios serenidad y sabiduría para actuar! Y más allá de lo que decida hacer, tenga claro que jamás puede darles a los demás el poder de afectar su tranquilidad. ¡Le envío un abrazo!

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Periodista de Vanguardia desde 1989. Egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y especialista en Gerencia de La Comunicación Organizacional de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del equipo de Área Metropolitana y encargado de la página Espiritualidad. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.

@kiloardila

eardila@vanguardia.com

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