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Espiritualidad
Lunes 04 de marzo de 2019 - 12:00 PM

En la vida usted siempre cumple etapas

Qué hace usted cuando se siente estancado Tal vez sea el momento de detenerse, hacer una pausa y reinventarse.

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¿Ha sentido que sus fuerzas empiezan a flaquear y que lo que antes hacía con facilidad y entusiasmo, hoy se le complica?

Son esos momentos en los que nada le fluye y siente que no avanza, por más que se mueva.

¿Se ha sentido así?

¡No le dé pena responder que sí!

Se lo menciono, entre otras cosas, porque es fundamental desahogarse y entender que hay momentos de frustración que le hacen sentir desasosiego y hasta rabia.

El tema es relativamente ‘normal’, si admite que debe hacer algo para salir de ese tedio.

Y la diferencia se marca si, al sentir eso, deja de lamentarse y se sacude.

¡A todos nos pasa!

Yo, a lo largo de mi camino, he vivido situaciones en las que he sentido como si el mundo entero conspirara para dejarme anclado en donde estoy, insatisfecho y desesperado.

Debo confesar que cuando estoy así percibo todo a mi alrededor con desánimo, entre otras cosas, porque no me siento útil. Además, inexplicablemente comienzo a pensar que no lograré poner en práctica ni mis propios consejos espirituales.

Mejor dicho: a veces siento que nada me sale bien. En mi caso suelo tener dos valiosas herramientas para desembotellar mi lacónico estado de ánimo: Una de ellas es la oración; y la segunda tiene que ver con pensar en hacer algo novedoso o ambicioso, en el buen sentido de la palabra.

Permítame recordarle que debe entender que usted, yo y en general todos cumplimos ciclos, expectativas y metas. Y también cada una de esas fases tiene su comienzo, su instante de cumbre y, por ende, su final.

Suele suceder que no comprendemos que hay que dar el salto a otra fase.

La verdad es que en la vida nos la pasamos colocando puntos suspensivos, cuando lo que se necesita es un punto final.

¡Claro! De pronto no hay que ser tan radical, pero sí es necesario utilizar otro signo de puntuación que yo llamaría ‘punto seguido’ ... O sea, seguir hacia otra etapa.

Y ahí está el detalle.

Casi nunca nos preparamos para hacer esa transición y, por ende, nos sentimos en el aire, desconcertados y en algunos casos amargados.

Es clave saber cuándo se ha terminado una etapa importante en la carrera de la vida.

Cuando eso nos pasa es vital mirar a nuestro alrededor, a fin de buscar nuevos horizontes y novedosas perspectivas.

Si eso está sintiendo en este momento, no se detenga; no abandone la búsqueda de circunstancias mejores, porque tarde o temprano tendrá que dar ese paso definitivo.

Ojo: Entre más se demore en hacerlo, más difícil resultarán las cosas para usted.

No puede dilatar la certeza de que algo terminó, ni mucho menos ‘echar en saco roto’ la esperanza de que las cosas tendrán un nuevo aire.

Hablo, tal vez, de esa relación afectiva que se desgastó, de ese cargo laboral que lo estancó, de ese proyecto que ya cumplió su tiempo de vida útil, en fin...

¡Hay que tener determinación!

Cierre las etapas anteriores de su vida y arriésguese a recorrer nuevos caminos y otras experiencias, porque las necesita para crecer y para madurar.

¡Dios lo bendiga!

El caso de hoy

¡Cuénteme su caso, a través del correo: eardila@vanguardia.com En este mismo espacio le responderé. Veamos el caso de hoy

Testimonio:

“Viví conflictos en el pasado con personas que pretendí olvidar, pero que jamás perdoné. Levanté murallas con esos sujetos, pero la vida me vuelve a colocar frente a esos sujetos. He vivido lleno de rabia por lo que me hicieron y de alguna forma estoy amargado por eso. Quiero escapar de esos recuerdos, pero siento que ellos me persiguen. Padezco una serie de conflictos que están haciendo que mi presente sea una pesadilla. No comprendo por qué el pasado vuelve a mí y no sé que hacer ni cómo actuar. Lo he leído y me gustaría que me ofreciera algún tipo de consejo. Muchas gracias”.

Respuesta:

El pasado puede ser un lastre que le impide avanzar, sobre todo si no ha hecho el duelo por determinadas situaciones vividas.

¿Sabe qué es lo peor? El ayer siempre regresa si usted deja cabos sueltos.

Me parece que no ha sabido perdonar y, por el contrario, está embadurnado de rencores, remordimientos, malos recuerdos, recelos y rabias. Le corresponde cerrar las heridas del ayer, si quiere encontrar la paz que tanto anhela.

¡Suelte todo eso que lo aferra! Con guardar resentimientos hacia ellos no conseguirá que esos que le hicieron daño se sientan peor; en cambio, usted el que más se ancla a lo sucedido.

Lo invito a entrar en su interioridad y a revisar los acondicionamientos que han quedado en su vida desde hace tiempo.

Solo a través del reencuentro con eso que no ha sanado podrá desprenderse de esas barreras que construyó en su corazón y que hoy lo tienen abatido.

Creo que ha llegado el momento de destruir y erradicar todos esos malos recuerdos que lo persiguen. ¡Enfréntelos y supérelos con gallardía!

Puedo interpretar en cada una de sus líneas que en esas murallas hay muchos contenidos de insatisfacción, sobre todo en sus conductas cotidianas y en sus relaciones interpersonales.

Manténgase alerta porque si esa gente reapareció es porque el destino quiere ayudarle en ese proceso de búsqueda de una mayor libertad.

Es obvio que el pasado está interfiriendo de una forma negativa en su presente y tiene que resolver ese asunto de una vez por todas.

Por más que huya de una situación que sucedió hace años, el conflicto interno no se resolverá sin hacer nada.

No deje que la situación se agrave o que el problema crezca. No se haga más daño, suéltese de tanto rencor. Hágame caso y verá que podrá sanar su alma.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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