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Espiritualidad
Sábado 03 de junio de 2023 - 12:00 PM

Inquietud espiritual: Qué tanto sale usted de su zona de confort

La caparazón de un caracol se asemeja a la zona de confort en la que muchas personas están refugiadas. Si usted se acostumbra a vivir así, se perderá de muchas cosas maravillosas que hay más allá de esa supuesta comodidad en la que se encuentra.

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La caparazón del caracol es una de las más duras del mundo y, por ende, se asemeja a una zona de confort en la que muchos quieren estar.

En la cotidianidad de estos tiempos, hay personas que se la pasan refugiadas en ese tipo de coraza; pero por sentirse así de ‘seguras’, se olvidan de vivir nuevas experiencias.

De manera desafortunada, ellas se dejan llevar por una sensación que las mantiene supuestamente ‘protegidas’, pero a la hora de la verdad no le encuentran sentido ni dirección a sus mundos.

En el fondo es el miedo ‘a perder algo’ el que lleva a mujeres y a hombres a no atreverse a ver más allá de sus cuarteles de invierno.

Lo grave es que quienes viven anquilosados en sus propias barreras, a lo largo de su vida experimentan vacíos emocionales que se van ahondando con la rutina y con la cotidianidad de sus quehaceres.

Los que están así se han adaptado a vivir de tal forma que no permiten que sus límites se vean trastocados. Tal vez deberían aceptar los retos que se les presentan y hacer de los riesgos una verdadera motivación para seguir adelante.

Arriesgarse es decirle “sí” a la vida en toda su dimensión y dar un salto hacia un horizonte que, si bien puede ser incierto, les traerá nuevos aprendizajes.

Ustedes dirán, pero para qué buscar problemas. Pero no hay tal, porque hasta la misma forma de afrontar las vicisitudes se ha vuelto monótona.

Despréndanse de la idea de que siempre las cosas se resuelven de la misma manera o que sus días tienen que ser calcados. Lo que ayer funcionó muy bien, hoy ya puede ser una estrategia obsoleta e inoperante.

Cuando sus problemas se les repiten una y otra vez, es muy probable que ellos mismos les estén indicando que deben cambiar la forma de solucionarlos, así a primera vista parezca que esto no va a ser necesario.

Si se atreven a retar sus propias inseguridades, no sólo se permitirán eliminar esas barreras, sino que además se darán la oportunidad de conocer nuevos escenarios y disfrutar de otras experiencias.

Total: el cambio es bueno y pertinente para el ser humano en cada aspecto de la vida. Hablo de los puestos de trabajo, de la vida familiar y en general de todo giro que se haga para visualizar el entorno desde varias perspectivas.

Ojo: realizar estos cambios no son sólo aspectos físicos o materiales, ellos también tienen que ser en las áreas emocionales; es decir, será preciso que cada quien derrote sus miedos.

Sea emprendedor no sólo con sus proyectos, sino también con su vida. Salga de su zona de confort y empiece a navegar en otros ‘mares’ que le permitan consolidar su idea y convertirla tal vez en un modelo de negocio, en una relación más completa o en una experiencia diferente a la de dejar ver pasar sus días uno tras otro, sin ningún tipo de emoción.

EL CASO DE HOY

Testimonio: “Durante los últimos tres años he afrontado cosas complicadas que me han acobardado y me han hecho alejarme de todo y de todos. Si bien ese escapismo me sirve para olvidarme por el momento de lo que me ocurre, en el fondo me deprimo por no saber resolver mis situaciones. ¿Qué me aconseja? Gracias”.

Respuesta: Asuma el control de su vida con la mayor entereza posible. Cumpla la misión que le corresponda y entienda que cada hecho por el que pase le deja aprendizajes.

La ‘evasión’ no lo lleva a ningún lado. Aparte de no ayudarle a resolver nada, escapar hace que acumule una serie de pensamientos y comportamientos que pueden llegar a hacerle más daño.

Eludir significa que no se quiere hacer cargo de algo que forma parte de su vida y, de manera literal, prefiere ‘hacerse el de la vista gorda’. Sin embargo, por mucho que pretenda ‘tapar el

sol con las manos’, tarde o temprano se encontrará de frente con la cruda realidad y tendrá que tomar conciencia de ella.

Le reitero que todo problema trae escondido un ‘don’ y una enseñanza; de ahí la importancia de enfrentar la circunstancia para poder recibir los regalos de la experiencia que ella le puede aportar.

De igual forma, los momentos difíciles pueden ayudarle a hacer un ‘alto en el camino’ para revisar si está recorriendo el camino adecuado en su vida. También, le puede ayudar a hacerse más fuerte, a revisar sus carencias y a aumentar su asertividad o su autoestima.

Así las cosas, entienda que las circunstancias adversas por las que atraviesa son oportunidades para conocerse mejor y debe ser consciente de que, pase lo que pase, la vida sigue. Pídale a Dios sabiduría para actuar. ¡Le envío un fuerte abrazo!

BREVES REFLEXIONES

* En sus peores momentos, Dios es su esperanza; en sus debilidades, Él es su fuerza; y en sus tristezas, el Altísimo es su consuelo. Si tiene la permanente intención de buscar a Jesús, en el momento preciso el Espíritu Santo lo fortalece, lo guía y lo dirige por el camino acertado.

* A veces usted necesita que alguien lo comprenda y lo aliente, así sea con un gesto. Hablo de un abrazo, una mano amiga, una palabra de ánimo cuando las fuerzas se le acaban, un consejo le dé luces o un consuelo cuando las cosas no le funcionan como desea.

* Si lo que pedimos no está de acuerdo con la voluntad del Señor, por más que oremos, Él no estará dispuesto a conceder nuestra petición. No seamos tercos; mejor estemos atentos a sintonizarnos con el Creador y acatemos cada una de sus mandamientos.

* Nadie mira la vida sin acobardarse en algunas ocasiones, ni se sube a un barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar lo necesario. En síntesis, nadie llega a la otra orilla sin pasar a través del puente de aguas turbulentas; por eso, siempre será preciso tener fe en Dios.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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