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Espiritualidad
Miércoles 08 de junio de 2022 - 12:00 PM

La esperanza nos desenreda la vida

La esperanza en tiempos mejores es fundamental para no caer en en el desánimo o en la confusión.

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Nos las pasamos anhelando ser alguien en la vida; sin embargo se nos olvida que es preciso ponernos ‘manos a la obra’ para alcanzar esa meta. Incluso solemos desencantarnos de los proyectos sin haber encendido los motores.

Lo anterior nos pasa porque la cotidianidad y la rutina se convierten en nuestras enemigas y nos enredan el entorno, al punto de que nos dejan sumergidos en un mar de confusión.

Ante tantos problemas que aparecen en nuestro diario acontecer, la fe comienza a vacilar y en algunos casos se desvanece definitivamente.

A decir verdad, es relativamente ‘normal’ que las tribulaciones nos dejen acorralados por las diversas ‘situaciones sin salida’ en las que estamos inmersos.

No obstante, siempre será posible desenredar ese nudo. Si nos lo proponemos podemos darnos una oportunidad, entre otras cosas, porque es más sabio levantarnos que rendirnos.

Una esperanza es todo lo que necesitamos para abrir la puerta de las soluciones y, por ende, desenredar la pita.

Debemos entender que hay días en los que las cosas no suceden como las esperamos; pero que no por eso podemos permitir que nuestras motivaciones se desmoronen.

Por eso es importante que siempre dispongamos de al menos una esperanza que nos permita automotivarnos, para que podemos continuar trabajando con la mejor actitud y disposición.

Solo con nuestra dedicación, perseverancia y constancia podremos brillar como una auténtica estrella.

Esas erradas programaciones que nos repetimos, en las que nos decimos que ‘no podremos lograr algo’, no son otra cosa que los reflejos de nuestras inseguridades.

¿Qué debemos hacer?

Tal vez sea hora de observarnos en el espejo para que, frente a frente, viendo la nitidez de nuestra situación actual, podamos asumir la responsabilidad de asumir todo aquello que nos sucede.

Si miramos bien, sin maquillaje, descubriremos lo maravilloso que podemos ser, el amor que somos capaces de dar e incluso la capacidad que tenemos para salir adelante.

Lo esencial en este espectro de posibilidades es que aprenderemos a ser más sinceros y tomaremos el control de nuestra vida.

Si llegó a esta parte del texto, le sugiero dedicar unos minutos para ‘sintonizarse’ con el momento que esté afrontando. Acepte la buena noticia de que, de una vez por todas, se ha visto tal y como es y que, así no lo crea, tiene todo el camino por delante para ser feliz.

Recuerde que puede volver los ojos a otra parte y contemplar que hay dolores ajenos más fuertes que los suyos. Con solo hacer este ejercicio, terminará aceptando lo que hoy ve frente al ‘espejo de su alma’. ¡Dios lo bendiga!

Escuche: Vitamínicos Espirituales

¡CUÉNTENOS SU CASO!

Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíe su testimonio a Euclides Kilô Ardila al siguiente correo electrónico: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:

Testimonio: “Atravieso por un momento en mi vida en el que veo un horizonte indescifrable. A veces me animo a mirar hacia el frente, pero en un abrir y cerrar de ojos me lleno de pesimismo y me tropiezo con un camino tortuoso. A lo sumo vislumbro una que otra luz, pero no logro visualizar bien mi existencia. ¿Qué debo hacer? Espero que conteste mi carta. Muchas gracias”.

Respuesta: En ciertas etapas de la vida vemos nuestro entorno envuelto en aquella niebla que tapa el horizonte. La realidad es que nadie está seguro de lo que vendrá, ni tampoco tiene todo escrito. ¡La vida no lleva un libreto específico! Incluso cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, de un día para otro, solemos quedarnos increíblemente frágiles.

Yo diría que siempre dependemos de la Bendición del Señor. Y aunque es obvio que usted debe poner las cosas en las Manos de Dios, no puede olvidar que no hay camino por sí solo; es decir, por muy gris que vea el panorama debe configurar su trayecto.

Ojo: ese camino siempre estará lleno de aciertos o de errores y es claro que vivirá desde situaciones felices hasta tragos amargos.

Reflexione en torno a su realidad y haga una diagnóstico que le permita establecer qué lo hace sentir tan ‘bajo de nota’. La respuesta a lo que le pasa está en su interior.

Mi sugerencia es que le pida sabiduría al Creador para que pueda abrirse paso en su camino y, por ende, se deje llevar por las metas que se haya trazado.

Le reitero que nadie conoce qué le deparará el futuro, lo que implica enfrentar su realidad ‘sí o sí’,

¡Ánimo y vamos para adelante! Es fundamental ser propositivo para vislumbrar un mejor mañana.

REFLEXIONES CORTAS

* No pierda la oportunidad de compartir con sus seres queridos y, en la medida de lo posible, no escatime en darles abrazos de corazón. Ellos son los seres más importantes de su vida. Y si por alguna razón la distancia no le permita estar junto a ellos, abrácelos con sus oraciones.

* Lo bueno de tocar fondo es que solo le queda impulsarse de una para salir a flote. Y a menos de que pretenda quedarse ahí, hundido en su propio dolor, debe usar ese fondo para coger impulso y ascender. La vida no se acaba por un traspiés.

* Si es sincero con usted mismo, ninguna mentira o calumnia podrá lastimarlo. Recuerde que cuando opta por ser honesto, se comunica con más transparencia. La razón: llega más a la gente porque lo hace sin corazas. ¡Sea franco para que viva en paz con su conciencia!

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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