domingo 17 de julio de 2022 - 12:00 AM

Espiritualidad

La fe es clave, pero no olvide ponerse manos la obra

Si lo que sueña no va acompañado de acciones concretas, jamás lo hará realidad. Además, siempre necesitará de un puente de fe que le permita conducir sus pasos hacia el camino correcto.

Si la llama de la fe se le extingue, a usted no le quedará más remedio que entregarse al desánimo y a la desesperanza. En cambio, si la mantiene viva un sentimiento reconfortante lo embadurnará y le ayudará a seguir en el camino.

Pero debe tener claro que la fe por sí sola no le resolverá los problemas. Debe pensar, planear y actuar, dando los pasos que sean necesarios para resolver las situaciones que enfrenta.

¿Qué le pretendo decir? Que la fe no fructifica si no la pone en práctica. Le corresponde hacer acopio de entereza y diseñar iniciativas para ponerse manos a la obra, esperando siempre lo mejor.

Yo sé que, dados los tiempos actuales, resultan agobiantes las difíciles situaciones que debe resolver o enfrentar en su cotidianidad.

Más allá de esa realidad, no puede perder la confianza en usted mismo. Si cree en sus capacidades nutrirá esa energía que mueve la vida y, con la Venia de Dios, alcanzará todo lo que anhele.

Sea consciente de que casi todo lo que le ocurre es el fruto de lo que hace, de las decisiones que toma y, sobre todo, de la fe que se tenga.

Admita que a veces usted pierde energía, tiempo, dinero y otras oportunidades por pasarse hablando de lo que va a realizar y, al final, se queda con las manos cruzadas.

Dicho de otra forma: menos palabras, más fe y una gran dosis de acción. Sin un esfuerzo que acompañe cada uno de sus propósitos, todo se le quedará ‘en veremos’. Es usted, y nadie más que usted, la persona que debe llevar las riendas de su vida.

No tiene que esperar a que los astros se alineen de una forma determinada, ni menos se debe quedar sentado esperando determinado milagro para que su vida se componga. Solo tiene que hacer cambios claves y tomar decisiones en los momentos adecuados; así las cosas fluirán de la mejor manera posible.

Recuerde que en todos sus propósitos siempre será bueno acercarse a Dios, invóquele su bendición Dios y pídale serenidad y claridad a la hora de enfrentar cualquier angustia.

Pero insisto en decirle que, más allá de lo duro que sea la circunstancia por la que pase, mantenga una sana actitud y, por supuesto, labre el camino correcto.

Por último le recuerdo que la mejor técnica para acercarse más a Dios es la oración, pues a través de esa plegaria fortalecerá su fe y tendrá una relación más cercana con el Altísimo.

Escuche en Vanguardia: ‘Vitamínicos Espirituales’

LUCES PARA SU VIDA

La fe es clave, pero no olvide ponerse manos la obra

* Un nudo es el indicio de enredos, de ataduras y de poca libertad. Usted, sin siquiera imaginarlo, se ve atascado en varios de ellos y a veces no sabe cómo desatarlos. También hay situaciones en las que aprende a soltarlos, entre otras cosas, porque se da cuenta de que el nudo es usted.

* Debe aprender a irse cuando ya no lo quieran ni lo amen: no tiene por qué estar en un sitio en donde escasamente le dan migajas. A veces es hora de irse para encontrar un mejor horizonte que le estremezca la vida con ‘amor del bueno’. Esté al lado del que le ofrece momentos que sí puede tatuar en el alma.

* No hay nada más poderoso que la oración elevada al cielo, no hay nada más fuerte que la fe inquebrantable y no hay nadie más grande que Dios. Con esos recursos espirituales y, sobre todo con la bendición del Creador, podrá llevar a cabo todo lo que sea apropiado para usted y para los demás.

¡CUÉNTENOS SU CASO!

La fe es clave, pero no olvide ponerse manos la obra

Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíe su testimonio a Euclides Kilô Ardila al siguiente correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:

Testimonio: “Mi mundo atraviesa por una complicada etapa de transición, la cual me tiene pensativo. No quiero darle detalles de qué se trata, pues es algo personal e ineludible. Le confieso que me resulta duro decirle adiós a algo que fue mío toda la vida. ¿Podré navegar en esa nueva experiencia? A veces me relajo y no pienso en el tema, pero al llegar la noche el asunto no me deja dormir. Le reitero que lo que sucederá será inevitable, pero no sé qué actitud tomar. Deme un consejo”.

Respuesta: Una transición no significa solo decirle ‘adiós a algo o a alguien’, sino que también es una oportunidad de oro para explorar el mundo y conocer nuevas personas y aficiones, las cuales le pueden permitir reencontrarse con usted mismo y plantearse nuevas metas.

¡Controle la ansiedad! Eso de dudar si podrá superar el momento, no es conveniente. Es obvio que debe aceptar la situación y asumir una mejor actitud. Nada saca con evadir el tema o la responsabilidad de enfrentarse a su nueva condición. Puede retrasarse o resistirse a la transición; pero, según usted mismo lo dice, le será ineludible vivir esa nueva faceta.

La clave de todo consistirá en conectar de la mejor forma posible con esa experiencia que vivirá; y para ello, necesitará flexibilizarse y dejar de hacer las cosas como las viene llevando.

Debe solicitarle a Dios, mediante la oración, unas buenas dosis de aceptación, valor y sabiduría. Confíe en que Él le despejará el camino, pero tenga claro que si usted no tiene una dosis de fuerza de voluntad para asumir esa transición, difícilmente podrá lograr el autocontrol que necesita en estos momentos.

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Periodista de Vanguardia desde 1989. Egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y especialista en Gerencia de La Comunicación Organizacional de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del equipo de Área Metropolitana y encargado de la página Espiritualidad. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.

@kiloardila

eardila@vanguardia.com

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