La situación de Metrolínea empeora, sus finanzas se hacen más exiguas, su personal se acorta, su flota se esfuma, sus paraderos y estaciones se oxidan, se desmantelan y se desploman, sus deudas crecen y los usuarios desaparecen.
Espiritualidad
Las tribulaciones de los tiempos actuales
En estas épocas nos la pasamos ‘saltando matones’ intentando solucionar las circunstancias complicadas por las que atravesamos.
Y todos pasamos por una fuerte presión del tiempo, entre otras cosas, porque el mundo va a toda velocidad.
El estrés y la ansiedad, cada día que pasa, nos afectan más. Lo peor es que, en ese afán por solucionar los problemas, nos olvidamos de ser felices.
Si dejamos que las afugias nos atormenten más de la cuenta, pondremos en jaque nuestra salud. De hecho, se sabe que casi todas las enfermedades tienen su ‘caldo de cultivo’ en los aceleres diarios, en nuestra forma de pensar y, en general, en nuestra pésima calidad de vida.
Ojo: los reveses, en cierta medida, son indicadores de que hay que realizar grandes cambios y que no tenemos por qué dejarnos morir con ellos.
Sin lugar a dudas, siempre será mejor aceptar lo que vivimos, afrontar el momento por el que atravesamos y dejar de perturbarnos tanto por lo que no está en nuestras manos resolver.
Es preciso, claro está, concentrarnos en lo importante para buscarles salidas a nuestras tribulaciones.
Si tenemos claridad mental y reforzamos nuestra vida espiritual podremos esclarecer las situaciones confusas.
Para ello, será preciso tener abierta la mente y el corazón, de tal forma que podamos liberarnos de las tensiones, esas que viven menoscabando nuestro tiempo y salud.
Siempre debemos encontrarles el lado amable a las cosas y, en ese orden de ideas, será fundamental sacar de ellas el máximo provecho.
Nada sucede solo porque sí, cada momento es el ‘premio’ o el ‘castigo’ a nuestra forma de pensar. Insisto en decir que todo se ve mejor si se utilizan los lentes del optimismo.
Cuando las bendiciones nos abriguen será porque la vida se puso de acuerdo con nuestros deseos y pensamientos, que sumados a las acciones, nos permitieron salir adelante.
Será preciso que el espíritu imaginativo y la misma intuición le den un nuevo rumbo a nuestra vida, so pena de vivir atormentados todo el tiempo por cada angustia que nos acose. ¡Pidámosle a Dios una gota de serenidad para sobrellevar estos tiempos tan acelerados!

REFLEXIONES BREVES

* Dios siempre escuchará sus oraciones y se las contestará a su debido tiempo, siempre y cuando se dirija a Él con fe y verdadera intención. Recuerde que hay tristezas que solo el Señor entiende y hay heridas que solo Él puede sanar.
* Crea en usted porque así estará preparado para asumir las experiencias de la vida. Si está seguro de cada paso que da, llegará lejos; y si por algún motivo algo no le sale como lo esperaba, la seguridad en usted mismo le ayudará a recomponer el camino.
* Las personas deben mirar hacia el frente; sin embargo, muchas veces no lo hacen porque no tienen idea de lo que quieren ser ni tampoco ‘se miran’ con proyección. Si dedicaran un tiempo a visualizar sus rutas, tendrían una mejor perspectiva.
EL CASO DE HOY
Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíe su testimonio a Euclides Kilô Ardila al siguiente correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:

Testimonio: “Muchos comentarios y actitudes de los demás me dan rabia. Soy un hombre que estalla por cualquier cosa: desde un gesto y un cambio de tono de la voz, hasta las críticas me sacan de casillas. Veo malas intenciones en quienes, al enjuiciarme, se vienen lanza en ristre contra mí. ¿Qué consejo podría darme para calmar mi espíritu? Le agradezco una respuesta”.
Respuesta: ¡No se tome nada personal! Se lo digo porque percibo que está muy susceptible.
Uno de los grandes problemas de ser criticado es que, tal y como le está ocurriendo a usted, se reacciona exageradamente mal e incluso se tergiversan las situaciones.
El hecho de ver malas intenciones y estallar por todas las acciones de los demás o por lo que dicen, lo pueden tener confundido.
¿Cómo así que “un gesto, un cambio en el tono de la voz o una crítica” son motivos suficientes para enemistarse con todos? Eso de fijarse en indicios tan ambiguos y, peor aún, convertirse en un ‘fósforo’ que se enciende con la más mínima fricción, no es normal.
Es claro que usted refleja una baja tolerancia a la crítica y, peor aún, se frustra cuando alguien le hace algún llamado de atención.
Cualquier crítica será más difícil de encajar si pasa por problemas de confianza en usted mismo.
Debe tomar las cosas con calma y procurar no salirse de casillas; incluso si la situación le parece de alguna manera injusta.
Para avanzar se hace imprescindible mejorar. Los comentarios, consejos, puntos de vista y las demás críticas se deben tomar con madurez, procurando no desequilibrarse. ¡Hágame caso y verá que se sentirá mejor!
Etiquetas

Periodista de Vanguardia desde 1989. Egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y especialista en Gerencia de La Comunicación Organizacional de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del equipo de Área Metropolitana y encargado de la página Espiritualidad. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.
eardila@vanguardia.com