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Espiritualidad
Miércoles 04 de septiembre de 2019 - 12:00 PM

Más allá de la adversidad se puede florecer

La resiliencia nos permite rehacernos. Ella nos invita a levantarnos cuando tropezamos. Asumir una actitud propositiva en nuestro diario vivir es mejor que quedarnos en la queja.

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La primera vez que leí la palabra ‘resiliencia’ me pareció algo difícil de pronunciar y confieso que no sabía qué significaba. Luego, cuando acudí al diccionario, entendí que es una de las expresiones más bellas y dignas de practicar en la vida.

¡Y cómo no!

La capacidad de recuperarnos frente a la adversidad para seguir creciendo debería practicarse a cada instante, sobre todo en estos difíciles tiempos.

De hecho ese término proviene del vocablo inglés ‘resilience’, que significa ‘elasticidad’.

La expresión también se refiere a esos metales que, expuestos al calor, pierden sus formas pero al mismo tiempo tienen la flexibilidad suficiente como para verse más robustecidos.

Ese tipo de estoicismo se debe promover en nuestras actividades cotidianas. En el hogar, en el desempeño del trabajo, en el amor, en el juego de la vida y en general en todas las esferas.

Yo sé que las circunstancias difíciles o los traumas nos golpean muy fuerte. Pero ante eso no hay de otra que desarrollar recursos que se encuentran latentes en nosotros y que de pronto desconocemos.

Entendiendo el concepto me doy cuenta de que a mi alrededor hay mucha gente así de valiosa, esa que se levanta por encima de las adversidades.

Así que si usted es del tipo de personas que pese a las imposiciones o presiones laborales, familiares, sociales, políticas y afectivas ha logrado salir adelante o ha superado duros golpes, puede contarse entre la larga lista de colombianos resilientes.

Muchos de nuestros abuelos han sido así de fuertes. Ellos se vieron sometidos a la violencia y a las duras etapas del siglo pasado y aún así sacaron adelante a sus familias.

Cuánta gente en Bucaramanga ha nacido en barriadas humildes y con tesón y trabajo han sobresalido y hoy son grandes empresarios. Ni hablar de los deportistas que no desisten de sus grandes metas.

La resiliencia es importante porque fomenta actitudes que permiten hacer frente a los problemas y a salir de ellos con más ganas de triunfar.

El hecho de salir fortalecidos de las situaciones adversas nos prepara para lo que vendrá.

Un enfoque hacia lo positivo de una situación, por muy dura que sea, nos abre caminos que antes estaban ocultos o que no conocíamos.

Salir vencedores de una adversidad implica que en un futuro, ante una situación que nos despierte los mismos sentimientos de frustración, tristeza, rabia o desesperanza, podremos reaccionar con esperanza y, lo que es mejor, garantizar que las cosas nos salgan bien.

Esta es una invitación a mantener una actitud entusiasta a pesar de las circunstancias difíciles y a aprender a transformar la derrota en una oportunidad de desarrollo personal.

Recuerde que no existe una vida dura sino situaciones que, aunque difíciles, nos permiten aprender y crecer.

EL CASO DE HOY

Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo asfixian en la actualidad? Hábleme de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíeme su testimonio al siguiente correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, yo mismo le responderé. Veamos el caso de hoy:

Testimonio:

“Estoy pasando por una desilusión laboral fuerte. Estaba dando lo mejor de mí en la empresa y, de pronto, decidieron cancelar mi contrato. No alcanza a imaginar la frustración y la decepción por la que atravieso. Tengo 28 años y decidieron colocarme el rótulo de ‘desempleado’ así como así. Le echo la culpa a un coordinador que llegó desde Bogotá y no le caí bien: El tipo siempre me buscó la caída. Eso me tiene derrotado y casi que ni quiero salir de la casa a buscar otras opciones de ‘camello’. Espero que atienda mi caso y me dé un consejo, pues estoy desesperado. Gracias”.

Respuesta:

Entiendo por lo que está pasando. El quedarse sin su trabajo lo tiene desorientado y lo hace sentir desamparado.

De manera desafortunada lo que le pasa a usted le está ocurriendo a muchas personas que, ante la sorpresa de la cancelación de un contrato laboral no saben cómo actuar ni cuáles son los derechos que les competen ante los empresario que toman tal decisión.

Las desilusiones laborales, en más de una ocasión, pueden llegar a ser muy dolorosas. Pero también es claro que no se puede quedar en el plano de la queja. No puede darse el lujo de sucumbir ante la situación y, por el contrario, debe buscar salidas para salir de ese penoso estado.

¡Cambie de actitud! Usted es el único responsable de su futuro. ¿Qué saca con señalar a otros como los culpables de su situación?

Cuando me entero de casos como el suyo lo primero que pienso es que nadie tiene el puesto de trabajo comprado y, por ende, hay que aumentar la tolerancia a las constantes decepciones que se viven al interior de una empresa.

Tampoco se trata de situarse en un escenario pesimista. La idea es asimilar que son realidades que hay que afrontar: querámoslo o no, a veces se gana y a veces se pierde.

Ahora bien, le planteo lo siguiente: ¿No será que tiene una percepción exagerada de la situación que está viviendo?

Me dice que bordea los 28 años y no creo que a esa edad pueda verse como un ‘derrotado’ laboralmente.

Tal vez lo que le pasa es que no ha sido capaz de superar el malestar que está experimentando.

Pase la página y tenga la valentía de enfrentar ese rótulo de ‘desempleado’, tal y como usted lo define. ¡Decida mirar hacia el frente!

No más lamentos y mejor póngase las pilas ya sea para conseguir un nuevo puesto o ¿por qué no?, para crear su propia fuente de ingresos.

Recurra a lo básico: busque contactos personales, consulte webs de empleos, analice posibles ofertas y revise bien en qué nueva oficina le vendría bien demostrar su talento.

De igual forma, no eche en saco roto la posibilidad de ser emprendedor. ¿Por qué no reflexiona sobre las posibilidades que tiene para crear su propia empresa? Contemple los pasos que debe dar para armar su unidad de negocio.

Está muy joven como para que se cierre a nuevas experiencias. Sus ideas iniciales pueden evolucionar y estar en constante cambio una vez las empiece a desarrollarlas. Muchas personas han empezado con cosas sencillas y hoy día tienen empresas sólidas que incluso son fuentes de empleo para otros.

¡Hágame caso! Póngale punto final a su antiguo empleo y siga adelante.

REFLEXIONES SUELTAS

Actitud: Si tiene ya 60 años, véase como de 40, siéntase de 30 y diviértase como alguien de 20. ¡Ánimo y buen día!

¡Coloree su día! Hoy es un día para ser más feliz. Espero que en este jueves su camino sea un viaje de hermosos colores.

Juego de palabras: No se crea el futuro, los que se crean son los hábitos.

Y sus hábitos diarios son los que diseñan su futuro.

No más apariencias: Por impresionar a otros somos capaces hasta de endeudarnos. ¡Hay que dejar de vivir de las apariencias!

Levantarse: Puede ser derrotado mil veces y, pese a ello, no hay que apenarse. El triunfador es aquel que se levanta.

Dos: Para ser feliz usted necesita eliminar dos cosas: 1. El temor de un mal mañana; 2. El recuerdo de un mal pasado.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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