Consejo espiritual: ¡Sea flexible y adáptese a las circunstancias!

¿Qué saca con vivir de una manera rígida, estricta y apegada a un libreto desaliñado y obsoleto? Suéltese de esas ataduras y sea más flexible.

La rigidez limita su crecimiento y le impide experimentar plenamente su cotidianidad. En cambio, al adoptar una actitud más maleable abre un espacio para la aceptación de nuevas ideas, perspectivas y experiencias.

Una vez esté más suelto fluirá con la corriente de la vida, adaptándose a los cambios y abrazando la incertidumbre con valentía y confianza.

La flexibilidad le brinda la oportunidad de crecer, evolucionar y descubrir su verdadero potencial, ya que puede explorar diferentes caminos y formas de expresión espiritual. Así encuentra paz interior y una conexión más profunda con usted mismo y con los demás.

Mantenga una mente abierta y podrá visualizar diferentes enfoques y vivir grandes experiencias.

En un mundo tan convulsionado como el de hoy, ser flexible le permite lidiar mejor con el estrés, la ansiedad y las situaciones complicadas que pueda enfrentar.

Si se encuentra encasillado o refugiado en su zona de confort, debe animarse a salir y probar cosas nuevas que le ayudarán a desarrollarse como persona y a visualizar variados horizontes.

El texto de hoy lo invita a adoptar una mentalidad menos radical; de hacerlo, podrá enfrentar los desafíos con mayor facilidad.

Por lo tanto, es fundamental practicar la aceptación. A menudo, usted se aferra a expectativas o deseos que le impiden fluir con la vida.

Recuerde que no todo está bajo su control y, por ende, debe aprender a asumir las circunstancias, lo cual reduce la ansiedad y le permite tener una mejor salud emocional.

Aprender a sobrellevar los problemas y no preocuparse más de la cuenta, hace que se libere y se abra a las posibilidades que el universo le diseñe.

Fluya con los cambios, entre otras cosas, porque eso le ayudará a crecer espiritualmente y, de paso, a madurar.

A través de la flexibilidad y la capacidad de adaptación, no necesitará recurrir a estrategias externas. Simplemente debe aplicar un poco de energía y una chispa anímica para ver las cosas desde otros ángulos.

Al apartar sus prejuicios y ver las cosas desde otras miradas, las preocupaciones y las angustias pasarán a un segundo plano, y su intuición le sugerirá las mejores y más exitosas soluciones.

Siga su corazón, ya que le guiará correctamente si actúa siempre con apertura a la transformación y una buena actitud hacia las circunstancias que la vida le presente. ¡Dios lo bendiga!

EL CASO DE HOY

Testimonio: “Cada día que pasa me siento más aburrido con mi mundo. Mi entorno no me ofrece nada interesante y todo me parece un físico bostezo. No sé qué me pasa, pues ese tedio hace que me despierte sin ganas de hacer nada. Me exaspero con facilidad y atravieso por días en los que me contagio de rabia. ¿Qué me puede estar pasando? Espero que me ofrezca un consejo. Mil gracias”

Respuesta: Esa sensación de que el mundo no tiene nada nuevo e interesante que ofrecerle, no puede seguir ganando terreno en su mente. Si el aburrimiento y la apatía se anidan más dentro de usted, podría caer en estados de ánimo depresivos.

Los estados de hastío se propagan y se encargan de matar sueños, además de aniquilar el alma.

Al leer su carta, percibo que es hora de invertir en usted mismo. También le está haciendo falta realizar actividades que no tengan nada que ver con la rutina de todos los días, de tal forma que pueda distensionar su cotidianidad.

¡Reivéntese! Busque otras alternativas y metas que, en cierta medida, le permitan crecer.

Sus agendas no pueden seguir embadurnadas de monotonía, desinterés o desgano, so pena de caer en una quietud que le impedirá disfrutar una cantidad de cosas amables y bellas que la vida tiene dispuestas para usted.

Si está verdaderamente atento, nuevos cambios y amplias oportunidades ocurrirán en su vida diaria.

Pídale a Dios claridad para que pueda salir de ese ‘letargo anímico’ en el que anda.

De igual forma, haga acopio de valentía de dar esos pasos a nuevos rumbos, distintas agendas y planes que le permitan ser feliz. ¡Hágame caso!

CORTAS REFLEXIONES

* Las crisis son antesalas del crecimiento; acéptelas, enfréntelas y aprenda las lecciones que normalmente traen implícitas. ¡También abra sus brazos a los cambios! No deje que su resistencia y su necedad se conviertan en ‘excusas’ para quedarse anquilosado.

* A veces la vida necesita deshacerse de ciertas cosas para construir otras, incluso mejores. Aunque ese desarme implique salir de su ‘zona de confort’ y le despierte incertidumbres, todo ello es necesario para volver a armar nuevos elementos.

* Disfrute ya y aquí de esos momentos propicios y llenos de felicidad. Lo que le corresponda vivir puede convertirse en una valiosa ocasión para gozar a plenitud y para lograr su transformación. Todo depende de la buena vibra que despliegue en su día a día.