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Espiritualidad
Sábado 11 de marzo de 2023 - 12:00 PM

Tema del día: Los bellos ejemplos que nos brinda el caracol

A pesar de estar relacionado con la lentitud, el caracol siempre mira hacia adelante. De hecho brilla en la naturaleza, entre otras cosas, porque él tiene el poder de la paciencia.

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Es suave y silencioso, trabaja sin tanta alharaca; además posee una caparazón tan fuerte y sólida que lo convierte en uno de los seres con mayor templanza. Y, lo mejor, es que él siempre avanza firme hacia al frente.

El caracol es el protagonista del tema de hoy porque, así se vea un tanto pequeño e indefenso en el universo, él es uno de los símbolos que más nos conecta con la naturaleza y con el espíritu mismo.

De él podemos aprender muchas cosas. Por ejemplo, el hecho de que sea moderado significa la necesidad que todos tenemos de ser amables y gentiles con los demás e incluso con nosotros mismos.

También nos indica que debemos trabajar en silencio pero con diligencia, y celebrar nuestras victorias con gratitud y asombro.

Usted se preguntará; ¿Por qué será que el caracol, siendo un animal ‘lento’, siempre llega lejos?

Cada quien puede dar la respuesta a ese interrogante; sin embargo habría que decir que el caracol, más allá de lo pausado que se ve, es muy constante en el andar.

La verdad, en nuestro caso, muchas veces somos acelerados. Pero, tal y como lo demuestra el caracol, no hay necesidad de apurarse en la vida: ¡Nos caería muy bien tomarnos las cosas con calma!

De igual forma, muchos sostienen que cuando vemos un caracol a nuestro alrededor en tiempos difíciles, él se convierte en una señal de que las cosas van a mejorar y que, desde lo más profundo de nuestro ser, con nuestra caparazón resiliente podremos superarnos.

Si nos refugiemos en nuestra vida espiritual, conectados con Dios, tendremos un gran armazón, reflejaremos no que somos miedosos, sino que debemos estar alertas para no dejarnos derrumbar.

Claro está que se pueden detectar más significados espirituales del caracol. Entre ellos están: la persistencia, la paz y la armonía. En fin... todo en este molusco es positivo. En estos tiempos tan difíciles él tiene un gran sentido en un mundo de sueños, sobre todo cuando nuestros anhelos están conectados con nuestra esencia.

Por eso creo que deberíamos ser como él; es decir, ser pacientes con la vida y, de manera especial, permitir que el universo y Dios bendigan nuestros esfuerzos a su debido tiempo.

BREVES REFLEXIONES

* Espero que el Señor lo bendiga y lo proteja; que haga llover sobre usted mil bendiciones y, sobre todo, que sea compasivo con su humanidad y con los miembros de su familia. Gloria a Dios. Él, en su infinita sabiduría, interpretará su plegaria y le arropará con su manto celestial.

* Muchos saben recibir, pocos saben agradecer. Deberíamos tener presente el poder revitalizador y sanador que tiene el agradecimiento. Decir ‘gracias’ es recordar que el corazón tiene memoria y que cada favor recibido es una invitación a ser misericordiosos.

* Frente a la ira, mansedumbre; frente al orgullo, humildad; frente a la tristeza, esperanza; frente al duelo, resignación; frente a la avaricia, generosidad; frente al miedo, templanza; frente a la lujuria, castidad; frente a la pereza, diligencia; y frente a la envidia, caridad.

* La procesión va por dentro, así la disimulemos. Nadie sabe lo que llevamos en el pecho: a veces mostramos una sonrisa en el rostro, pero en el fondo sentimos que nuestro mundo se cae a pedazos. Pese a esa gran verdad, no podemos dejar de ser resilientes.

EL CASO DE HOY

Testimonio: “Me considero una mujer profesional eficiente, seria y responsable. Sin embargo, percibo en mi ambiente laboral una lluvia de críticas destructivas que suelen sacarme de quicio. ¿Cuál debería ser mi reacción ante tales recriminaciones? Se lo pregunto porque esas habladurías afectan mi estado de ánimo”.

Respuesta: Antes de contestarle, permítame recordarle una hermosa frase que me dio un profesor de la universidad, hace algunos años y que reza así: “La boca que lo juzga a usted jamás será más grande que el respaldo o la gloria que Dios le brinda”.

La anterior es una gran verdad y bastaría con tenerla presente cada vez que alguien pretenda desestabilizarla con comentarios fastidiosos.

Entiendo lo feo que se siente al verse rodeada de personas tóxicas que disfrutan haciéndole daño con opiniones o apuntes envidiosos. Evidentemente esos ’compañeros’, además de insoportables, en cierta medida, le hacen pasar un mal rato. Le sugiero que no se deje contagiar por esos arranques de desprecio de quienes la critican. Recuerde que ellos solo necesitan arrojar dardos para mantenerse a flote y, con tal proceder, solo demuestran claramente que no tienen nada que ofrecer.

¡Hágame caso!

El hecho de que una crítica le afecte su estado de ánimo más o menos, solo dependerá de su nivel de autoconfianza. ¡Ánimo! Lo esencial es hacer caso omiso de esos puntos de vista y confiar en que Dios la blindará de esos sujetos.

Y si por alguna razón esa criticadera es realmente letal para su tranquilidad, será preciso ponerles límites.

Pídale al Señor sabiduría y tacto para sobrellevar a los criticones. Si lo invoca con fe, Él la blindará de las personas malintencionadas.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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