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Espiritualidad
Miércoles 30 de octubre de 2019 - 12:00 PM

Tema espiritual de hoy: A veces no nos hallamos

Una crisis existencial nos obliga a todos a sincerarnos y a reflexionar sobre nuestra existencia y las motivaciones que tenemos para seguir adelante.

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Hay personas que a pesar de haber cosechado éxitos y grandes logros, no se sienten plenas. Son profesionales, se han desempeñado de manera maravillosa en su mundo laboral, afectivamente no les ha ido mal y casi que se podría decir que tienen todo para ser felices.

Sin embargo algo les dice que están ‘desbarajustados’ y que tal vez deberían redireccionar sus vidas. Lo peor es que no se atreven a salir de ese agujero.

Lo preocupante de esta situación es que atraviesan por periodos de intensa tristeza y desasosiego que al final se les desatan consciente o inconsciente en estados de melancolía o de depresión.

No sé si es que viven en paralizantes ‘zonas de confort’ o que el paso del tiempo los aterra. Sea como sea, es evidente que ese tipo de angustia existencial, por llamar esta percepción de alguna forma, les susurra en la mente y en el corazón.

¿Se ha sentido así?

Todos los seres humanos constantemente tenemos ráfagas en las que dudamos de si estamos satisfechos o no con nuestras vidas. Así que no se afane que es relativamente normal sentirse así.

No obstante no puede seguir ‘nutriendo’ esa sensación de vacío, ni mucho menos puede seguir desanimado.

¿Qué hacer para salir de ese embotellamiento?

Lo primero que debo decirle es que le hace bien no estresarse por ello y, por el contrario, aplicarse una dosis de serenidad.

Luego escriba e identifique qué le gusta actualmente de su cotidianidad y qué no. Ese ejercicio arroja grandes resultados en cualquier etapa de la vida.

Lo que le planteo es hacer una lista de todas las cosas de las que se siente orgulloso de haber conseguido, y otra donde resalte las que siente que le falta por experimentar.

Si en esta última lista identifica que efectivamente hay cosas pendientes que lo inquietan, debe analizar cada una y planear cómo llevarlas a cabo.

Ojo: si no tiene muy claro si realmente le faltan asuntos por resolver, es necesario que analice el por qué de ese sentir. A veces sí sabe qué es lo que quiere, solo que el abatimiento no le deja ver claras las cosas.

Le corresponde empezar a cumplir ‘sí o sí’ esos pendientes. No hay nada más aterrador para un alma que sentirse muerta y desdichada en vida.

Este no es un asunto de edad sino de actitud. Tenga los años que tenga, ha de saber que aún está muy joven como para rendirse y decirles no a esos pendientes que quiere chulear en su lista de deseos.

Es necesario que evalúe si lo que tiene en este momento de su vida realmente lo hace feliz o ha sido lo que se ha hecho creer que lo hace feliz.

Aunque parezca increíble, los seres humanos muchas veces vivimos una vida que creíamos que queríamos y en el fondo no era así.

Esto muchas veces es a consecuencia de nuestra crianza, de nuestros padres y del entorno en el que nos desenvolvemos. Así que es necesario enfrentarse a sí mismo y ver qué tan satisfecho está con la vida que lleva. Tenga por seguro que una vez haga este ejercicio entenderá muchas más cosas de sí mismo y de su entorno. Un abrazo y mil bendiciones.

EL CASO DE HOY

Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo asfixian en la actualidad? Hábleme de ellos para reflexionar al respecto en esta sección. Envíeme su testimonio al siguiente correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, yo mismo le responderé. Veamos el caso de hoy:

Inquietud: “¿Cómo se hace para no pelear con los demás, sobre todo cuando uno tiene su propia forma de pensar? Estoy en un ambiente familiar y de compañeros de trabajo que, de manera terca, pretenden que haga lo que ellos dicen a pesar de que mis planes son otros. Por cuestiones económicas estoy atado a mi oficina y a esos familiares en mi casa. ¿Qué haría usted en mi caso? Espero que tenga en cuenta mi carta y me ofrezca uno de sus valiosos consejos. Se lo agradecería”.

Respuesta: Todos hemos tenido que vivir lo mismo en algún momento de la vida. Sin duda la situación es más fácil cuando solo se trata de una influencia emocional y no económica, porque solo tendríamos que desenredar esos nudos que hacen que nos dobleguemos ante la opinión de los demás.

Afortunadamente usted tiene claro que está ‘atado’ a ellos por su estabilidad económica y no porque deba obedecer a juro. Así que es cuestión de ‘lidiar’ con ello, al menos mientras logra ser independiente.

Yo le he compartido a mis lectores una consigna de vida que tiene mucho peso cuando realmente la entendemos y la ponemos en práctica.

¿De qué hablo? ‘De poner las situaciones en contra a favor’. Usted se preguntará: “Pero... ¿Cómo funciona eso?”

Se lo explicaré utilizando su propio caso:

Quienes tienen el sartén por el mango en este momento son sus compañeros y sus familiares, porque son quienes lo ayudan económicamente. Como está supeditado a lo que ellos quieren que usted haga, lo ideal es hacerlo pero sin que eso le afecte.

Recuerde que esta táctica no lo define a usted como persona. No quiere decir que usted esté cediendo a sus deseos ni que se esté traicionando; es solo una forma de conseguir lo que quiere de una manera inteligente, dadas las circunstancias.

Lo primero que debe hacer es escuchar muy bien las peticiones de esas personas y por qué están esperando eso de usted. Cuando tenga clara la razón, diseñe un objetivo para darles a ellos lo que están esperando de parte suya y así tenerlos contentos. Obviamente será duro al principio, pero luego entenderá por qué vale la pena el sacrificio.

Una vez que logre tenerlos felices analice cómo puede hacer por su lado -sin que se den cuenta- lo que usted quiere realizar. Es decir, vaya trabajando poco a poco y de manera paralela lo que anhela conseguir.

Todo dependerá de la astucia que tenga.

Le pongo un ejemplo, en mi caso personal. Una vez tuve un profesor muy complicado con el que era muy difícil relacionarse. Si tomamos en cuenta que soy poco tolerante a este tipo de personas, la suma de esas dos cosas habría dado como resultado una ‘bomba’. Como mi meta era graduarme y no encontré eco en los reclamos que hice ante la facultad, traté de sobrellevar la situación sin exasperarme. Fui el alumno más amable y querido de la clase, mientras el docente prácticamente se ufanaba a diestra y siniestra diciendo que las cosas se hacían como él y punto... Fue tanta su sorpresa ante mi actitud que finalmente se volvió amable y empezó a escucharme.

Como no tenía el sartén por el mango tuve que respirar y aprender a ceder. Lo importante fue que manejé la situación, salí de ahí y continúe con la vida que realmente quería.

No todo en la vida sale como queremos y muchas veces tenemos que hacer ciertos ‘sacrificios’ para lograr las cosas que anhelamos. Esto aplica para familia, amigos, pareja, trabajo etc... Solo depende de nuestra inteligencia en qué momentos debemos ceder, teniendo claro que es una táctica más no una traición a nuestros propios ideales. La verdad, hay una delgada línea entre las dos. Ánimo, todo es temporal y cuando menos piense ya no dependerá de nadie.

REFLEXIONES SUELTAS

* Despierte con entusiasmo, manténgase firme en su fe y viva el nuevo día con ganas. ¡Dios está con usted!

* Sepa qué es lo que quiere y llévelo a cabo. Comience en donde esté, use lo que tiene y haga lo que pueda.

* La gente dice que ‘odia’ los lunes, cuando lo que en verdad ‘detesta’ es su trabajo. Reflexione sobre ello.

* San Judas Tadeo es el patrono de las causas imposibles. Pídale a él eso que siente que es inalcanzable.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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