Ha comenzado diciembre, que es, para muchas personas, no solamente la época más amable del año, sino la temporada más importante...
Espiritualidad
Tema espiritual del día: Por más que aparentemos, al final reflejamos lo que somos
Más allá de las apariencias que solemos evidenciar en nuestro diario acontecer, al final lo que hacemos es un reflejo de lo que realmente somos por dentro.
A veces vivimos renegando de lo que supuestamente ‘nos toca hacer’, pero en el fondo ese ‘refunfuño’ no es otra cosa que un espejo de lo que hemos decidido hacer con nuestra propia vida.
Nos quejamos porque las situaciones que vivimos en nuestra cotidianidad son desastrosas, pero no aceptamos que lo que realmente está desbaratado es nuestro mundo interior.
Por eso siempre será clave tener presente que las palabras nos definen y al mismo tiempo nos dejan en evidencia. Ellas siempre nos permiten expresar enfados, alegrías, tristezas, resentimientos, en fin... No obstante, todo termina mostrándonos cómo nos sentimos.
Ojo: la amargura que desplegamos tiene su ‘caldo de cultivo’ en las decisiones que hemos tomado. A veces no somos coherentes con lo que decimos y hacemos, pero finalmente nuestro proceder nos delata y terminamos recibiendo justo lo que nos merecemos.
Reitero que por muy duras que sean las circunstancias que afrontamos, en el fondo las provocamos. De todas formas, las lecciones que nos da la vida pueden ser desgarradoras y, de manera simultánea, ellas nos hacen más fuertes y nos sirven para lidiar con los problemas.
Ojo: la mente puede ser nuestra principal aliada, pero también nuestra mayor rival. Somos nosotros los que decidimos cómo las vemos.
Si no estamos contentos con lo que vivimos, hagamos algo para cambiar. Porque si modificamos nuestra vida, cambiaremos las cosas que traemos a nuestro mundo.
Tal vez sea hora de despertarnos de ese largo letargo en el que hemos estado inmersos. La propuesta es que nos volvamos resilientes, de tal forma que podamos sobreponernos.
Aunque la vida tiene altos y bajos y no siempre se pueden sortear, sí podemos cambiar lo que haremos con el diario acontecer. Entrenar otra forma de pensar es el primer paso para conseguirlo.
Enfoquémonos en las cosas que nos dan sentido y nos reconfortan nuestro estado de ánimo. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de disfrutar la vida misma.
Claro está que antes de hacer algo, será preciso conocernos a nosotros mismos, lo que implicará empezar a aceptar lo que somos, con nuestros defectos y cualidades.
Pidámosle a Dios la debida fortaleza y sabiduría para saber recomponernos por dentro, de tal forma que lo que proyectemos nos permita ser más auténticos y felices.
EL CASO DE HOY

Testimonio: “No sé si a usted le pasa que cuando un día amanece lluvioso, por alguna razón que no logro identificar, me vuelvo pesimista y en ocasiones hasta pienso que no valgo nada. Es raro que me sienta así, entre otras cosas, porque yo no tengo nada de qué preocuparme y podría decir que soy un hombre optimista. Sin embargo, no dejo de sentir eso. ¿Qué me puede estar pasando? Me gustaría saber su concepto”.
Respuesta: Le diría que cuando sienta que sus sentimientos no hacen ‘buena compañía’ con el clima del día, antes que deprimirse debe cambiar el ‘color’ de sus pensamientos.
Entiendo lo que le ocurre porque a casi todos nos pasa que los días de lluvia hacen que surjan inusitadas apatías, ráfagas de tristeza y hasta una buena dosis de pereza. Está comprobado que una jornada con el cielo nublado disminuye las ganas de realizar actividades cotidianas. Muchas personas frenan sus actividades sociales cada vez que el clima está opaco.
La verdad es que la relación entre el día gris y el estado de ánimo siempre dependerá de las diferentes emociones y circunstancias por las que esté atravesando.
Pero no tiene por qué relacionar un día gris con el pesimismo. ¿Qué es eso de decir que siente que no vale nada? Si leí bien en su carta, usted mismo dice que no tiene ‘nada de qué preocuparse’.
Reflexione desde una perspectiva alentadora que lo que le puede estar pasando es que el gris del día lo hace percibir una realidad melancólica y nostálgica. Espero que sea solo eso y que no se trate de un caso de depresión.
Recuerde: usted “es un hombre optimista”. Cumpla esa forma de ser al pie de la letra.

BREVES REFLEXIONES
* En cuestiones de traiciones, humillaciones, broncas, insultos y demás afrentas, jamás pague con las mismas monedas. Usted siempre debe demostrar que es mejor persona y que tiene sentimientos nobles, sin que eso implique colocar la otra mejilla. Tenga altura y no caiga en el juego de las provocaciones.
* No hay que odiar, ni alimentar rencores, ni mucho menos desearle el mal a nadie. En esta vida todo lo que uno da, se le devuelve: si alguien lo lastimó, más tarde lo lastimarán a él y a usted lo bendecirán. Así las cosas; deje que el castigo divino para aquel que le hizo daño llegue en el tiempo que corresponda.
* No deje para mañana los besos, los abrazos, las caricias, las palabras tiernas, el ‘te amo’ y en general el amor que pueda dar hoy. El mañana es muy incierto y no sabremos si tendremos el suficiente tiempo para expresar nuestros sentimientos. ¡Hoy es el mejor momento para disfrutar!
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Periodista de Vanguardia desde 1989. Egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y especialista en Gerencia de La Comunicación Organizacional de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del equipo de Área Metropolitana y encargado de la página Espiritualidad. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.
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